jueves, 28 de marzo de 2019

UNA MEDIDA INÚTIL

La invención de Morel
Luis Barragán


El régimen acostumbra a solazarse con los innumerables eventos electorales que ha celebrado, como si bastara para reputarlo como todo  el compendio de una experiencia democrática y, faltando poco, participativa y protagónica. De vocación y cuño plebiscitario, las jornadas acumuladas apuntan a una trampa continua, perfeccionada y escandalosa, montada por un organismo de irrefutable militancia dictatorial.

Hubo errores garrafales, sobre todo de apreciación política de las circunstancias, como en los comicios parlamentarios de 2015, que aleccionaron al poder establecido. Y, ahora, con toda la franqueza, por cierto, despedida  Smartmatic, la silenciada empresa que tanto le ayudó,  no ha tenido el mínimo pudor al incurrir en un fraude sostenido y demasiado visible, origen – además – de una tal constituyente que tuvo la ocurrencia de decirse más votada que la ejemplar e histórica consulta referendaria de la oposición, en 2017.

Una de las medidas preventivas que consagran a este socialismo del XXI para afrontar las elecciones cuasi o nada competitivas que adelanta, a veces, enfebrecidamente, a pesar de su augusta impopularidad, ha sido la de inhabilitar descaradamente a aquellos que los piensan como rivales imbatibles. Poco importa que los opositores más decididos, jamás hayan ejercido un cargo público, pero el castigo del indefenso también opera a través del organismo tributario que, desde hace mucho, deshizo o pulverizó el prestigio que alguna vez alcanzó al finalizar el siglo anterior.

Así como a María Corina Machado, víctima de un desafuero parlamentario que no tiene equivalente en nuestra historia contemporánea, faltando poco, con una todavía vigente prohibición de salida del país, se le impidió postularse a la Asamblea Nacional, entre otros venezolanos, Juan Guaidó hoy es  víctima de una decisión absolutamente unilaterial, improcedente y abusiva de la Contraloría General de la República. Sin embargo, ésta, decidida por la espuria constituyente, con un supuesto titular al que nuevamente le toca ensuciar sus manos,  simplemente no existe; y, valga acotar, menos, cuando – convirtiéndose en cómplice – la instancia nada ha hecho, hizo ni hará, frente al gigantesco saqueo de los dineros públicos que constituye toda una realidad y leyenda para el historial delictivo del mundo.

La resolución en cuestión, parte de un falso supuesto: la dictadura no sólo seguirá, sino que  lo hará administrando cualesquiera comicios en el ámbito público hasta copar todo rincón en el privado.  Posiblemente, la pieza se convierta en un capítulo inédito de “La invención de Morel” de Adolfo Bioy Casares.

Fotografía: Ivan Alvarado (Reuters), Juan Guaidó abandona el domcilio de Roberto Marrero, tras su detención.

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