domingo, 29 de octubre de 2017

CLICK-ART

De la breve radiografía de un instante
Luis Barragán

De nuevo, nos ocupa la iconografía de la tal constituyente. Prolifera el gesto presuntamente histórico de un foro que, no siéndolo, se sabe producto del fraude; por lo menos, sus pares de 1952 fueron más pudorosos.

El instante se prolonga al fijar nuestra mirada, adivinada la pieza como parte de un futuro relato hazañoso que, en un caso, de prolongarse el régimen, inflará sus ínfulas democráticas, versionando – incluso -  una prosperidad que hará de las vallas publicitarias su mejor medio; o, en el otro, de caer, abonará a un temerario discurso de victimización. Sin embargo, ahora, lo importante  es ese o sé qué de fotografía soviética, aún de los tiempos en los que Gorbachov se valía de la agencia Nóvosti para proclamar la actualización del socialismo.

La flamante presidente de la tal constituyente, comparte un momento grato de reconocimiento, rodeada por el atento cariño de los camaradas que le rinden un tributo de admiración al escucharla, añadidas dos  altas funcionarias del antecesor que siguen disciplinadamente las líneas maestras del sucesor. Por supuesto, la jornada de trabajo tiene por escena el patio del Palacio Legislativo que nos ilustra sobre la capacidad de la protagonista para compartir más allá de las sesiones formales de la entidad que encarna, más que representa.

Otra gráfica, la muestra encabezando la junta directiva que toma juramento a los cuatro gobernadores electos de la oposición, reemplazado el acto de la plenaria de la tal constituyente que luce como la instancia lógica para validarlo. Por cierto, comentario nada personal, quizá nunca imaginó tamaño papel, pues, aristotélicamente rigurosos, ella y no otro,  es la líder alterna, por encima del vicepresidente ejecutivo y de cualesquiera vicepresidentes de área, ministros y gobernadores, del régimen y, tan originario su poder, del país mismo, quizá incomprensible para quien hace las veces – simultáneamente -  de fiscal y de defensor.

Antojados por la estética soviética del poder, con el primer ministro asomado a la Plaza Roja aplaudiendo al Ejército Rojo o dirigiéndose al multitudinario Soviét Supremo, con momentos calculados para romper el protocolo y departir con sus admiradores, reservándose el primer plano, como ocurría con los cosmonautas, los deportistas de alta competencia o los héroes del trabajo,  ella se abre paso entre los suyos que también saben demasiado del apoyo con el que cuenta, más acá o más allá de las fronteras. Estamos en el curso de un relevo que, reminiscente de las organizaciones de ultraizquierda que tomaron calor desde la inicial bonanza petrolera de los ’70 del ‘XX, dejan  atrás los históricos referentes del marxismo-leninismo y el MVR mismo, promoviéndose imparablemente: no parará de hacerlo, en reclamo de la herencia, y no le pararán a los otros que, en esta perversa división del trabajo político, quedan para los programas de televisión ridiculizantes, reducida cada vez más una efectiva influencia en la dictadura que les dará, si no lo ha hecho ya, alcance. 

Fotografía: Tomada de las redes (25/10/2017).
30/10/2017:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/31182-instante-

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