viernes, 27 de octubre de 2017

A AMBOS LADOS DEL EBRO

EL PAÍS, Madrid, 26 de octubre de 2017
ANÁLISIS
Las grietas del miedo
Javier Ayuso

Entre los defensores de la legalidad democrática, la disputa está en si hay que mirar para otro lado si Carles Puigdemont convoca elecciones autonómicas sin renegar de los pasos dados hasta ahora, o si, por el contrario, hay que ser estrictos y mantener la intervención salvo que los secesionistas se retracten públicamente de su salto a la ilegalidad.

Inicialmente, tanto el Gobierno como el PSOE y Ciudadanos estaban dispuestos a aplicar una doctrina laxa frente al paso que pueda dar el presidente de la Generalitat. Pero el lunes, La Moncloa envió un mensaje claro: solo se frenará el 155 si los secesionistas vuelven a abrazar la ley, o sea, la Constitución. El miedo inicial a no ser eficaces en la intervención en Cataluña fue superado por el temor a quedar como un Estado fallido si no son capaces de restaurar la legalidad plena en España, tras haber conseguido todos los apoyos internacionales para ello.

En Ferraz, este último resquemor no existe, porque no son más que el primer partido de la oposición; y siendo responsables de apoyar a Mariano Rajoy en su lucha contra secesión, no lo son de su eficacia. Por eso, ha pesado más el miedo que les sacude el cuerpo cada vez que alcaldes o dirigentes del PSC, o líderes de Podemos, hacen el más mínimo amago de crítica frente a su política de Estado.

Al otro lado del Ebro, las grietas se ensanchan día a día. Dentro del Govern, en el PDeCAT y en ERC, todos ellos movidos por las manos que mecen la cuna del independentismo, que no son otras que la ANC, Òmnium y, por supuesto, la CUP. Hoy puede ser un día de dimisiones en el Ejecutivo catalán y de toma de la calle para jalear la declaración unilateral de independencia (DUI) e impedir la intervención efectiva de la autonomía.

Las grietas en Podemos, esta vez por la posición nacionalista de Pablo Iglesias, se gestionan de una manera diferente, como ha podido comprobar por segunda vez Carolina Bescansa. El sistema, desde el inicio de los tiempos del partido, es muy sencillo: se deja que se abra la grieta y se empuja al vacío a los críticos que han perdido el miedo al líder. Eso sí, las purgas se hacen con el espíritu fraternal que les caracteriza.

Con temor o sin él, de aquí al domingo se van a desencadenar todos los escenarios posibles, entremezclados. Habrá DUI (emboscada o no), convocatoria de elecciones, aplicación del 155 y un ambiente enrarecido en las calles que aprovecharán los populismos de uno y otro lado. Eso sí que es para tener miedo.

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