jueves, 28 de septiembre de 2017

INTERPELACIÓN / INTERPELAZÓN

EL UNIVERSAL, Caracas, 20 de septiembre de 2017
El aumento del hambre y la malnutrición
Bernardo Kliksberg

En Informe conjunto FAO, PMA, FDA, y OMS, anuncian que en el 2017 aumentaron los hambrientos. Son 815 millones. Es la primera vez en casi 15 años que la cifra sube. Es una consigna universal en salud pública que los primeros 1.000 días de vida del niño son decisivos para su futuro. Si no recibe en ellos las proteínas y calorías necesarias, está comprometido. Sin defensas puede ser fácil objeto de virus y bacterias, que en condiciones normales su organismo rechazaría. Más hambre, es más posibilidad entre otras de enfermedades gastrointestinales que pueden ser mortales como la diarrea infantil, neumonías, tuberculosis, malaria, y otras. Mueren 16.000 niños por día por causas evitables como el hambre.

Las causas tras el recrudecimiento actual del hambre (11 de cada 100 personas) son múltiples. Entre ellas destacan la distancia entre los ingresos de los pobres y el costo de la canasta básica de alimentos, y las maniobras especulativas. El cambio climático ha agravado dramáticamente su situación al arrasar con las inundaciones repetidas la escasa producción de los pequeños agricultores, o provocar mediante el calentamiento global sequías continuadas como la que hoy azota a Etiopía, y al cuerno de África.

El Informe subraya que la segunda meta de los objetivos de desarrollo sostenible sancionados por la Asamblea General de la ONU para los años 2015 al 2030 es terminar con el hambre y la malnutrición.

Las cifras del 2017, van en la dirección contraria.

Junto con el hambre hay una caída considerable en la calidad de lo que consumen los sectores humildes de la población, que ha provocado una epidemia mundial de obesidad.

La obesidad está muy vinculada a cambios en los sistemas de producción, distribución, y publicidad de alimentos. Han generado volúmenes muy importantes de alimentos altamente calóricos, pobres en nutrientes, la llamada comida “basura” que han impulsado nuevas epidemias de diabetes, enfermedades circulatorias y cardíacas, y dolencias crónicas.

Según una de las revistas médicas más prominentes (The New England Journal of Medicine) hay 700 millones de obesos, cifra en crecimiento continuo. La prevalencia de obesidad se ha doblado en 73 países desde 1980, contribuyendo a cuatro millones de muertes prematuras.

The New York Times resalta que de acuerdo a los nutricionistas la epidemia de obesidad está directamente ligada al aumento de comida procesada. Así las ventas de comida rápida crecieron un 30% entre 2011 y 2016. Por otra parte, según la OMS las ventas de bebidas gaseosas carbonadas, se duplicaron en regiones como América Latina entre 2000 y 2013.

La región está muy afectada por el problema. Así por ejemplo Brasil duplicó su tasa de obesidad en la última década, y las personas con sobrepeso pasaron a ser el 58% de la población. Cada año 300.000 personas son diagnosticadas con diabetes tipo 2, muy ligada a la obesidad. En todo el continente hay más personas con sobrepeso (60%), que con peso normal. 3 de los 5 países con mayor riesgo de enfrentar desastres vinculados al clima están en América Latina: Honduras, Haití, y Nicaragua.

Hacen falta cambios de fondo que reseña el Informe FAO y otros, a favor del derecho básico de los pobres a una alimentación saludable. Dirigiéndose a la 40 conferencia mundial de la FAO, el Papa Francisco aludió a ellos, y a la urgencia de “poner en marcha una cultura de la solidaridad”. Los humildes del mundo subrayó reclaman “una fraternidad que les permita confiar en el futuro”.

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