martes, 5 de septiembre de 2017

BEMOLES

Visitar a Teodoro
Nicomedes Febres Luces

* Cuando tenía 16 o 17 años nos tocó combatir políticamente a la juventud de AD transformada en el MIR, con mi amigo Américo Martín a la cabeza y con la juventud del partido comunista. Eran los años 1960. Todos ellos eran (Teodoro, Freddy Muñoz, el gordo Rodríguez Rausseo, Juvencio y otros) tres lustros mayores que nosotros los que pugnábamos por la democracia, y pese al apoyo desleal del rector Bianco, la competencia era bastante pareja; pero sin embargo debo reconocer que uno se deleitaba con la habilidad oratoria de gente como Teodoro, Freddy o Zanonni, para citar tres. La democracia entonces bregaba con Hilarión Cardozo como el dirigente juvenil más fogueado y gente brillante como Abdón Vivas Terán y Joaquín Marta Sosa por citar dos. Con el tiempo la juventud comunista, con Teodoro al frente, abandonó el pensamiento marxista leninista y se decantó por la democracia, y me estoy refiriendo a más de 20 años antes de la caída del Muro de Berlín, a lo que contribuyó un libro titulado “Checoeslovaquia, el Socialismo como problema” escrito por Teodoro, quien era ya una leyenda internacional. Ese libro hirió profundamente a esa praxis política y se puede considerar un libro pionero sobre la desaparición del comunismo por lo que su autor fue excomulgado y anatematizado por los soviéticos. Luego él y Pompeyo fundaron el MAS y esa ya es historia reciente. Teodoro siempre ha sido un gran dirigente político, respetado y admirado intelectualmente, incluso por aquellos que lo adversamos duro y de verdad antes, y luego fuimos sus amigos. Además era admirado y envidiado por las fuerzas represivas en aquellos años de lucha por su coraje ilimitado, cuyas escapadas de prisión se hicieron legendarias. Teodoro más que un dirigente comunista se transformó en un ícono de su generación y si no fuese por su desapego al poder y su falta de sectarismo político quizás hubiese llegado más lejos, pero aun así, llegó a donde ningún otro dirigente socialista ha llegado en la admiración de sus conciudadanos. Cuando Teodoro se dedicó al periodismo, espacio que creo que disfrutó mucho más que la política por su densidad intelectual, la política entonces perdió un gran político pero el periodismo ganó un gran periodista. Todavía queda por allí gente de derecha torpe que duda del apego a la democracia por parte de Teodoro, lo cual más que un desatino es una imbecilidad que solo muestra la ignorancia de quién lo comenta o cree, pero Teodoro no aclara episodios de su pasado porque, con razón, él no le da explicaciones a pendejos. Incluso recibió críticas por su colaboración con el segundo gobierno del doctor Caldera, motivo por el que escribió un libro de alta factura llamado “Por qué hago lo que hago”, justificando su posición. Luego advirtió contra el difunto, lo combatió, lo enfrentó y solo recibió infamias y golpes bajos como fue la presión oficial para su salida como director del vespertino El Mundo de la Cadena Capriles. Aprovecho para reiterar mi admiración, mi afecto y solidaridad con Teodoro luego de haber sido visitado en su hogar por unos insectos armados que no valen ni el rocío de Plagatox para espantarlos, pero eso sucede en estos años de infamia nacional donde las gallinas quieren no cantar, sino cacarear como los gallos y por eso allanan a enfermos de 85 años y acosan a mujeres embarazadas. Y hablan de amor, que ratas.

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10213287767209459

Xiomara, una historia corriente
Nicomedes Febres

 * La asesinada por el chavismo en Catia cuando nuestro plebiscito se llamaba Xiomara Scott y era una enfermera auxiliar artrítica de 60 años jubilada desde hacía dos años. Como habitante de Catia fue a firmar en el plebiscito ejerciendo su derecho al disenso político. No tenía hijos por razones de salud, pero la noticia informa que era una tía muy cariñosa con los sobrinos con los cuales vivía. No la conocí, pero he conocido a lo largo de mi vida en los hospitales a muchas Xiomaras, mujeres sencillas con estudios limitados a sus posibilidades económicas, seguramente muy precarias desde su nacimiento. Son mujeres que ingresan jóvenes en la carrera hospitalaria, a veces vienen del ascenso, luego de sus breves estudios, de la posición de camarera de hospital. Es una vida dura, muy dura, con dos trabajos paralelos, uno matutino de 7 am a 1 pm y otro nocturno de 7pm a 7am de la mañana en noches alternas. Acaso, van a su casa en la tarde a cocinar, planchar, arreglar la cama de los muchachos, verlos y dormir un poco, quizás dos o tres horas. Lo hacen por un salario mensual miserable que sumados ambos sueldos, sigue siendo miserable. Acaso un romance pasajero con un médico de origen humilde o con un compañero de trabajo y que se quedó en promesa incumplida. Almorzando a diario en el infecto comedor del hospital, una sopa aguada en donde con suerte nada un pedazo de lagarto y un trozo de auyama, una pasta con queso blanco rallado sugerido, un cambur y un pedazo de pan. Lo que Xiomara no sabe es que los dueños del comedor son los dirigentes sindicales, y no el portugués que lo atiende, y que se quedan con el grueso del pago del hospital. Eso es todo y si alguien le cede otro cambur, toda gozosa, Xiomara lo guarda para la merienda y así y todo va engordando por la dieta farinácea. Con los años se van diluyendo los sueños, primero del príncipe azul, luego de la belleza que nunca tuvo, después de los hijos que no llegaron porque el sexo era muy irregular o los prejuicios de ser madre soltera pesaban mucho, y en el fondo no estaba segura. Un mal día comienza la primera crisis de los dolores articulares, a cuyos síntomas iniciales no les dio importancia, cuando el dolor no cede al Atamel empieza a solicitar reposo médico, primero en un trabajo, alternado después con el otro y luego en los dos comenzando así su vida de reposera. Su única distracción son las novelas de la tele y los romances que allí terminan bien, porque las novelas rosa en Venezuela, además de ser una cátedra de filosofía existencial, también generan fantasías y reducen por vía del romance a los conflictos sociales en muchas situaciones.
Los otros entretenimientos son la lotería que nunca llega, salvo un día con dos quinticos, con los cuales dio la cuota inicial de la nevera nueva, amén del san, una institución financiera informal con la cual muchas de nuestras trabajadoras resuelven sus regalos de navidad o las vacaciones de la familia en una pensión barata en Margarita de donde se traen una ropita para ver si vendiéndola recuperan el dinero gastado en el viaje. A todas las Xiomaras de Venezuela el difunto les vendió, con la ayuda de la televisión, una novela rosa en la vida real y hoy están despertando en esta pesadilla donde ellas mismas nos metieron a todos con su voto. Ahora es importante que todas las Xiomaras se vuelvan a enamorar, pero esta vez del lado correcto de la Historia, para que no las manipulen y les dejen la mayor cantidad de beneficios. Para facilitar un nuevo enamoramiento de las Xiomaras es que debemos ser prudentes en el decir y el actuar porque todo radicalismo perjudica. No creo que el asesinato de Xiomara fue orden de maduro, pero con esa muerte el gran perjudicado fue maduro, y si así sucedió con ese asesinato, también sucede de nuestro lado con las ofensas hacia la gente que hay que enamorar.

*En la foto Xiomara herida de muerte junto a una amiga herida. Gracias maduro por tu revolución bonita. Llueve y escampa

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10213296314503136

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