De las formas políticas
Nicomedes Febres
*
Me encanta la manera como algunos de mis amigos de Facebook han
denostado del papa Francisco por sus declaraciones en Cuba, pero eso
demuestra su ignorancia sobre las formas políticas y su diferencia con
las formas diplomáticas. Y me voy de cuento cierto en nuestra historia.
En tiempos de Cipriano Castro, como la burocracia caraqueña no conocía
nada de los andinos, los nuevos amos del
poder, entonces para tratar de congraciarse con Castro, la gente lo
hizo mediante el sempiterno embajador de Chile aquí llamado Panchito
Herbozo, quien era tan amigo del caudillo andino que era el único que lo
acompañaba a los reservados del restaurante de Puente Hierro donde
ambos iban a rascarse y a estar con las prostitutas del sitio, porque el
cabito se había enamorado de una catira oxigenada de allí llamada La
Piturrita. El sitio se puso de nuevo de moda, como lo había estado en
los tiempos de Guzmán Blanco cuando lo inauguraron, porque los
burócratas iban a hacerse ver por Panchito para que los recomendara ante
el cabito. Esas son las formas diplomáticas. Al revés, hubo un
gobernante en Bolivia que al llegar al poder prometió al pueblo villas y
castillos, hasta que llegó el embajador gringo y le dijo: señor
presidente, aquí tengo un maletín con tantos millones de dólares para
usted si las cosas permanecen como están, pero si cambian daré la orden
de que lo maten. Esas son las formas políticas, eficientes y sin pérdida
de tiempo. El papa es argentino, ergo no tiene complejo de
inferioridad; es jesuita, ergo, no es bruto ni pendejo, de manera que
después de darle mate al malandraje cubano que gobierna, no tiene porqué
restregárselo en la cara pues el diálogo político concluyó, entonces
hay que darle paso a las formas diplomáticas que deben ser respetadas
para satisfacción de los derrotados. Nadie ha sido tan maestro en
entender las diferencias entre las formas diplomáticas y las formas
políticas en nuestra historia como el general Gómez. Para que recibiera a
los diplomáticos e inaugurara cosas y presidiera necedades estaban los
presidentes que él ponía y eso era para que se encargara de las formas
diplomáticas, pero cada día recibía informes telegráficos de los
gobernadores de estado, jefes civiles, telegrafistas, directores de
cárceles y encargados de sus hatos y empresas, que se las leía de
madrugada su secretario privado. Eso eran sus formas políticas y
mantenía un férreo control del país. Para redondear la idea, esperemos
por unos meses para ver los resultados antes de estar crucificando al
papa. Las multitudinarias manifestaciones religiosas en Cuba no son más
que una prueba de fuerza del Vaticano en la isla y un elemento más del
juego político. Así son las cosas.
* La foto del día es un
grabado de los tiempos de Guzmán Blanco de cómo era el restaurante de
Puente Hierro, el sitio de moda de la Caracas de entonces. Con el tiempo
fue perdiendo categoría y empezaron a ir los jóvenes a buscar segundos
frentes y disfrutar de los bailes populares cuya música era tocada por
integrantes de la banda marcial de Caracas, mientras las novias se
escondían en los carruajes del patio para ver si sus novios iban allí.
Tener segundos frentes era una necesidad de entonces porque la sífilis
hacia desastres entre la población al ser una enfermedad endémica y las
novias no fiaban o no las dejaban fiar, que también sirve. Luego un
gringo compró el sitio y montó un buen restaurante, que no duró mucho
porque el gringo de ingenuo le dio crédito a los soldados de la
Revolución Legalista, y estos se fueron todos con la cabuya en la pata,
por lo que quebró. Después vendrían los tiempos del cabito, lleno de
anécdotas graciosas, pero se acabó el espacio.
(https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10207135646450285&set=a.2324650196458.132741.1255727869&type=3&theater)
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