domingo, 6 de septiembre de 2015

¿DE CUÁL BARCO SALTAR?

¿Faltan ratas …?
Ox Armand


Excepto fenómenos de barrido histórico de elencos (la invasión andina de 1899 o la insurgencia de 1945, por ejemplo),  la crisis suelen anunciarse cuando las ratas saltan del barco. La fórmula o, mejor, hipótesis, no tiene connotación moral o personalmente peyorativa contra alguien específico, sino que invita a una constatación. Para 1999, fruto de la confusión o del malicioso envalentonamiento, muchas fueron las deserciones que constituyeron casi una osadía: saltaron del barco puntofijista quienes lo navegaron cómodamente, los que vieron una inmejorable ocasión para pasar una factura, frente a los que se acercaban decididos desde las otras naves adversarias que siempre tripularon, unas bucaneras – las más – y otras de impecable y respetable registro naviero. ¿Cuáles saltos anuncian esta crisis definitiva que vivimos? ¿Serán todos significativos? ¿Se esperan otras estelares?

Hubo y hay esos saltos. Unos de buena fe, arrepentidos ciertamente; y otros de la peor, aprovechándose de las circunstancias y – otra hipótesis nada descabellada – fruto de la infiltración gubernamental. Al lado de los bienvenidos, están los políticamente tolerados. Y también despreciados. No es que pretendamos un cierto ejercicio de “saltódromos”, pero ¿recuerdan aquello del estado general de sospecha? Pues, bien: el cielo encapotado anuncia tempestad. Será electoral. Propiciará el cambio, aunque no lo consumará.

Hay otra especie de saltadores (o asaltadores, dice una misia). Los que van directamente a tocar las puertas de la DEA. Por primera vez en nuestra historia, los prisioneros del poder no pueden tomar con facilidad el camino del exilio. No les importa otra cosa que salvar el pellejo quienes tocan la puerta más que los viejos carteros, frente a los que o pueden o no deben hacerlo y se aferran en territorio nacional.

Todo esto lo suscitó una vieja ilustración del periódico de Luis Miquilena, “Clarón”, de 1963. ¿Alguien puede contextualizarlo mejor antes y… ahora?

Ilustración: S/f. Clarín, Caracas, 1963.

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