Visita papal
Ox Armand
No me satisfizo la visita del
Papa Bergoglio a América y las
consecuencias que ha tenido. Sé que no debemos juzgar por las consecuencias
inmediatas y la misma prédica. Como dice un columnista de opinionynoticias.com,
Nicomedes Febres, no es por la infalibilidad que ni Francisco se cree, por lo
menos, en los asuntos terrenales, sino por su silencio en suelo cubano y su
elocuencia en suelo estadounidense. Claro está, en un país no hay las
libertades públicas ni las instituciones democráticas como en el otro, pero
queda un sabor amargo sobre todo en un tercer país que es Venezuela.
Se portó muy bien Bergoglio en
Cuba. Ni con el pétalo de una rosa tocó a la dictadura. Aceptó ir aunque no
accediera públicamente a los disidentes del régimen. Podrá decirse (y es mi
confianza) de las habilidades estratégicas vaticanas y la sagacidad papal que
una vez, frente al comunismo, exhibiera Juan Pablo II. De las diligencias
extraordinarias, secretas y eficaces para vencer al comunismo que, en última
instancia, es incompatible con la fe. De
esas diligencias (se dirá) se sabran y ojalá sea así, pero contrasta con una
mayor decisión en sus afirmaciones frente al capitalismo, por cierto, cuestionado
también por la Doctrina Social de la Iglesia. Sin embargo, se requiere de posturas con
efectos inmediatos, concretos, específicos que además actualicen el catolicismo
en América Latina. Ésta enfrenta quizás algo peor que el viejo
marxismo-leninismo trastocado en marxismo-guevarismo (que es la contribución de
los Castro a la escuela, con un acento
en el nacionalismo muy parecido a la novedad que el georgeano José Stalin
aportó): al sur del Río Bravo se están multiplicando los regímenes como el
venezolano, el de un mentado Socialismo del Siglo XXI que es capaz de apelar a
todos los recursos para sostenerse en el poder, incluyendo la religión
manipulada, que reprime el más elemental derecho a la protesta en nombre de la
democracia !!! Un continuismo asfixiante y degradante, generador de un
lumpemproletariado, que logra tener algunos éxitos económicos como en Bolivia
(abriéndose un poco más al mercado, siempre en la transitoriedad de la Nueva
Política Económica a lo Lenin), mientras en otros, como Venezuela, ha quebrado
al país en medio de la mayor bonanza petrolera, militarizándola !!! Sobre este
fenómeno en expansión, que llega subsidiado (hay que añadirlo) desde Venezuela,
a España, debe específica y creadoramente pronunciarse un papa que faltando
poco es latinoamericano. No es de Polonia, de Italia, de Alemania, sino de este
mismísimo lado del mundo. Con valentía, profundidad e inspiración, porque
(valga acotar) asedian otras sectas que desde el poder mismo, prestas a
reforzarlo, compiten deslealmente con un catolicismo que sobrevive ora por
tradición, otra por el coraje de un sacerdocio que en Venezuela se debate entre
la prudencia y la temeridad (todavía no se sabe de los límites ante un gobierno
capaz de todo). Entonces, a la luz de la Enseñanza Social de
la Iglesia, el fenómeno no ha merecido una reflexión (suficiente, para ser
benignos), la necesaria y valiente, particular, concreta, específica. ¿Qué
puede interpretarse a partir de ciertos enunciados o abstracciones, como lo
asentó Bergoglio en La Habana? Claro que sí, pero luce – repito – insuficiente.
Además, hubo claridad, contundencia y
precisión sobre los males del capitalismo, el terrorismo, el desastre
medioambientalista, etc., pero ni siquiera una aproximación a la cada vez más
degenerada respuesta que encuentra en un socialismo rapaz como el que padecemos
en Venezuela, rapaz y capaz de hacerse para manchar las banderas ecológicas, la
indigenidad, o la dignidad femenina: reprime y mata a 43 jóvenes por el solo
hecho de protestar y encima de eso lo imputa a la oposición democrática, como
formalmente habla de amor y ha sembrado de odios al país o de ecología y no
para el desastre minero hacia el sur de una Venezuela lejana a la noticia.
Sobre esto hay que hablar y orientar, acá hay un déficit que no llena a Iglesia
Católica con sus enseñanzas sociales, excepto las valientes posturas de nuestra
Conferencia Episcopal. Acotemos, son
cada vez menos los aportes de la teología de la liberación y está en veremos
los de la teología del pueblo que inspira a Bergoglio, pues, sin necesidad de
repetir el Concilio Vaticano, el de los sesenta ha sido suficiente, el esfuerzo
teológico creador tiende a quedarse atrás: no se trata de as limitaciones de la
Iglesia en Cuba que existe mientras no toque los coroticos del pesebre, sino de
toda esta confusión, mezcla, contaminaciones que la propia noción de fe sufre
con el culto a la personalidad en el poder y todo ese pastiche que los
especialistas llaman la Nueva Era.
Finalmente, hay que decirlo: la
opinión pública en Venezuela ha sido relativamente indiferente con la visita
papal. Los políticos parecen no entenderla ni atreverse a ensayar una
interpretación que vaya más allá de las formalidades, salvo contadas
excepciones. Ni siquiera los que se reclaman como seguidores de la Doctrina o
Enseñanza Social de la Iglesia se refieren a la encíclica de Francisco respecto
a la Casa Común. No me diga nadie que opinión es aprovecharse de la oportunidad
para escribirle a la cancillería a objeto de pedir que invite a Bergoglio a
Caracas. Nada más. Pareció la carta perfumada de un vulgar gesto
oportunista. Una sandez que explica muy
bien la crisis de un partido, como el que
Fuente:
http://opinionynoticias.com/internacionales/23892-visita-papal
(https://www.facebook.com/jose.camposbiscardi?fref=ts)
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