sábado, 14 de abril de 2018

PARLAMENTOGRAFÍA

TSJ, fracciones parlamentarias y antejuicio
Luis Barragán


La conformación y desarrollo de las llamadas fracciones, bloques o bancadas políticas, constituye la mejor y más universal modalidad para el trabajo parlamentario. Décadas atrás, con todas sus fallas, permitió no sólo orientar y articular eficazmente las tareas del otrora Congreso de la República; décadas recientes, signadas por el “modelo” oficialista, las ha obstaculizado, resintiendo – además – el carácter institucional de una instancia clave para la propia conformación del Estado Constitucional que todavía no es el pleonasmo deseado.

De irreductible pluralidad, por moderadas o extremas que fuesen, todo parlamento que se repute de tal, ha de conjugar las diferencias y matices que expresan la variedad de perspectivas políticas e ideológicas, planteamientos e intereses, que lo animan. Por más que lo inspire una profunda y determinada convicción, democrática o no, no tendría – digamos – gracia alguna la asfixiante uniformidad, trastocados sus debates en sendas manifestaciones de ciega adhesión a un solo ideal y a un solo interés, cual sucursal de Miraflores.

De hacer una breve comparación histórica, el extinto Congreso, en la era democrática, exhibió múltiples desarrollos de las fracciones, encontrando las que pujaban por la estabilización de la naciente democracia representativa, de un lado,  y las que apostaban por su liquidación, del otro, sin cancelar de manera alguna la polémica. Es más, dándonos una idea del actual retroceso en términos de cultura política, la pertenencia al partido de gobierno, lejos de cualquier dislocación, no impedía el empleo del medio parlamentario para manifestar y dirimir las diferencias con los gobernantes, gracias a un proceso de (re) composición constante, rozando también el ámbito disciplinario.

El triunfo de las elecciones de 2015, llevó a la unidad democrática a convertirse en mayoría en relación a la Asamblea Nacional y, sobre todo, por la presencia activa del llamado chavismo, forzó a la configuración del bloque de la MUD para evitar cualesquiera sabotajes o parálisis de la corporación estatal. Con la deserción del oficialismo, de la cual no tenemos noticia personal alguna de las renuncias efectivamente interpuestas, tendió a sincerarse aún más la situación de la bancada opositora, pues, fueron muy pocas las reuniones previas celebradas para acordar el desenvolvimiento en la cámara o en las comisiones, quedando a la merced de los cuatro partidos dominantes.

Por supuesto, abusando de la MUD, la inutilizaron como mecanismo unitario, comprobadas por las decisiones unilaterales de acudir a los comicios regionales y municipales, o el diálogo dominicano, autorizando así la creación de una plataforma alternativa como Soy Venezuela que, obviamente, se reflejó en la Asamblea Nacional. Las decisiones comentadas, incluso, fueron radicalmente contrarias a la convocatoria, consideración y reconocimiento por  la unanimidad de los diputados, respecto a  la consulta popular, harto ejemplarizante, del 16 de julio de 2017.

Así las cosas, haciendo de la unidad y la democracia una profesión de fe, surgió la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio, aunque los cuatro partidos dominantes, interiormente, nada compactos, apreciaron equivocadamente el hecho como un fenómeno divisionista, generando la falsa impresión de un atentado a la unidad que no supieron resguardar y que, además, los interroga en torno al propio proceso para la adopción de decisiones en el que la mayoría de sus integrantes, por legítima que fuese la curul, no concursan. Los hechos demostraron que la F-16J tuvo toda la razón, pues, fracasó por cuarta o quinta vez el tal diálogo en la isla caribeña, acarreando nefastas consecuencias de las que pocos o nadie desea aún responsabilizarse.

Surgen discrepancias por el ya consabido antejuicio de mérito y la F-16J propuso una modificación del Orden del Día para incluirlo en la sesión del martes 10 de los corrientes, negada por el denominado bloque unitario. Hubo la necesidad de solicitar la palabra y hacer la propuesta, porque – hasta ahora – no es consultada para componer la agenda de temas del día.

Llama la atención, en  el reciente comunicado de la junta directiva asamblearia, mediante el cual se da por notificada de la decisión del legítimo TSJ, el reconocimiento de una reunión ampliada con el bloque unitario y todos los partidos que lo componen, con  expresa exclusión de la F-16J. Toda una curiosidad, la MUD reconvertida se entiende con sectores del chavismo, ataca verbalmente a Henri Falcón y afecta las aspiraciones a un juego claro para la designación de los presidentes de las comisiones, denunciado por Américo de Grazia, pero no acepta hacerlo con la F-16J, como tampoco aceptó que integrara al menos la comisión esequibana, por más que ella la propusiese,  desde hace más de un año.

Pareciera algo personal, innecesariamente personal, porque todo responde a la más legítima y, subrayemos, democrática expresión de la dinámica política y que, lealmente, ante la ciudadanía y el cuerpo parlamentario, con la profundidad deseada, solemos consignar nuestros planteamientos para una discusión imposible de ahogar, a través de sus inevitables fracciones, bancadas, bloques. Sobre todo, porque es un parlamento en riesgo y peligro permanente, frente a una dictadura, cuya naturaleza ahora aceptan, que no ha hecho ni hará concesiones.

Juicio político aparte, ha surgido o surgirá otra fracción parlamentaria con el desprendimiento de numerosos diputados de UNT. Quizá la asimilen al denominado bloque unitario, quizá la enfrenten, pero lo cierto es la incomprensión misma de una labor que, para hacerla eficazmente unitaria, urge de una honda convicción democrática, por no decir humildad, para concursarla.

El legítimo TSJ que la Asamblea Nacional designó, aunque tardíamente, ha hecho la notificación electrónica ya sabida, pero consignada oportuna y debidamente por el diputado Juan Pablo García, en la sesión próxima pasada, hay que esperar por una larga semana para darle entrada e iniciar la discusión. Vale decir, otra vez tuvo razón la F-16J sobre el asunto.

Gráficas: Obra de  Francisco Bassim (https://www.facebook.com/delmundosoy/photos/a.631827567013123.1073741829.625409967654883/831857177010160/?type=3&theater); e ilustración de Weil de amplia circulación en las redes.

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