Del maestro Njaim (y una nota adicional)
Luis Barragán
Quizá después del foro que hicimos sobre el Esequibo o del recorrido comentado por sus bibliotecas, José Alberto Olivar y el suscrito nos dispusimos a tomar un café para afinar algunas observaciones, en la Universidad Metropolitana. Por casualidad, nos encontramos a Humberto Njaim y, al fin, pudimos estrechar su mano.
Un encuentro breve: “¿Usted es el diputado de COPEI?”, preguntó y, al responderle de mi afiliación a Vente Venezuela, desde hace ya varios años, replicó: “!Ah!, está con los radicales”. Por supuesto, no fue el momento de hacer precisiones, gracias a la amabilidad y cordialidad que nos dispensó con una modestia proverbial.
Justo el jueves 5, próximo pasado, Olivar nos remitió copia de un correo que comentamos inmediatamente por teléfono, relacionado con una campaña para recoger fondos por la delicada enfermedad de Njaim. Luego, a escasos minutos, volvimos hablar, pues, el ilustre académico había fallecido.
Por lo pronto, el caso nos remite a las precarias condiciones sociales y económicas en la que se encuentran los académicos, y no constituye un hecho fortuito que la crisis, harto prolongada y agudizada, haya reventado con toda su crudeza en las playas de una intelectualidad largamente macerada, cabalmente acreditada por sus reales y sustanciales aportes a una Venezuela que nunca mereció, por más méritos que acumulara a la sombra de la mentalidad rentista, el socialismo rotulado con amarga ironía por el siglo XXI, sintetizando la impúdica gesta de los ágrafos asaltantes y amasadores del erario público.
Y, ajenos a la docencia universitaria, por lo menos, celebramos la circunstancia, de haber estrechado la mano del insigne catedrático al que leímos – ávidamente - desde nuestra más temprana juventud de militantes políticos, coincidiendo y discrepando – además – con sus textos de prensa, pues, sobre todo, al tratarse de los científicos sociales, jamás está reñida la densidad de sus títulos con el ineludible ejercicio cotidiano de opinión. Para más señas, por otra jugarreta del azar, preparando un trabajo relacionado con la razón de Estado para una conferencia pendiente, entre los pliegues de un libro de Pedro Guevara o de Rafael del Águila, nos conseguimos el recorte de un artículo de Njaim de El Diario de Caracas (13/06/1995): “La lógica del secreto político”.
Nota adicional
En la sesión de la semana próxima pasada, la Asamblea Nacional deliberó sobre el problema del autismo en el país, ocupando – incluso – la tribuna de oradores los representantes de una meritoria sociedad civil organizada, valerosa y persistente. El diputado Julio Montoya, ante la indiferencia y negligencia de Miraflores, propuso que la ley sobre la materia, sancionada tiempo atrás, fuese remitida a la Gaceta Oficial para su inmediata publicación, siendo aprobada la iniciativa por la cámara. No obstante, nos permitimos una observación que no quisimos ventilar, por razones obvias, en el momento para correr el riesgo innecesario de un malentendido.
Por lo pronto, entendemos: 1) Regulación de varias décadas, la Ley de Publicaciones Oficiales obliga al Ejecutivo a publicar lo que así mayoritariamente acuerde el Legislativo, por lo que una negación acarrea responsabilidades administrativas y penales a las que también debe apuntar la Asamblea; 2) si no hubiese la debida promulgación o devolución presidencial de la ley sancionada, la Constitución prevé la promulgación por la junta directiva, por lo que existe la posibilidad de algo más que de quejarse; 3) reparamos en la tradición reglamentaria de la Gaceta del Congreso para darle publicidad a sus actos, perfeccionando aquellos, además, legislativos a los que se resista el Ejecutivo, por lo que debe reformarse el actual Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional para (re) crearla. Por consiguiente, por muy buenas intenciones que se tengan y ante problemas de una alta sensibilidad, no es fácil despachar el asunto con una remisión de la ley a la Gaceta Oficial para que rebote, evadiendo las otras tareas pendientes.
Ilustración: Guillermo Aveledo Coll.
09/04/2018:
http://www.opinionynoticias.com/opinioncultura/32322-barragan
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