domingo, 15 de diciembre de 2013

DEMOLER

EL NACIONAL - Viernes 29 de Noviembre de 2013     Ciudadanos/6
El defensor del lector
FRANCK VILORIA- BARAZARTE

Al lector se le debe defender de todas las maneras posibles, ya que en estos tiempos los ataques a la lengua vienen por las rutas más inusitadas; aparte, claro está, de los errores que cometemos en los periódicos: periodistas y articulistas. La tarea del equipo de la defensoría del lector debe tener bastante claro y tratar de corregir los malos usos de nuestra lengua por parte de nuestra redacción, pero al mismo tiempo debemos alertar a los lectores de los abusos que de la lengua, como política comunicacional de este gobierno, se suceden permanente y abiertamente en los mensajes de adoctrinamiento y propaganda que nos inundan a diario, sin poder actuar de manera balanceada. A las noticias que emiten cada uno de los medios de comunicación oficialistas se les debe responder de manera lógica y coherente y con la misma frecuencia con que la emiten.
En esta defensoría del lector nos preocupa mucho lo que está sucediendo en términos comunicacionales, y por ello le hemos dado un vuelco a su tarea original y al formato de la página.
Nos preocupan tanto nuestros errores como los abusos en la política comunicacional oficialista. En el pasado, hemos denunciado harto esta forma de presentar los balances de la acción de gobierno muy distorsionada de la realidad, pero el problema se incrementa en vez de disminuirse, entonces qué se debe hacer para que el lector tenga una propuesta de lectura de la realidad, que le diga y haga ver que todo lo que hace el gobierno no es el "mar de la felicidad". Lo que queda, a mi entender, es continuar en esta labor inquebrantable y recurrir a nuevas formas de defender al lector, como la Cruzada contra la Neolengua, que se comenzó con un foro en nuestra sede, con algunos de los mejores expertos del país. Ellos mismos se han ofrecido a escribir artículos cada semana explicando en sus términos, las distintas formas como la política comunicacional del gobierno nos ataca, penetrando cada vez más la conciencia de los lectores, que no están protegidos ni alertados contra esta manera irreal, falsa, de nombrar lo que ocurre en el país. Es por eso que sentimos la obligación moral desde El Nacional, por las políticas que emanan de la junta directiva, y hacia el país de continuar con estos llamados de alerta para ayudar a los ciudadanos a formar una visión crítica del lenguaje.
La creación y puesta en práctica de una cruzada como esta no es nada fácil y siempre saldrá algún detractor que no le guste que se hagan los cambios estructurales de nuestra página, pero esto es parte del avance del conocimiento que se da, en lugares donde los académicos participan dando un positivo apoyo a nuestra labor. Nos sentimos en la obligación de emprender acciones para contribuir con este necesario análisis del lenguaje de nuestra realidad política, para proporcionar a los lectores las herramientas que les permitan estar atentos a las voces de alerta para que todos tomemos la palabra en la construcción del país que soñamos.
El lenguaje es también condición de ciudadanía porque, como dijo Hannah Arendt: "Para el modo de pensar griego, ser político, vivir en una polis, significaba que todo se decía por medio de palabras y de persuasión (...) obligar a las personas por medio de las fuerza y la violencia, mandar en vez de persuadir, eran formas prepolíticas". ¿Cómo entender, entonces, las implicaciones políticas de los atentados contra la libertad de expresión? ¿Qué pasa con la democracia como sistema político, en medio de un silencio obligado? Sabemos que la democracia es algo que nos atañe a todos, no solo a los políticos de oficio, sino que la conformación del "orden democrático se logrará tan solo con la participación de todos como personas", como dijo la filósofa española María Zambrano, "la persona es algo más que el individuo; es el individuo dotado de conciencia".

Cruzada Contra La Neolengua
Neolengua, totalitarismo y libertad

Dos hechos ponen de nuevo de manifiesto si no la eficacia, al menos sí la importancia que el poder da a las palabras en el discurso público. El 23/11/13 fue detenido en violación del derecho a la libertad personal el ciudadano Alejandro Silva (ver su testimonio en: http:// goo.gl/wGLGTs), quien labora como coordinador de las giras electorales de Henrique Capriles, ya que fue llevado, en contra de su voluntad y sin una orden judicial, a rendir declaración en la Dirección de Inteligencia Militar, DIM. Al declarar sobre el episodio, la fiscal general de la república negó que lo anterior fuera una detención, y afirmó que en realidad se trató de "una entrevista que rindió ese ciudadano en un órgano de policía" (ver: http://goo.gl/iiquaN), así que no hubo violación de la libertad personal.
El segundo hecho fue la toma por el Ejecutivo nacional de algunos locales comerciales, sin procedimiento expropiatorio ni proceso penal que haya decidido confiscar esos locales. De ser así, tal proceder constituye una violación de la propiedad privada. Sin embargo, en resolución publicada en Gaceta Oficial 40301, el Gobierno calificó tal proceder de "medida de ocupación temporal y puesta en operatividad de las empresas que en ella se indican", apoyado en la Ley del Indepabis (ejemplo jurídico de la neolengua oficialista) y negó así cualquier violación de la propiedad y el debido proceso.
Los más informados repudian ese encubrimiento de la verdad y se preguntan si el poder considera idiotas a los venezolanos. Otros desestiman el intento y afirman que las personas dan más importancia a los hechos que a las palabras.
Pero sucede que solo un sector pequeño del país rechaza los hechos descritos y expresa políticamente ese rechazo.
La mayoría o actúa con indiferencia o apoya lo afirmado por el poder. Y no porque sean per se idiotas, sino porque son víctimas, de un lado, de la propaganda mesiánica e idiotizante del gobierno, y de otro, de sus propias decisiones erradas, así como de la falta de un relato, un ideario, que les brinde alternativas para salir de su postración y autoengaño inducidos por la pretensión totalitaria.
Sobre esto nos dice T. Todorov: "Al mismo tiempo promueve un mesianismo secular, o utopismo, la promesa de traer el paraíso en la tierra y la salvación para todos. Este pensamiento (...) permite establecer un régimen totalitario que se fundamenta en la unificación y la no diferenciación de la sociedad, y que exige suprimir las diferencias entre lo público y lo privado, y por lo tanto la libertad de los individuos, y a la vez someter todas las formas de vida social, y sobre todo económica, al poder del Estado" (La experiencia totalitaria, p. 20). Este programa, cuando es ejecutado por regímenes de base electoral (no democráticos), es todavía más complicado de rechazar por los ciudadanos, como lo explica B. Russell: "Una de las ventajas de la democracia, desde el punto de vista gubernamental, es que es más fácil engañar al ciudadano medio (...) En una democracia, una mayoría solamente puede volverse contra el gobierno si admite primero con respecto a sí misma que estaba equivocada en su primera opinión sobre sus jefes, lo cual es difícil y desagradable" (El poder, p. 132).
Los efectos de la nueva lengua oficialista podrán ser reducidos solo si se alerta a la población y si se rescata (o inculca) el valor de la libertad individual entre los venezolanos: "Si hemos de impedir esa evolución, tendremos que ser capaces de ofrecer un nuevo programa liberal que despierte la imaginación. Una vez más tenemos que hacer del edificio de la sociedad una aventura intelectual, un acto de valor" (F. Hayek, Los intelectuales y el socialismo, p. 97).
LUIS A. HERRERA ORELLANA

Lenguaje
Errores comunes

Queridos y consecuentes lectores, por ser hoy el Día del Lector les vamos a dar un regalo, un compendio de los errores más frecuentes en la lengua española. Guárdenlo porque algún día les podrá servir de algo.
· Busco hombre, de buena ortografía, para tener una intensa relación textual.
· Si me gusta tu ortografía es porque me sugiere que sabes poner las cosas en su lugar, que puedo confiar en ti, porque quien respeta hasta la forma correcta de escribir una palabra, seguro sabrá respetar cosas más importantes en la vida.
· Estimado lector, aprenda que: "haber" es un verbo, "a ver" es mirar, "haver" no existe. "Hay" es haber, "ahí" es un lugar. "Ay" es una exclamación y "ahy" no existe. "Haya" es un lugar y "haiga" no existe. "Iba es de ir", "IVA" es un impuesto e "hiba" no existe. "Valla" es una cerca, "vaya" es ir y "baya" es un fruto.
· Leer es como besar, a quien no lo hace con frecuencia, se le nota en la lengua.
· La mala ortografía es una enfermedad de transmisión textual. Protégete · Vamos a comer niños. Vamos a comer, niños. Las comas salvan vidas.
· No eres tú, es tu ortografía.
· La riqueza de la coma. Una coma puede ser una pausa: "No, espere. No espere". Puede hacer desaparecer tu dinero: "23,4 o 2,34". Puede crear héroes: "Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve". Puede ser la solución: "Vamos a perder, poco se resolvió. Vamos a perder poco, se resolvió". Cambia una opinión: "No queremos saber. No, queremos saber". La coma puede condenar o salvar: "No tenga clemencia.
No, tenga clemencia". Una coma hace la diferencia entre dos puntos de vista.
· Si usted no sabe la diferencia entre "ves" y "vez" es porque siempre ves televisión y rara vez abres un libro... ¿Ahora si lo ves? ¿O te lo repito otra vez? · La cultura siempre te dará una mejor perspectiva.
· Se llama leer. Es la forma en que la gente instala nuevo software en su cerebro.
· Preguntas: "¿Se escribe habeces o habeses?"... Respuesta: "A veces se escribe "habeces" y a veces se escribe "habeses".
Depende de lo bruto que sea el que escribe.
· Los siete pecados capitales: ira, haiga, vistes, nadien, hay, ansina, la calor.
· "Bebés y mamás gratis" no es lo mismo que "bebes y mamas gratis". ¿Ven la importancia de las tildes? · Un diccionario se suicida cada vez que escribes usando la letra K en lugar de la Q.
· Educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto. Aristóteles.
· La "H" es muda, pero tú no eres ciego, escríbela.

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