viernes, 24 de septiembre de 2010
¿tan simple?
EL NACIONAL - Viernes 24 de Septiembre de 2010 Opinión/7
A Tres Tres Manos Manos Miradas múltiples para el diálogo Miradas múltiples para el diálogo
Emeterio, demasiado simple
"La puerta abierta por la globalización neoliberal da al vacío" Juan Carlos Monedero: Disfraces del Leviatán, p. 217
RIGOBERTO LANZ
Sólo me referiré en estas notas al desbrozamiento que es preciso hacer para poder tener un mínimo diálogo sobre cualquier cosa, justamente el asunto "incomprensible" que el amigo Emeterio Gómez despacha muy rápidamente. Lo que estoy planteando es que nos hagamos cargo de las implicaciones del anticomunismo como mentalidad (como enfermedad del espíritu) cosa bien diferente del pensamiento reaccionario que se expresa de múltiples maneras con ideas, reflexiones y argumentaciones. Son dos planos completamente diferenciados que no se pueden confundir.
Las mentalidades (el racismo, el anticomunismo, etc.) no son cuerpos de ideas, ni constructos ideológicos muy refinados.
Son simples amalgamas de escatologías que se alojan en la subjetividad como dispositivos que comandan la conducta. Ese fenómeno ha sido muy estudiado. Si el amigo Emeterio se tropieza por allí con algún libro de Serge Moscovicci, le aseguro que ayudará mucho a esclarecer lo que estamos comentando.
En Venezuela existen desde hace rato esas mentalidades (la racista trasiega vergonzantemente los pliegues discursivos, la anticomunista se ha cultivado desde siempre en los recovecos de la reacción). Por estos tiempos de polarizaciones intensas la derecha histérica calza muy bien con el fanatismo anticomunista que ya está inoculado en los pliegues de la subjetividad. Lo que está allí instalado es un paquete de aptitudes que condiciona fuertemente el aparato perceptual, las valoraciones éticas y afectivas, las miradas sobre la realidad. Son engramas mentales que actúan en bloque y linealmente. Nos están hechos para pensar sino para los arrebatos histéricos y los chillidos. Entre más ignorante es la persona más efectivo puede ser este síndrome.
En otro lado, ahora sí en el plano de la reflexión teórica, existe un antimarxismo que se ha desarrollado a lo largo de estos siglos. Gente que piensa de manera diferente a Marx, y lo que es más importante, gente que se confronta intelectualmente con el marxismo que se ha desarrollado hasta hoy. Eso no tiene nada de raro. Al contrario, es natural que desde la derecha intelectual se activen todos los resortes para combatir un pensamiento que se propone la pesadez de acabar con el capitalismo.
En este terreno del antimarxismo hemos conocido toda clase de variantes: desde el panfletismo de los apologetas del capitalismo, hasta los análisis eruditos de muchos enemigos de la izquierda que se toman su trabajo en serio. En el medio nos encontramos con un ejército de ilustres profesores y periodistas que hacen su tarea recortando y encapsulando las complejidades para hacer más amigable la digestión. Pero en todos los casos lo que importa destacar es que no estamos lidiando con una mentalidad anticomunista sino con una postura ideológica legítimamente sustentada.
Desde luego, las cosas no podían ser tan sencillas: una nueva complicación aparece cuando las posturas intelectuales de la derecha se salpican de los resabios de la mentalidad anticomunista. Esto no aparece nítidamente. Son cruces opacos y reminiscencias subterráneas.
En situaciones de alta conflictividad política donde las tensiones ponen al rojo vivo la dimensión pasional de la razón, entonces allí afloran los fantasmas que han sido parcialmente enchiquerados por efecto de lo "políticamente correcto".
No hace falta ser "agente de la CIA" para padecer estas calamidades del espíritu. Basta con calzarse el traje de activista político y salir desaforado a corear las necedades de la extinta plaza Altamira. No conozco muy bien las rutinas de activista político del amigo Emeterio Gómez, espero que practique otras rutas y otros acompañantes. Espero más: que el ímpetu de sus frecuentes aseveraciones políticas no estén alimentadas por mampuesto de las miserias del anticomunismo primario.
Eso no se sabe así de fácil ni hace falta "aclararlo" en la polémica. Mejor sería, ahora que Emeterio está más cerca de Dios que en los viejos tiempos, echar una rezadita de vez en cuando para alejar estas amenazas.
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