viernes, 24 de septiembre de 2010

e-literatura


EL NACIONAL - Lunes 20 de Septiembre de 2010 Cultura/4
El foro del lunes
HÉCTOR TORRES El autor defiende que Twitter contribuye con la difusión de la literatura
«Escribir hoy supone usar los términos de la cultura pop»
El director de Ficción Breve Venezolana, creador del Premio de Novela de la Crítica y de la Semana de la Narrativa Urbana, critica la visión obsoleta que tiene el Gobierno de lo que es cultura
MICHELLE ROCHE R.

Héctor Torres detesta a la farándula literaria del país, pero ha contribuido a crear gran parte de ella.

Nadie puede preciarse de saber sobre las letras nacionales actuales si no conoce al autor de El amor en tres platos (2007) y La huella del bisonte (2008), novela que acaba de reeditar el Grupo Norma a propósito de la campaña Leo Venezolano.

Más allá de su trabajo como escritor, se encuentra también su gestión como difusor de la literatura del país.

Es director del portal Ficción Breve Venezolana, organizador del Concurso de Jóvenes Autores de la Policlínica Metropolitana y creador del Premio de Novela de la Crítica y de la Semana de la Narrativa Urbana. Además, es uno de los twitteros más activos de la red, y para comprobarlo basta con revisar sus cuentas: @ficcionbreve y @htorres. Entre el 5 y el 11 de octubre, el Gobierno de Alemania lo invitó a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, que este año hace énfasis en Latinoamérica, pues está dedicada a las letras de Argentina.

­¿Es la argentina la literatura latinoamericana con más proyección internacional? ­Es una media muy difícil de tasar. Los latinoamericanos sufrimos una distorsión, porque cuando hablamos de autores reconocidos nos referimos a lo que en España se ha escogido vender en todo el mundo. No creo que la literatura española sea mejor que la nuestra, pues escribir hoy supone usar los términos de la cultura pop y en eso los latinoamericanos tenemos mucho más entrenamiento que los españoles. Estamos más cerca de la cultura mediática cuyo epicentro está en Estados Unidos y tenemos realidades suficientemente contrastantes, hondas e intensas como para que podamos descifrar los códigos de los que se alimenta el lector de hoy, usuario de Internet y de la televisión.

­La cultura pop también revolucionó el formato de la literatura. ¿Desaparecerá el libro impreso? ­Si en un área es riesgoso predecir el futuro es en la tecnología, pero sí puedo decir que el hábito de leer por placer no se va a perder.

­¿Cómo cambia la interacción entre escritor y lector? ­Hay una tendencia hacia las comunicaciones horizontales y hay muchos cambios en ese sentido, como Twitter, que redefine el modo de hacer llegar la obra a los lectores.

­¿Cómo ayuda Twitter a la literatura? ­La difunde de manera más efectiva que los formatos impresos y alimenta también el trabajo del autor, ofreciéndole una amplia panorámica de lo que piensa la gente en relampagueos. Los tweets son pulsos de angustias y alegrías; gritos y gemidos que permiten ver qué sienten los demás: más que hablar de lo que piensan, Twitter habla de lo que sienten los usuarios.

­¿Existe el riesgo de que herramientas como Twitter vuelvan la literatura superficial e improvisada? ­La buena literatura ofrece la reconfortante y falsa sensación de improvisación.

Faltas que pesan. Torres dirige la revista en línea Ficción Breve Venezolana, que estrenará nuevo formato a finales de octubre. El portal tuvo que reestructurarse después de que su principal patrocinante, Econoinvest, fue intervenido por el Gobierno. El nuevo diseño capitaliza la extensa base de datos de escritores nacionales, amplía la plantilla de editores y automatiza los procesos, para que la publicación digital funcione como un sistema de gestión de contenido, como lo hace el sitio WordPress. El objetivo del rediseño es que su creador pueda separarse en unos años de la página y que ésta se convierta en una plataforma de difusión de la literatura venezolana, pues para Torres la única manera de saber si un proyecto sirve es que quien lo fundó desaparezca y el proyecto continúe.

El Premio de Novela de la Crítica, que también contaba con el patrocinio de la casa de bolsa, corrió una suerte similar. Torres indica que el equipo que lo desarrolla hace un esfuerzo por mantenerlo vivo.

"La idea es que se convierta en una tradición que sobreviva tanto los tiempos buenos como los malos".

Sin embargo, dice que aún no están dadas las circunstancias para que se extienda a otros géneros, ni siquiera el cuento, a pesar de lo que se anunció el año pasado, cuando se celebró su primera edición.

"Aunque en 2010 no vamos a crecer, por lo menos cumpliremos con el cronograma. En el futuro sí ampliaremos el galardón para que sea un reconocimiento que otorguen los críticos especializados del país a lo mejor de cada género".

­¿La liquidación de Econoinvest dejó un vacío en la cultura nacional? ­Sí, su falta se siente. Sólo con la crisis de la Fundación para la Cultura Urbana se están dejando de producir un número significativo de libros (yo mismo tenía un compendio de crónicas en el fondo) por parte de una editorial que por su perfil podía publicar lo que a pocos sellos le interesa.

La amplitud de criterios de los aportes de Econoinvest se está sintiendo mucho porque, al no estar allí, se tienen que cancelar, disminuir o reformular muchos proyectos. La fundación, además, se ocupa de temas como arquitectura y urbanismo, que difícilmente interesan a una editorial. El fondo se ocupaba justamente de eso, de difundir el pensamiento de lo urbano y de la ciudad como hecho cultural en el que confluyen, además, todos los géneros literarios.

­¿Podrá recuperarse la fundación? ­Sí, rediseñándose, como han comenzado a hacerlo a través de la Sociedad de Amigos de la Fundación para la Cultura Urbana. Ahora emprende un proceso de redefinición y eso es bueno, porque todas las instituciones sólidas tienen que demostrar su capacidad para repensarse. Lo importante es que el espíritu de esa institución no muera; puede pasar por momentos malos y puede volver a reflotar con más amplitud en el futuro, pero lo más importante es que ni su nombre ni su espíritu mueran.

­¿Cree que ciertos actores políticos aprovecharon la intervención de la casa de bolsa para eliminar la institución? ­Aseverar que existe la intención de desaparecer la fundación sería temerario, pero el trabajo de la institución tenía mucha proyección nacional e internacional. Un ejemplo son las Conferencias Anuales, siempre abarrotadas de público nacional y de invitados extranjeros. En esos encuentros no había proselitismo directo ni ataques sistemáticos a nadie o negación de espacios al otro. Todo eso le dio una proyección a la Fundación para la Cultura Urbana que no debió gustar en el Gobierno.

­Se confrontan dos visiones de la cultura... ­Una que se entiende como globalizada contra otra que pertenece a un discurso pretendidamente proteccionista.

La gente se siente más parte de un todo con la primera.

Uno escucha al ministro de Cultura hablar y parece mentira que pertenezca a estos tiempos. Habla de una cultura burguesa y uno se pregunta a qué se refiere y cuál es la "no burguesa". Los apellidos que pretenden darle a la expresión son ridículos, pues la gente se expresa artísticamente con las herramientas con las que se siente más cómoda. El enfoque de los proyectos que apoyaba Econoinvest estaba en sintonía con el pulso de la cultura mundial y eso le daba una proyección que difícilmente tiene el trabajo del Ministerio de Cultura, sobre todo porque allí están muy necesitados de mantener a una facción y de oponerse a otra. Cuando un proyecto está dividido en dos facciones, lo mío y aquello, no puede ser exitoso.

Fotografía: Ernesto Morgado
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EL NACIONAL - Lunes 20 de Septiembre de 2010 Cultura/4
El foro del lunes
HÉCTOR TORRES El autor defiende que Twitter contribuye con la difusión de la literatura
«Escribir hoy supone usar los términos de la cultura pop»
El director de Ficción Breve Venezolana, creador del Premio de Novela de la Crítica y de la Semana de la Narrativa Urbana, critica la visión obsoleta que tiene el Gobierno de lo que es cultura
MICHELLE ROCHE R.


Héctor Torres detesta a la farándula literaria del país, pero ha contribuido a crear gran parte de ella.

Nadie puede preciarse de saber sobre las letras nacionales actuales si no conoce al autor de El amor en tres platos (2007) y La huella del bisonte (2008), novela que acaba de reeditar el Grupo Norma a propósito de la campaña Leo Venezolano.

Más allá de su trabajo como escritor, se encuentra también su gestión como difusor de la literatura del país.

Es director del portal Ficción Breve Venezolana, organizador del Concurso de Jóvenes Autores de la Policlínica Metropolitana y creador del Premio de Novela de la Crítica y de la Semana de la Narrativa Urbana. Además, es uno de los twitteros más activos de la red, y para comprobarlo basta con revisar sus cuentas: @ficcionbreve y @htorres. Entre el 5 y el 11 de octubre, el Gobierno de Alemania lo invitó a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, que este año hace énfasis en Latinoamérica, pues está dedicada a las letras de Argentina.

­¿Es la argentina la literatura latinoamericana con más proyección internacional? ­Es una media muy difícil de tasar. Los latinoamericanos sufrimos una distorsión, porque cuando hablamos de autores reconocidos nos referimos a lo que en España se ha escogido vender en todo el mundo. No creo que la literatura española sea mejor que la nuestra, pues escribir hoy supone usar los términos de la cultura pop y en eso los latinoamericanos tenemos mucho más entrenamiento que los españoles. Estamos más cerca de la cultura mediática cuyo epicentro está en Estados Unidos y tenemos realidades suficientemente contrastantes, hondas e intensas como para que podamos descifrar los códigos de los que se alimenta el lector de hoy, usuario de Internet y de la televisión.

­La cultura pop también revolucionó el formato de la literatura. ¿Desaparecerá el libro impreso? ­Si en un área es riesgoso predecir el futuro es en la tecnología, pero sí puedo decir que el hábito de leer por placer no se va a perder.

­¿Cómo cambia la interacción entre escritor y lector? ­Hay una tendencia hacia las comunicaciones horizontales y hay muchos cambios en ese sentido, como Twitter, que redefine el modo de hacer llegar la obra a los lectores.

­¿Cómo ayuda Twitter a la literatura? ­La difunde de manera más efectiva que los formatos impresos y alimenta también el trabajo del autor, ofreciéndole una amplia panorámica de lo que piensa la gente en relampagueos. Los tweets son pulsos de angustias y alegrías; gritos y gemidos que permiten ver qué sienten los demás: más que hablar de lo que piensan, Twitter habla de lo que sienten los usuarios.

­¿Existe el riesgo de que herramientas como Twitter vuelvan la literatura superficial e improvisada? ­La buena literatura ofrece la reconfortante y falsa sensación de improvisación.

Faltas que pesan. Torres dirige la revista en línea Ficción Breve Venezolana, que estrenará nuevo formato a finales de octubre. El portal tuvo que reestructurarse después de que su principal patrocinante, Econoinvest, fue intervenido por el Gobierno. El nuevo diseño capitaliza la extensa base de datos de escritores nacionales, amplía la plantilla de editores y automatiza los procesos, para que la publicación digital funcione como un sistema de gestión de contenido, como lo hace el sitio WordPress. El objetivo del rediseño es que su creador pueda separarse en unos años de la página y que ésta se convierta en una plataforma de difusión de la literatura venezolana, pues para Torres la única manera de saber si un proyecto sirve es que quien lo fundó desaparezca y el proyecto continúe.

El Premio de Novela de la Crítica, que también contaba con el patrocinio de la casa de bolsa, corrió una suerte similar. Torres indica que el equipo que lo desarrolla hace un esfuerzo por mantenerlo vivo.

"La idea es que se convierta en una tradición que sobreviva tanto los tiempos buenos como los malos".

Sin embargo, dice que aún no están dadas las circunstancias para que se extienda a otros géneros, ni siquiera el cuento, a pesar de lo que se anunció el año pasado, cuando se celebró su primera edición.

"Aunque en 2010 no vamos a crecer, por lo menos cumpliremos con el cronograma. En el futuro sí ampliaremos el galardón para que sea un reconocimiento que otorguen los críticos especializados del país a lo mejor de cada género".

­¿La liquidación de Econoinvest dejó un vacío en la cultura nacional? ­Sí, su falta se siente. Sólo con la crisis de la Fundación para la Cultura Urbana se están dejando de producir un número significativo de libros (yo mismo tenía un compendio de crónicas en el fondo) por parte de una editorial que por su perfil podía publicar lo que a pocos sellos le interesa.

La amplitud de criterios de los aportes de Econoinvest se está sintiendo mucho porque, al no estar allí, se tienen que cancelar, disminuir o reformular muchos proyectos. La fundación, además, se ocupa de temas como arquitectura y urbanismo, que difícilmente interesan a una editorial. El fondo se ocupaba justamente de eso, de difundir el pensamiento de lo urbano y de la ciudad como hecho cultural en el que confluyen, además, todos los géneros literarios.

­¿Podrá recuperarse la fundación? ­Sí, rediseñándose, como han comenzado a hacerlo a través de la Sociedad de Amigos de la Fundación para la Cultura Urbana. Ahora emprende un proceso de redefinición y eso es bueno, porque todas las instituciones sólidas tienen que demostrar su capacidad para repensarse. Lo importante es que el espíritu de esa institución no muera; puede pasar por momentos malos y puede volver a reflotar con más amplitud en el futuro, pero lo más importante es que ni su nombre ni su espíritu mueran.

­¿Cree que ciertos actores políticos aprovecharon la intervención de la casa de bolsa para eliminar la institución? ­Aseverar que existe la intención de desaparecer la fundación sería temerario, pero el trabajo de la institución tenía mucha proyección nacional e internacional. Un ejemplo son las Conferencias Anuales, siempre abarrotadas de público nacional y de invitados extranjeros. En esos encuentros no había proselitismo directo ni ataques sistemáticos a nadie o negación de espacios al otro. Todo eso le dio una proyección a la Fundación para la Cultura Urbana que no debió gustar en el Gobierno.

­Se confrontan dos visiones de la cultura... ­Una que se entiende como globalizada contra otra que pertenece a un discurso pretendidamente proteccionista.

La gente se siente más parte de un todo con la primera.

Uno escucha al ministro de Cultura hablar y parece mentira que pertenezca a estos tiempos. Habla de una cultura burguesa y uno se pregunta a qué se refiere y cuál es la "no burguesa". Los apellidos que pretenden darle a la expresión son ridículos, pues la gente se expresa artísticamente con las herramientas con las que se siente más cómoda. El enfoque de los proyectos que apoyaba Econoinvest estaba en sintonía con el pulso de la cultura mundial y eso le daba una proyección que difícilmente tiene el trabajo del Ministerio de Cultura, sobre todo porque allí están muy necesitados de mantener a una facción y de oponerse a otra. Cuando un proyecto está dividido en dos facciones, lo mío y aquello, no puede ser exitoso.

Fotografía: Ernesto Morgado

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