domingo, 26 de agosto de 2018

PERSISTENCIA


LA RAZÓN, Caracas, año XXIV, nr. 1230 del 26 de agosto al 2 de septiembre de 2018
ENTREVISTA
DIPUTADO LUIS BARRAGÁN: GUYANA CONTINÚA LA EXPLOTACIÓN DE RECURSOS PETROLÍFEROS, GASÍFEROS Y MADEREROS EN EL ESEQUIBO
“Otorgan concesiones en aguas venezolanas”
“El Gobierno de Georgetown se aprovecha, en forma desleal, de la coyuntura que atraviesa Venezuela”
ENRIQUE MELÉNDEZ

A juicio del diputado Luis Barragán, dirigente del partido Vente Venezuela e integrante de la fracción parlamentaria 16 de Julio en la Asamblea Nacional, la situación, que califica de dictatorial, propiciada por el régimen e Nicolás Maduro, ha sido aprovechada por el actual gobierno guyanés, para resolver ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en una forma desleal y coyuntural, de la reclamación del Esequibo, y lo que, a la postre a su modo de ver, resultará contraproducente por la ineludible vecindad que tenemos y los compromisos futuros que impone un área tan vital para la humanidad, como es el Amazonas.

LA CONTROVERSIA

Guyana pretende llevar el caso del Esequibo a la Corte Internacional de Justicia. ¿En esta instancia perdería Venezuela?

De continuar la  dictadura, extendida la de La Habana a Caracas, sería el obvio desenlace ante la petición ya formalizada por Georgetown en La Haya, entre otras de las iniciativas y maniobras que tiene pendiente, habida cuenta de los numerosos reveses que hemos sufrido en los últimos años, corriendo la suerte de una cancillería desprofesionalizada y desespecializada, como la nuestra.  Recordemos, Venezuela nunca suscribió el protocolo que dio origen a una jurisdicción, por lo demás voluntaria, ni está comprometida  en forma alguna con el Pacto de Bogotá y la Convención del Mar, en la materia. Valga acotar que la Asamblea Nacional declaró inaplicable la decisión mediante  la cual el Secretario General de las Naciones Unidas, excediéndose en sus competencias,  remitió el caso esequibano a la Corte Internacional de Justicia, viciada de nulidad las actuaciones de D.H. Nylander, quien no tuvo la amabilidad siquiera de reunirse con sectores de la oposición, como lo hizo con los del vecino país, ni reparó en una circunstancia: Guyana debió negociar literalmente con Venezuela, algo que maliciosamente no hizo, ni le interesó, al correr el plazo perentorio en 2017, empañando una decisión que pretende dar la espalda al Acuerdo de Ginebra.

En condiciones, agreguemos, curiosamente semejantes a las de 1899, cuando fuimos víctimas de un comprobadamente injusto Laudo Arbitral, nada auspicioso sería ocurrir ante La Haya, en el supuesto negado que lo hiciéramos, ni a otras instancias que ventilen, incluso, materias ajenas a la controversia territorial, pues, ya sabemos que la industria petrolera ha sido afectada por el arbitraje impulsado por firmas transnacionales frente a los manejos irresponsables de esta dictadura. Y si ésta permanece, perderíamos la República misma, quedando apenas el Esequibo como un detalle.

LA VULNERABILIDAD DE VENEZUELA

¿Qué ha movido a Guyana a remover el caso?

Nos sabe en medio de unas duras y difíciles circunstancias que ojalá el pueblo guyanés jamás viva, reconocido Maduro Moros y su régimen como una grave vulnerabilidad en términos de seguridad y defensa. Se ha aprovechado deslealmente de una coyuntura que, a la postre, resultará contraproducente por la ineludible vecindad que tenemos y los compromisos futuros que impone un área tan vital para la humanidad, como es el Amazonas. Versamos sobre un contexto esequibano, radicalmente diferente a las restantes controversias territoriales del mundo contemporáneo, por lo que, caricaturizándolo, no se trata de un caso agigantado de Las Malvinas o de  Gibraltar, equiparando lo imposible respecto a una vital reserva planetaria de oxígeno, por ejemplo.

Una poderosa y quizá desesperada ilusión petrolera, anima al gobierno guyanés a otorgar concesiones que tocan las aguas venezolanas del Esequibo. Faltando al Acuerdo de Ginebra que las suspendió, prosigue en la explotación de importantes recursos petrolíferos, gasíferos, madereros que, entre otros, configuran un ecocidio. Y, conocida la naturaleza y las diferencias también raciales en el vecino país, las que no tienen equivalentes en Venezuela, Georgetown idea fórmulas de aglutinación política, concibiendo sendas campañas, que nos hacen ver como el enemigo que no somos. En las relaciones internacionales y en la política exterior, el burdo oportunismo es un mal consejero.

CARICOM CON GUYANA

¿Cómo está Venezuela a nivel internacional para continuar resolviendo este diferendo por la vía bilateral?

La  dictadura, elocuentemente desacreditada. La comunidad internacional la rechaza. Nada ni nadie la afianza en el intento de resolver adecuadamente el conflicto, reducidas las posibilidades de un entendimiento bilateral, dada la inútil sagacidad de Georgetown, pues, si bien es cierto que ha colocado importantes cantidades de arroz en nuestro “mercado” (subrayamos las comillas), no menos lo es que debe rectificar una conducta que ensombrece todo entendimiento presente y futuro para la agenda entre ambos países, con o sin Esequibo. Lo que ha ocurrido con el CARICOM, rechazado por la Asamblea Nacional, sumados los votos de la Fracción 16 de Julio, ilustra la incompetencia, desprofesionalización y desespecialización alcanzada por nuestra cancillería, pero también una  insensata alianza de países a favor de Guyana que,  lejos de propiciar las condiciones necesarias para un arreglo del problema, muchos de ellos beneficiarios de las regalías petroleras, punzan una situación innecesaria, perdida toda perspectiva de largo plazo en las ineludibles relaciones que impone la era globalizadora.

EXXON EN LA FACHADA ATLÁNTICA
¿Qué empresas transnacionales le ha otorgado Guyana las concesiones para la exploración de petróleo y otros recursos mineros y forestales?

No siendo la única, la más destacada y bulliciosa ha sido la concesión otorgada a la Mobil Exxon, junto a otras empresas de bandera china, para la exploración y explotación de petróleo en los arbitrarios bloques trazados en la Fachada Atlántica. No obstante, son muy numerosas y puede hablarse de un complejo conocido y desconocido de concesiones que, por supuesto, atraen a las empresas de diferentes nacionalidades o procedencias, en los más variados renglones, como bien usted lo señala, incurriendo en frecuentes ecocidios. La pugna por estas concesiones y su efectivo otorgamiento, se debe igualmente a  las facilidades y demás condiciones libérrimas que las caracterizan, valiendo la siguiente coletilla: un régimen democrático en Venezuela, nunca las aceptaría y, por lo menos, levantaría inmediatamente  la polémica, como no ocurre en la también amordazada Guyana.

LA CAUSA DEL ESEQUIBO

¿Qué se ha escrito sobre la materia?

El Esequibo suscitó una vasta literatura especializada y de divulgación que todavía tiene una impresionante vigencia, e, incluso, contribuyendo al necesario consenso de lo que fue una política de Estado, hubo publicaciones de encontrados  matices. Valga la coletilla, este año falleció René de Sola, importante estudioso y polemista, a quien la Asamblea Nacional recordó, por iniciativa de la Fracción 16 de Julio, aunque esperamos por un merecido  homenaje en el Palacio de las Academias que bien puede dar ocasión y servir de escenario a una jornada de actualización sobre la materia, múltiple y profunda, como ocurrió al finalizar el siglo XX.

Por fortuna, el medio académico y los activistas de la causa esequibana, por la vía convencional y digital, prosiguen el esfuerzo de reflexión, incluyendo a quienes pisaron Anacoco y más allá del Cuyuni, como también tuvimos oportunidad de hacerlo en 2013. Hoy, entre varios títulos, deseamos destacar y recomendar dos: un extraordinario sumario del Dr. Manuel Donís, intitulado “El Esequibo. Una reclamación histórica” (UCAB, Caracas, 2016), que nos permite transitar el tema desde sus orígenes, caracterizado por un lenguaje ameno, bien documentado y con detalles sorprendentes y propios de un especialista; y “La cuestión Esequibo”, coordinado por los Dres. Luis Alberto Buttó, José Alberto Olivar y Claudio Briceño Monzón (Unimet – USB – ULA, Caracas, 2016), que reúne un conjunto arbitrado de trabajos, ventilando varias facetas del problema, en el que, disculpen la inelegancia, está incluido un texto de nuestra autoría. Ya imposible una reedición física, está disponible en : http://www.unimet.edu.ve/unimetsite/wp-content/uploads/2013/02/La-cuesti%C3%B3n-Esequibo.pdf


LA CAPITULACIÓN DE CHÁVEZ EN GEORGETOWN

¿Es cierto que el presidente Chávez para ganarse el voto de los países del Caribe, admitió que Guyana podía llevar a cabo  el desarrollo económico del Esequibo?

Suficientemente documentado, Chávez Frías realizó una visita de Estado a Guyana, por febrero de 2004, diligenciando la creación del ALBA, y anunció una nueva era en las relaciones de ambos. Declaró que no se  opondría al otorgamiento unilateral por Georgetown de concesiones y contratos con las transnacionales, favorables  al desarrollo de la región, eliminando el Esequibo de las relaciones entre ambos países. Por supuesto, rompió con una nota esencial de la también exitosa política de Estado que heredó y destruyó.

Cfr.
Enrique Meléndez: “El gobierno sospecha de todo y de todos”. La Razón, Caracas, 16 al 23/03/2014: https://lbarragan.blogspot.com/2014/03/de-algunos-razonamientos.html
Enrique Meléndez. “Diferendo con Guyana merece una política de Estado”. La Razón, Caracas, 23 al 30/08/2015: https://lbarragan.blogspot.com/2015/08/version-completa-de-una-entrevista.html; y en:
Enrique Meléndez. “Hay cinco embarcaciones extranjeras en nuestras aguas territoriales”. Noticiero Digital, 18/04/2016:  https://lbarragan.blogspot.com/2016/04/el-miedo-y-el-susto.html

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