domingo, 25 de febrero de 2018

DE LA EDIFICACIÓN DEL ESTADO CUARTEL

Pedagogía de la militarización
Luis Barragán

Aficionados a la disciplina, sacamos tiempo del tiempo, nos acercamos recientemente a la III Jornadas de Reflexión sobre la Enseñanza de la Historia, realizada en el auditórium Hermano Lanz de la Católica. Huelga comentar, fue una jornada de extraordinarias ponencias que concluyeron en una convicción y propósito: el urgente cambio curricular, en el ámbito de la educación primaria y secundaria, prisionera de los intereses ideológico-partidistas de un régimen que también improvisa groseramente las herramientas empleadas. No obstante, nos llamó la atención la disertación de José Alberto Olivar en torno a la llamada educación pre-militar de antaño y hogaño.

Cierto el empeño de la militarización de la sociedad, propio de un Estado Cuartel, hay facetas o matices que le dan una significación más allá de la rudimentariamente marcial que todos presuponemos.  Contextualizado, esta vez, creemos, el docente intenta ganarse el pan de cada día atendiendo las orientaciones de las autoridades educativas con los lineamientos y recursos disponibles.

Olivar contrasta la rutina del antiguo aprendizaje basado en el orden cerrado, las voces de mando y el conocimiento elemental del armamento, con la de una internalización de (anti) valores que poco o nada tienen que ver, además, con el principio de corresponsabilidad de la sociedad civil y del Estado en materia de seguridad y defensa.  El esfuerzo lo sintetiza en la actual búsqueda y promoción de los cuadros juveniles de relevo para alinearse a la guerra popular de resistencia, privilegiando como objetivo al enemigo interno.

Luego, fácilmente deducimos la sola búsqueda y motivación de cuadros que serán objeto de una posterior alineación y entrenamiento para el combate de soporte del régimen. Hipótesis ésta, por cierto,  que apunta no sólo a la ultrapartidización del Estado, sino a un proceso – acaso – aleatorio de selección de los futuros combatientes, aunque – una vez superado el régimen – será mucho de lo que sabrá sobre ideas, iniciativas y realizaciones que hoy lo comprometen, incluso, con intereses foráneos.

Por consiguiente, por mucha epopeya guerrera que explique la escolaridad actual, en una versión histórica sesgada, absurda y maniquea, esta vez hay una suerte de pedagogía de la militarización que, en lugar del adiestramiento del educando, directo y práctico, apuesta por una estrategia de selección e inducción que lo convierta en su mejor demandante, sobre todo en un país que, sumergido en la consabida emergencia humanitaria, lo haga acreedor de alguna bonificación graciosa u otras concesiones personalmente ventajosas. Apartando la posibilidad de un conflicto efectivo o inminente que le concede otro carácter al esfuerzo, después, sorprendidos por numerosos contingentes de civiles bien armados y entrenados, la instrucción pre-militar no constituye un fenómeno visible de masificación y de eficacia, pues, al fin y al cabo, a la carencia de recursos se suma la incapacidad de quienes deben concretar la tarea.

Arquitectura-ficción: Filip Dujardin.

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