domingo, 25 de febrero de 2018

CATÁSTROFE

De una bonificación delictiva
Luis Barragán

El siglo XXI es el de la siembra masiva e inaudita de los antivalores, fácil de constatar – por ejemplo – en las instalaciones del metro de Caracas, otrora referente del respeto, pulcritud, convivencia y solidaridad.  No hay ámbito de la vida social que escape a un discurso tan mortífero del poder que, empobrecido hasta el hartazgo, roe el expreso lenguaje de la violencia.

Comentaba una persona amiga, días atrás, una de las facetas de la catástrofe ética que todavía padecemos. Consternada,  escuchó a un grupo de adolescentes del ciclo básico que no sospecharon que un adulto las escuchaba involuntariamente en el duro surfeo urbano del vagón que coló el tenue comentario en un inaudito instante de silencio.

Quizá de trece o catorce años edad, una de las muchachas comentó que ya estaba decidida a embarazarse para cobrar el bono ofrecido por Nicolás Maduro, mientras que la otra le respondía que ya lo estaba, aunque insistía que no podía esperar más, pues, encarecía la tarifa de la abortista. Y tejiendo finamente la tan ajena conversación, nuestra confidente llegó a una terrible conclusión: necesitadas de dinero, por infame que fuese, las muchachas estarían prestas para el examen médico necesario a objeto darle alcance al dinero con el que esta dictadura – descaradamente – pretende chantajear a la población.

Testimonio alarmante y rigurosamente cierto, ilustra la gama insólita de los incentivos negativos que desea cosechar para cantar una victoria electoral que, literalmente, todo el mundo ya la sabe fraudulenta. Jamás, ni siquiera las más obscuras y sórdidas dictaduras que nos distinguieron en Venezuela, se había llegado tan lejos con una bonificación de naturaleza delictiva, en el marco de un país sumergido en la crisis humanitaria y la dislocación institucional.

El socialismo de las demoliciones, hace trizas la dignidad  de la persona humana para mantenerse en pie a cualquier precio.  Hablamos de jóvenes de hogares afectiva y materialmente empobrecidos que sucumben con extrema facilidad, sin que la escuela también empobrecida pueda auxiliarlas con una distinta y humana consciencia de síes y de los demás. 

19/02/2018:

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