¿Superada la dictadura, les quedará tiempo para preservar cualesquiera archivos levantados contra la muchacha? ¿O la información estará asentada en papelitos efímeros con dependencia de la memoria personal del agente acosador? Cierto, están los medios digitales a los que bastará una tecla para borrar todo lo que pueda incriminar a los represores, ¿pero les dará tiempo de hacerlo?
Estamos en pleno tránsito de los acontecimientos, con un fenómeno a la vista de todos. Los escuderos o guerreros, como prefieren llamarse, aparentemente lucen inescrutables. Los observamos, deseamos interpretar gestos y gritos, atuendos y determinaciones, pero ¿dónde están los sociólogos para acumular evidencias que permitan un futuro trabajo esclarecedor o, al menos, decidor? ¿Y los periodistas informados y formados capaces de aportar un testimonio importante en los tiempos de la transición?
Ahí están, en la gráfica de Juan Barreto (el de AFP, por supuesto, porque el otro ya es parte de una historia infame). LIbertadores. Así se les llama, por la idea publicitaria de alguien que generó la idea para las conocidas franelas. ¿Multiplicaremos exponencialmente la historiografía de este arribo tan acidentado al siglo XXI? ¿U olvidaremos pronto, honrando la vieja tradición del olvido?
LB
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