sábado, 8 de julio de 2017

FRANQUEZA QUE SE AGRADECE



Dicho y hecho

Luis Barragán

Las más prolongadas dictaduras suelen depender de un eficaz maquillaje verbal, porque la franqueza está reñida con una naturaleza dispuesta siempre a la estafa.  Por ello, la prodigiosa inversión en propaganda y publicidad.

Inversión que requiere también de cierto talento político del dictador y de su equipo más próximo, impidiendo que la verdad les dé alcance. Sin embargo, una mayor acumulación y concentración de poder, sobre todo para quienes no estén preparados y convencidos de ejercerlo, tiende a llevarlos al disparate que, por cierto, también se agradece, pues, la arbitrariedad es tal que se permiten decir lo que les venga en gracia, reduciendo todo a una morisqueta que recurre a la pólvora salvaje para defenderse.

Resultado distinto a la sentencia popular, en la Venezuela del siglo XXI, entre el dicho y el hecho no hay trecho. Dramáticamente, lo hemos comprobado con Maduro Moros, por lo que seguirá perdiendo elecciones, reprimiendo y hambreando a los venezolanos.

Al fracasar estrepitosamente en las elecciones parlamentarias, públicamente admitió que, de haber sabido que ciertos sectores no lo votarían, no les hubiese hecho el favor de construirle viviendas. Este chinazo, como se conoce en el argot venezolano, muy pocas veces ha ocurrido en el historial venezolano, revelando una concepción del gobierno que beneficia únicamente a quienes le benefician con su respaldo: se está quedando sólo, porque – además – ya no tiene dádivas que repartir después de quebrar al país.

En un envalentonamiento que apesadumbró a más de uno de sus colaboradores, despachó delante de todo el mundo la voluntad de imponerse por las armas a falta de votos. Tamaña confesión le restó apoyo entre los suyos, porque saben que después irá por ellos.

Luego, calcula sobre el papel el número de empleados públicos y dispara a viva voz que cuenta con quince millones de votos para la tal constituyente. Se dirige a sus prisioneros políticos, asumiéndolos como incapaces a quienes puede chantajear fácilmente, aunque sabe que, votándolo o no, serán despedidos ya que el Estado no da para más.
Gráfica: Tomada de la red, nuevo ataque con gases del hospital de la Cruz Roja, Caracas. Por cierto, sabemos del silente comité venezolano de la Cruz Roja. 

10/07/2017:
http://www.diariocontraste.com/2017/07/dicho-y-hecho-por-luis-barragan-luisbarraganj/ 

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