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viernes, 15 de mayo de 2020

SEIS KILÓMETROS PARA UN DIAGNÓSTICO PRECISO

Weston nuestro de cada día
Nicomedes Febres

Nunca he pasado tanto tiempo fuera de Caracas por lo que estoy como perro sin amo y hablando de amos aun no entiendo porque aquí en USA los perros aun no votan porque, no serán los dueños de las casas, pero si son los amos de los dueños. Nunca he visto tanta perrofilia en mi vida. El mercado de los productos perrícolas es casi del tamaño de los productos humanos. Al levantarme y luego de escribir la columna camino mis 6 km y me cruzo con mucha gente, respetando la distancia social y nadie se toca. Hay Americanos catires con sobrepeso de edad mediana que nos saludamos de lejos con la mano, con la mirada, incluso una sonrisa. Se ve que son gente cordial pero distinta. Con nipones que son muy cordiales y caminan rapidito, casi sin separar los pies del suelo y van con sus esposas y se inclinan para saludar. Con muchos latinos, incluiría aquí a los venezolanos, pero no, ellos son diferentes y me explico, las mujeres de otra nacionalidad latina van ataviadas con naturalidad para hacer ejercicios, algo cotidiano diría yo, unos zapatos Adidas, un mono, o una franela y pantalones de ejercicios, pero las venezolanas no, ellas van perfectamente maquilladas, con el juego de ropa para caminar definitivamente a la moda y con la marca a la vista, un poco cursi y exagerado si, pero distinto, llevan tantas pulseras como una juez, unos pañolones de firma al cuello con ese calorón y andan viendo para todos lados para saludar y ver si conocen a alguien. Por supuesto, he encontrado a varios amigos con los cuales he conversado de lejos manteniendo la distancia social, frase que me recuerda viejos tiempos coloniales, de separación entre las castas. Los venezolanos esposos de las seudo jueces, la mayoría en la edad media, van o con audífonos o hablando por teléfono y con aires de importancia y por supuesto no saludan a nadie. Pero me he encontrado con viejos amigos y hemos hablado por aquí, por teléfono, incluso almorcé con un viejo compañero de clase en medicina, casi un hermano para mí, y que vive en Miami desde hace diez años. Luego me recluyo a trabajar por internet, y saben, internet no se cae, y el agua no esta racionada, pero por ser de talante ecologista y amar el agua, siempre evito malbaratarla, pero aun abro el chorrito de agua como si estuviéramos en Caracas. Es que son demasiados años de racionamiento y uno no se acostumbra tan rápido a lo bueno. Cuando salimos al automercado da dolor ver como uno tras otro los centros comerciales permanecen cerrados. Solo imagínense al Sawgrass Mills cerrado siendo el centro comercial más grande del mundo y son cuadras y cuadras de locales vacios, de hoteles para compradores deshabitados. Gran parte de las camionetas que circulan son de empresas de encomiendas: UPS, Amazon, Federal Express, y muchas otras porque las ventas por internet son monumentales y el servicio es impecable. Usted puede por internet hacer su compra de comida y pagarla y a las dos horas le ha llegado a su casa, sin trampas o productos defectuosos. Así es con restaurantes, tiendas de cualquier tipo, incluso servicios. Otro día hablaré de los automercados y de la carrofilia de aquí que es otro tema. Estudio con curiosidad taxonómica a esta cultura tan especial y diferente a Europa y a nosotros que somos más europeos, para bien y para mal. Por supuesto aquí los venezolanos tratan de imitarlos más que de entenderlos.

En la foto la linterna mágica de la fachada del Banco de Venezuela en su sede inicial de Sociedad a Gradillas, o de Sociedad a San Francisco, creo que es más la primera.

jueves, 12 de julio de 2018

CUADERNO DE BITÁCORA


El Nacional, Caracas, 01/12/1945.

Un artículo realmente importante.- Hace muchos años, quizá más de dos décadas atrás, tomamos nota del artículo de Meneses. Por entonces, tuviese mucho o poco toner, dependíamos de la fotocopiadora, de las colas que se hacían para servirse de ellas y de las maniobras del operador para cumplir con los  más difíciles ángulos del incómodo y pesado tomo.

Texto sencillo y decidor, nos impresionó tanto que citamos un párrafo para la correspondencia que despachábamos a varias personas, suerte de volante doblado, impreso por ambas caras, contentivo de las reflexiones que nos permitímos compartir entre mediados de los ochenta y muy principios de los noventa, hasta que apareció nuestro primer artículo en el extinto y meritorio El Globo de Caracas. Seguramente coincidió la etapa con la de la afanosa lectura de la obra de Meneses y, a la vuelta de los años, cuando propusimos tributarlo en la Asamblea Nacional, volvió el viejo apunte para citarlo en el discurso pronunciado en la Asamblea Nacional que tuvo, por cierto, sus bemoles (https://www.youtube.com/watch?v=lD4US_tR72M&t=4s).

Muy quizá, desde entonces, no había consultado de nuevo El Nacional de Caracas, del 01/01/1945). Hoy, por la serie de Julio César Moreno sobre la caída de Isaías Medina Angarita, publicada en opinionynoticias.com, con la cual hemos contribuido al darle soporte gráfico, por las dificultades técnicas que él tiene para hacerlo, solicitamos el ejemplar, mientras esperábamos el inicio de un foro en la Academia Nacional de la Historia, particularmente la exposición de Manuel Donís que versaría sobre los asuntos fronterizos venezolanos en cien años. Apenas, dispusimos de dos horas libres para uno y otro propósito, pero al abrir el tomo y hallar el artículo menesiano, fue inevitable la nostalgia: la suscitada por aquéllos años de la vieja Hemeroteca Nacional en Mucubají.
(LB)

sábado, 12 de mayo de 2012

CAZA DE CITAS

" ... La ignoró completamente, se dirigió a la chica y le ordenó que lo siguiera a la oficina (...) Ni que dirigiera The New York Times, pensó Elvira (...) El local se componía, en realidad, de aquellos dos espacios (...) Emilio Samperio se despidió de ella casi sin levantar la mirada. Elvira salió de Mango bajito con el rabo entre las piernas (...) Bajó a pie las escaleras, era un edificio cochambroso con el ascensor sin funcionamiento, y recorrió el pasillo oscuro por el que no había pasado una escoba desde la década anterio"

Ana Teresa Torres

("La fascinación de la víctima", Editorial Alfa, Caracas, 2008:98 s.)


Fotografía, por la vía del contraste: Bob Woodward y Carl Bernstein en las oficinas del Washington Post, 29/04/73 (© Bettmann/Corbis)