Mostrando entradas con la etiqueta Alexander Ivanov. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alexander Ivanov. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de junio de 2020

CORAJE DE LA FE

Evangelio Dominical: “No tengan miedo”
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado al evangelio que se proclama el décimo segundo domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A, correspondiente al domingo 21 de junio 2020.  La lectura es tomada del evangelio según San Mateo 10, 26-33.         

¿Por qué Jesús les dice a sus seguidores que no tengan miedo?

Jesús acaba de decir a sus seguidores que les perseguirán y les encarcelarán.

 Eso ha ocurrido con tantos mártires, por llevar la Buena Noticia del Amor y la Justicia a todos. Y en América Latina tenemos muchos mártires: el Beato Romero, los jesuitas de El Salvador, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Bolivia, etc., y religiosas en Brasil.

 ¿Qué nos aconseja Jesús?

Todos los que aquí estamos reunidos hoy, hombres y mujeres, somos llamados y enviados. La cosecha es inmensa y los obreros pocos. Jesús llama para la misión, para el envío, para vivir en el amor, para llevar la mejor noticia: Dios Amor.

Jesús dice tres veces a sus discípulos que no tengan miedo. Y envía a estos hombres miedosos e incultos a continuar su obra. Y a todos nos dice Jesús, tres y mil veces: “No tengan miedo”. “No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo”.

 Y Jesús pone el ejemplo de esos pajaritos, que vuelan y vuelan sin miedo (“Y Vds. valen más que los pájaros”), y cómo hasta nuestros cabellos están contados, porque nada pasa sin el permiso de Dios.

 ¿Puede un cristiano tener miedo de dar testimonio de su Señor?

Jesús habla del miedo profundo e interior del discípulo: el miedo a dar la vida por el Señor, el miedo a dar la cara por el evangelio, el miedo a decir a los hermanos: “Yo soy cristiano, yo voy a la iglesia, yo leo la Biblia, yo amo a Dios y a mis hermanos. Mi fe en Jesús me ayuda en la vida, porque me impide hacer el mal, me lleva a ayudar a los demás…”

 Algunos tienen miedo a los malos espíritus, al demonio.

 Te pregunto: ¿Quién es más poderoso? ¿Dios o el diablo? ¿De quién te fías más? ¿En quién piensas más?

 Hay personas obsesionadas por los malos espíritus. Piensan que han invadido su casa, y piden el Agua Bendita esparcida por un exorcista.

Lo que han invadido es su imaginación. Y cuanto más piensan en los malos espíritus, más dirán que están aterradas por su presencia.

 S. Ignacio en sus Ejercicios dice que en nuestros oídos izquierdo y derecho están el Espíritu Bueno y el Espíritu Malo hablándonos. ¿A quién de los dos haremos caso? Depende de nosotros. Dios nos hizo autónomos y libres.

 Pensemos más en Dios y menos en el diablo. No hagamos caso a los santeros. Digamos el Padre Nuestro, “Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío”. Recemos el Ave María, nuestra Madre del Cielo. Echa agua bendita en tu casa y confía en Dios.

Pero podemos tener miedo por otros motivos.

 Así es. Miren lo que le pasó a Jaimito.

El padre de Jaime llegó con un impermeable grande y azul y le dijo: “Hijo, vamos a casa”. Cubrió a su hijo con su impermeable y los dos se enfrentaron a la tormenta. A pesar de la ferocidad de la tormenta, el pequeño Jaime no tenía miedo. Sabía que su padre veía; abrazado a su padre, se sentía seguro. Poco después el impermeable se abrió y estaban en casa.> (P. Félix Jiménez Tutor, escolapio).

 ¿A qué tenemos miedo?

Miedo a caer enfermo. - Miedo a subir en un ascensor con un extraño.

Miedo a perder el trabajo. - Miedo a las locuras de los hijos.

Miedo a perder el esposo.

Miedo a lo que piensen de nosotros, a que no nos consideren

La vida del cuerpo siempre está amenazada. Es nuestra condición humana.

Tener miedo es sentirse como en un callejón sin salida, que es la zozobra, el malestar, la inseguridad; en una palabra, el miedo.

Jesús nos dice hoy: “Ten miedo a los vicios que te encadenan. No tengas miedo a mi amor que libera. Ten miedo a la pereza, al dios dinero, al placer prohibido. No tengas miedo al sacrificio, a la virtud, a una vida limpia. No tengas miedo a tu Padre, Dios. Ten miedo a tus instintos pecadores. No tengas miedo al Espíritu Santo liberador y dador de vida”.

Lo opuesto al miedo es el valor. ¿Son ustedes valientes?

Sí, hay muchos valientes, pero por desgracia son valientes para la pelea, para la bebida, para golpear a su esposa, para hablar mal, para traficar con drogas…

El Señor nos dice que tenemos que ser valientes en entrar en su camino, en darle tiempo a la oración, en formar grupos y comunidades cristianas, en llevar los Ejercicios Espirituales a todas partes. Valientes para defender el matrimonio, para educar a los hijos.

¿Dónde sacaremos fuerzas y valor?

En el circo los trapecistas se lanzan al vacío sin miedo y hacen sus números con maestría y valor; pero saben que, si fallan, hay una red abajo que los recoge.


En este circo de la vida el cristiano puede demostrar el mismo valor, porque Dios es nuestra red protectora.

Dios es el padre que viene a rescatarnos los días de las grandes tormentas para llevarnos en sus brazos a la seguridad de su casa.

  ¿Cómo reaccionar ante el mal que vemos venir?

 Decimos como Jesús en Getsemaní: “Que pase de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la Tuya”. “Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío”. Me fío de Dios. Sé que Él me dará lo que me conviene.

Como nos recomienda S. Ignacio  en el Principio y Fundamento de sus Ejercicios: “Soy indiferente ante salud o enfermedad, riqueza o pobreza, honor o deshonor, vida larga o corta. Sólo quiero que me ayude a amar más a Dios y a los demás”. [EE 23]

Y Sta. Teresa nos repite: “Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta. Nada te turbe, nada te espante, sólo Dios basta”.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-no-tengan-miedo-1
Cfr.
Papa Francisco: https://www.youtube.com/watch?v=PzV-4R7DVW4
Mons. Munilla: https://www.youtube.com/watch?v=we8JR3x5iyI
Ilustración: Alexander Ivanov.


La tele-eucaristía del Padre José Martínez de Toda, SJ:
Damos gracias a Dios por la Santa Misa realizada ayer a través de zoom por el padre José Martínez SJ!, donde Cietays acompañó a familiares 👨‍👩‍👧‍👦 residenciados en diferentes partes del mundo y se ofreció la Eucaristía por un ser querido difunto.
¡Fue nuestra primera misa por zoom! 😉
Un encuentro fraterno entre 40 personas conectadas (sin contar que en cada usuario había más de una ): USA, España, Colombia, Costa Rica, Portugal y Venezuela.
¡Gracias, Señor, gracias!
"¡En Todo Amar y Servir!"
#CIETAYS
#CompañiaDeJesus
#ComunidadIgnaciana #EnTodoAmaryServir
#Jesuitas #JesuitasVenezuela #JesuitasDeVenezuela #EjerciciosEspirituales #EjerciciosIgnacianos #AcompañamientoEspiritual #SanIgnacioDeLoyola #ComunidadCatolica #CrecimientoEspiritual #CrecimientoPersonal

Fuente:
https://www.facebook.com/cietaysve/photos/a.3272441942786820/3278253858872295/?type=3&theater

domingo, 17 de mayo de 2020

PARÁCLITO

Evangelio Dominical: Espíritu de verdad
José Martínez de Toda, S.J.

Sexto domingo de pascua. Comentario dialogado al Evangelio que se proclama en el Sexto Domingo de Pascua del Ciclo A, correspondiente al domingo 17 de mayo de 2020.  El texto del Evangelio es tomado del libro de San Juan 14, 15-21.  "No les dejaré huérfanos; volveré"

¿Cómo se despide Jesús de sus discípulos?

En la Última Cena Jesús intenta preparar a sus discípulos para su Pasión y despedida. Y les presenta tres grandes regalos:

1er gran regalo: El mandamiento del amor:

-"Si me aman, guardarán mis mandamientos" (v. 15).

No se obedece a Jesús por miedo o por temor. Le hacemos caso y somos leales a sus mandamientos, porque lo queremos. Obedecerle es señal de nuestro amor.

¿Cuáles son los mandamientos de Jesús?

Por supuesto, está el amar a Dios sobre todas las cosas.

Pero, además de ese, Jesús había enfatizado sólo un mandamiento:

-"Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen ustedes unos a otros, como yo les he amado... En esto conocerán todos que son mis discípulos, en que se amen los unos a los otros" (13:34-35).

Los mandamientos de Jesús no son como las leyes de la Torá, que se referían a ritos muy concretos: el sábado, el ayuno, las abluciones... Más bien, establecen una vida entera unida a su amor y a la revelación del Padre. No son simplemente instrucciones éticas.

¿Cuál es el segundo gran regalo?

El Espíritu Santo. Jesús dice que les enviará al Espíritu Santo:

-"Yo le pediré al Padre que les dé otro Defensor que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad." Éste es el Espíritu que descendió sobre Jesús en su bautizo. El Espíritu Santo es el agente del cambio en nuestra vida de cristiano y de la Iglesia.

¿Por qué se le pinta al Espíritu Santo como paloma?

Dice el evangelio que en el bautismo de Jesús el Espíritu Santo bajó como una paloma que busca su nido. Allí están presentes las tres divinas personas de la Trinidad:

-El Padre, diciendo con voz poderosa: "Éste es mi Hijo, el Predilecto. Escúchenle".

-El Hijo Jesús, que recibe el Bautismo.

-Y el Espíritu Santo que busca su hábitat y su centro en Jesús, como una paloma que busca su nido. La paloma mensajera puede simbolizar buenas noticias.



Un día ella miró por la ventana de una de sus habitaciones y vio a la paloma haciendo círculos en el cielo. "¡Está vivo!", gritó ella. "¡Mi marido está vivo!".>

También una paloma le sirvió a Noé de señal de que las aguas del diluvio habían bajado.

Pero el Espíritu Santo enviado a los discípulos es algo más que una señal. Significa todo lo que hizo Jesús con ellos, cuando Él aún estaba con ellos antes de su Ascensión. Jesús entonces fue su gran acompañante (o Paráclito) y Él les prometió 'otro' Paráclito: "Le pediré al Padre, y Él les dará otro Paráclito, el Espíritu Santo" (Juan 14, 16).

¿Qué hace el Espíritu Santo? ¿Qué es el Paráclito?

Parakletos puede significar un abogado que lucha a tu favor o un testigo que testifica por tu bien, o una persona que da consuelo, consejo o fuerza en un momento de necesidad. Es como el Defensor, Consejero, Consolador e Intercesor.

¿El Espíritu Santo realmente nos ayuda?

El Paráclito es mucho más que un abogado. Es como un entrenador ('coach') para los atletas. Dejados solos, caen en errores. Pero Él está siempre a nuestro lado para instruirnos y corregirnos, para animarnos y motivarnos. Es como era Jesús con sus discípulos.

En el siglo V hubo un hereje inglés, Pelagio, que negaba el dogma del pecado original y enseñaba que los seres humanos no necesitaban de Dios para cumplir sus mandamientos.

La Iglesia condenó sus enseñanzas, pues nosotros necesitamos siempre la ayuda de Dios, que nos viene a través de la fe, la oración o los sacramentos: "Sin mí ustedes no pueden nada". Todos necesitamos al Espíritu Santo.

¿Qué diferencia hay entre la ayuda que recibimos de Jesús y la ayuda del Espíritu Santo?

Jesús encarnado estaba limitado por el lugar y el espacio, como nosotros. Solo podemos estar en un lugar a la vez, y solo podemos ver un número limitado de gente a la vez. Además, Jesús se movía hacia su glorificación (su muerte y resurrección), y dejaría a los discípulos en la Ascensión. En cambio, el nuevo parakletos (el Espíritu de verdad) se quedará con nosotros para siempre para ayudarnos. Jesús lo describe como 'la verdad' (v. 6), así como aquellos que veneran al Padre, lo deben hacer 'en verdad' (4:23-24).

Los discípulos lo recibieron en Pentecostés.

Pero Jesús continúa actuando como nuestro parakletos en el cielo. "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo" (1 Juan 2:1).

Mientras tanto Jesús les da el tercer gran regalo.

¿Cuál es ese tercer gran regalo?

Su presencia continúa con nosotros. Jesús les dice:

-"No les dejaré huérfanos; volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero ustedes me verán, y vivirán, porque yo sigo viviendo".

Esto sería en la resurrección. Y hoy nos dice: "El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él".

La iglesia es una comunidad de amor, y ese amor le da gran poder para persuadir al mundo del amor de Dios. La primitiva comunidad cristiana nos sirve de ejemplo, cuando la gente decía de los primeros cristianos: "Miren cómo se aman".

17/05/2020:

sábado, 15 de febrero de 2020

DESARREGLO

Evangelio Dominical: Reconciliación
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el sexto domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A, correspondiente al domingo 16 de febrero.  La lectura es tomada del evangelio según San Mateo 5, 17-37

"Vete primero a reconciliarte con tu hermano"

Jesús a veces se salta la ley, pero aquí la defiende. ¿En qué quedamos?

Te cuento esta historia:

< Un violinista profesional visita la orquesta juvenil de una escuela. Los estudiantes se encuentran aprendiendo las reglas necesarias de la música, y producen una música aún de principiantes. Al verlo le pidieron que interpretara algo para ellos.

El violinista los hace con toda dedicación. Él conoce ya por instinto todas las reglas y las incorpora a su talento. Pero se deja llevar por el espíritu de la música, no piensa en reglas, y le sale la música con mucha belleza y arte, y como viniendo del corazón. Un apretado aplauso cierra su última nota.

Los estudiantes observan al violinista y aprenden mucho más viéndolo y escuchándolo que estudiando las reglas>.
Jesús es ese violinista, que se concentra tanto en su música, que ni se acuerda de las reglas. Las reglas se usan, si ayudan. Lo que importa es el espíritu o la intención que hay detrás de ellas.
En la época de Jesús, los judíos tenían demasiadas reglas.

Tenían tantas, que se olvidaban de lo principal. Como el que va por un bosque tan lleno de árboles frondosos y de ramas, que no llega a ver el sol.

Hay reglas más importantes que otras. Para Jesús las más importantes son las que defienden a las personas.

Por eso no respeta el sábado cuando se trata de curar enfermos o cuando sus discípulos necesitan cortar espigas para saciar su hambre. Tampoco le importa que sus discípulos no se laven las manos a cada rato sin necesidad, según pedían las leyes de la pureza ritual. Y recalca: "Si la justicia de Ustedes no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos" (v. 20).

¿Cómo son los escribas y fariseos?

Los escribas se sienten orgullosos de cómo interpretan la ley, y los fariseos están orgullosos de guardarla en todo su detalle. Pero fallan en cosas más básicas:

- Son orgullosos, buscando para sí la gloria que sólo pertenece a Dios (6:2, 5).
- Honran a Dios con los labios, pero sus corazones están lejos de él (15:8).
- Enseñan preceptos humanos como si fueran doctrinas divinas (15:9; 23:16-22).
- Explotan a las viudas, no atienden sus reclamos.
- No cumplen lo más importante de la ley (23:23).
- Aunque por fuera se presentan bien, por dentro "están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad" (23:25-28). Jesús les llama hipócritas en varias ocasiones (6:5, 16; 15:7; 22:18; 23:13-29).

¿Para que sirven las reglas, si no cumplen lo anterior?

¿Qué enseña en cambio Jesús?

En cambio Jesús plantea el combatir la ira, el adulterio, el divorcio, los juramentos, la venganza, el falso amor, la injusticia...

Y esto controlando nuestras actitudes y sentimientos, pues de ahí vienen las malas conductas y acciones.

Por ejemplo, la codicia del dinero puede llevar al asesinato, como les ocurre a los malandros.


También nos pide iniciar nosotros la reconciliación con los que nos han ofendido, antes de presentarnos ante el altar de Dios.

¿Puedo mirar a una mujer con codicia sexual?

El 'no cometerás adulterio' (Ex 20, 14; Dt 5, 18) implica no hacer lo que puede llevar a él – en este caso, mirar a una mujer con codicia sexual. Hay que estar preparado para el último mandamiento, "No codiciarás la mujer de tu prójimo" (Éxodo 20:17).

La pelea hay que darla desde los comienzos.
Las esposas tienen derechos.

"Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer", ¡cuidado! La sexualidad tiene capacidad creativa y de gozo, pero también puede hacer daño y destruir relaciones y compromisos. El dinero, el sexo, una copa de licor, el poder... han llegado a ser la ruina de mucha gente.

Por eso hay que estar alerta. Jesús quiere proteger el gozo común, eliminando comportamientos destructivos.

¿Hasta cuándo dura mi matrimonio?

- Y Vds., ¿cuándo se van a divorciar?
- ¿Por qué nos lo preguntas? Si nosotros no nos la pasamos peleando.
- Hay tantos amigos míos, cuyos padres se han divorciado.
- No, tranquilo. Nosotros somos muy felices en el matrimonio, y no nos pensamos divorciar.
Y el hijo quedó muy aliviado>

Los sufrientes del divorcio son los hijos. Por su bien, la intención de Dios para el matrimonio es que el hombre y la mujer casados permanezcan juntos de por vida.
El matrimonio no es un viaje sobre una alfombra mágica donde domina el glamour y el romance. Es normal enamorarse y desenamorarse. Pero sobrepasar los momentos difíciles
requiere compromiso, fuerza espiritual, es decir, amor verdadero.

Hay organizadores de bodas, que a la pareja de novios le presentan la posibilidad de firmar un acuerdo antes de casarse que facilite las negociaciones en caso que decidan divorciarse. Ante el altar prometen casarse "hasta que la muerte les separe", pero en secreto (y a veces no tan en secreto), guardan el divorcio como puerta de escape.
Algunos parecen decir: "Nos casamos hasta que nos cansemos".

En muchos casos se necesitan retiros de parejas, talleres sobre la crianza de los hijos, consejería matrimonial y otros programas para que las parejas refuercen sus matrimonios y estén preparados para sobrepasar los momentos difíciles.

Fuente:
Ilustración: Alexander Ivanov.

sábado, 30 de noviembre de 2019

REVESTIRSE

Reflexión al Evangelio Dominical: Estar en vela
José Martínez de Toda, S.J.

El Domingo 1 diciembre es el 1° Domingo del Tiempo Litúrgico de Adviento, en que se proclama el Evangelio de San Mateo 24, 37-44.  El P. José Martínez de Toda nos comparte su comentario dialogado sobre este texto del Evangelio.

"Estén siempre preparados, porque a la hora que menos piensan, viene el Hijo del Hombre"

¿Cómo fue la gran inundación?

"Los vecinos de Noé comían, bebían, se casaban...", sin pensar para nada en que su fin se acercaba. Le llevaría a Noé mucho tiempo construir y aprovisionar el arca. Le verían trabajar, y le habrían preguntado sobre ello. Ciertamente, él les diría que se arrepintieran de sus pecados, para que ellos, también, fueran salvados. Sin embargo, no le hicieron caso, y pensaban que Noé era un fanático religioso.

Y cuando las aguas empezaron a subir, los vecinos se sorprendieron y comenzaron a preocuparse. Al ver que el agua se acercaba a sus casas, se pusieron más ansiosos. Al ver que el agua continuaba subiendo, empezaron a tener miedo. Al ver que el agua se llevaba todo, se pusieron histéricos. Cuando se espabilaron lo suficiente para hacer algo, era demasiado tarde. La hora de preparación ya había pasado. El diluvio arrasó con todo.

¿Qué otra comparación pone Jesús?

Describe a la gente llevando una vida 'normal' en el campo, en el molino... No hay ninguna indicación de que hoy será diferente al de ayer o al día anterior. La vida sigue. Pero de pronto uno muere y el vecino sobrevive. La venida de la muerte será rápida y sorpresiva.

Esas dos situaciones, descritas por Jesús, eran muy parecidas a las de hoy. Hay quienes avisan de esa posibilidad (de emergencia), pero pocos los toman en serio. Jesús concluye: "Así será también con la venida del Hijo del hombre". Se encontrarán sin preparar.

Jesús en este evangelio habla de su futura venida. ¿Pero no vino ya en Belén?

Jesús viene a nosotros en muchas formas:

Viene en Navidad, viene cada día cuando escuchamos su Palabra en el Evangelio, cuando lo recibimos en la comunión, cuando viene en la persona de un amigo que te ayuda, de un necesitado que me necesita...

Pero hay otras venidas imprevistas en momentos de tensión, de persecución, de enfermedad, a la hora de la muerte, al final del mundo...

Hay algo en lo que no queremos ni pensar: cómo moriremos.

La muerte nos puede venir de repente o poco a poco.

Puede ser un accidente de carro, de bus, un terremoto. No estás seguro en ningún sitio, ni en las Torres Gemelas. Sin embargo, hasta la gente que tiene trabajos peligrosos (bomberos, policías, soldados) encuentra difícil imaginarse su propia muerte.

También puede ser que muramos poco a poco de alguna enfermedad o de viejos; en este caso, tendremos la oportunidad de prepararnos espiritualmente mejor.

A la hora que menos lo pienses, vendrá el Hijo del Hombre, te encontrarás con Él.

Cada domingo, en el Credo, lo recordamos: "Y de nuevo vendrá con gloria a juzgar"...

Y hoy, en Adviento, hacemos un paréntesis para reflexionar también en esta venida del Señor en su parusía (o presencia) del último día.

¿Todo será negativo al fin del mundo?

Abundan en la Biblia imágenes positivas que expresan que todo lo bueno del mundo conocido quedará y será transformado en "el cielo nuevo y la tierra nueva donde habitará la justicia" (2 Pedro 13). Son innumerables los textos proféticos que describen el futuro con símbolos de alegría y de fiesta. (Isaías 60, 1-22; 62 1-12; Amós 9, 11-15; Miqueas 4, 1-5; Sofonías 3, 14-20; Apocalipsis 21, 1-8; 22, 1-21).

El fin del mundo fue también comparado en la Biblia a un parto. Para que un nuevo ser nazca son necesarios tiempo, amor, paciencia, esperanza, y en el momento decisivo, en las horas finales, se necesita esfuerzo y paciencia para los dolores tremendos.

Según S. Pablo, en este parto ya ha asomado el niño, ya ha nacido la cabeza del hombre nuevo, que es Jesús. La humanidad, que es el cuerpo, nacerá tras él (Efesios 1, 22; 1 Corintios 12, 12 y 27). Ése es nuestro deber: ayudar a ese nacimiento.

¿Qué debemos hacer? ¿Cómo podemos estar listos?

Una clara respuesta de Jesús se encuentra más adelante en este evangelio, en el Juicio Final. Allí, cuando Jesús dice que actividades como dar de comer a los pobres, dar de beber a los sedientos, dar la bienvenida a un desconocido, vestir a los desnudos, y visitar a los prisioneros serán, como si las hubiéramos hecho por Cristo mismo (Mt 25:31-46).

Entonces, más nos vale estar listos. Y así podemos dejar el resto en manos de Cristo.

La persona que vive en constante compañía con Jesús no será amenazada por su repentina aparición de Jesús. En cambio, la venida de Jesús será una ocasión para alegrarse, muy parecida a lo que sentimos cuando vemos a un ser querido después de mucho tiempo sin verle – o como la alegría que siente una persona perdida al ver que alguien viene a rescatarle.

¿Cómo debemos esperar al Señor?

Es lo que se llama 'empatía'.

S. Pablo nos aconseja: "Revístanse del Señor Jesús", es decir, pongámonos en su lugar: ¿Qué haría Jesús en esta ocasión? Así mejoraremos nuestro estilo de vida de una forma determinada y concreta. Y no puedo acertar si no tengo una relación de confianza y de amor con Él.

Revestirse del Señor Jesús es soñar con el profeta Isaías en una vida en la cima de la montaña donde el Reino de Dios es luz, paz y justicia.

Revestirse del traje de Jesús es tener el deseo y el sueño de vivir para la justicia y el amor y que ese sueño nos posea y nos impulse a luchar contra toda injusticia y todo odio.

El vestido de Jesús viene en una sola talla para todos. Y no tiene precio, es un regalo de Dios. Pero hay que llevarlo con dignidad. Hay que llevarlo en la lucha por la justicia.

Hay que vigilar para no perderlo. Hay que amarlo hasta dar la vida por él.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/reflexion-al-evangelio-dominical-estar-vela
Ilustración: Alexander Ivanov.

martes, 11 de septiembre de 2018

A LOS DIFERENTES Y ALEJADOS

Evangelio Dominical: Jesús cura a un sordomudo
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 23° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 9 septiembre 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 7, 31-37.

“Todo lo hizo bien”

Le presentan a Jesús un sordomudo. ¿Lo curará?

Un grupo le presenta a un sordo medio mudo y le piden que le imponga las manos.

Jesús deja a los demás y se preocupa del sordomudo.

Antes que nada, le da cariño, atención.  Quizá nadie antes lo había tratado nunca así.

Jesús retira al enfermo de la gente, lo toma consigo, se retira a un lado y se concentra en él. Y Jesús realiza la curación valiéndose de las prácticas terapéuticas corrientes en su época: Jesús “metió sus dedos en las orejas de él, y tocó su lengua con la saliva”. En la antigüedad se le atribuían a la saliva propiedades curativas.

Después de eso, Jesús comienza a actuar de una forma original, saliéndose de los moldes culturales de entonces. Dice el evangelio: ”Jesús levantó los ojos al cielo” (Esto demuestra la dependencia de Jesús en el Padre). “Gimió” (Su suspiro demuestra simpatía y compasión por el sordomudo).  Y le dijo al sordomudo con fuerza:

-  Effatá, que significa Ábrete” (Mc 7, 34).

 “Y en seguida se abrieron sus oídos, y fue desatada la ligadura de su lengua”.

Aunque Jesús pone sus dedos en las orejas del hombre y le toca la lengua al estilo de la época, el verdadero sanar ocurre a través de la palabra autoritaria de Jesús.

 ¿Tiene algún significado simbólico este milagro?

Los profetas de Israel usaban con frecuencia la «sordera» como una metáfora, que representaba la cerrazón y resistencia del pueblo a su Dios: «Tiene oídos pero no oye»>. «Sordos, escuchen y oigan».

(Pagola)

Algunos relacionan este milagro simbólico con algo que pasó precisamente poco antes. Se dice expresamente que los discípulos no entendían a Jesús, porque su mente estaba embotada (Mc 6,52; 7,18). Por eso, Jesús insistía y les repetía: "Óiganme todos y entiendan" (7,17). Así pues, Jesús, en la persona del sordomudo, abre los oídos de sus discípulos y de todos nosotros para que escuchemos y entendamos, y desata nuestra lengua para que le alabemos y anunciemos lo que hemos visto y oído. De esta forma, la curación del sordo medio mudo se convierte en símbolo del milagro de la fe.

Hoy también es urgente que los cristianos escuchemos esta llamada de Jesús.

Decimos que no tenemos tiempo. Somos perezosos para anunciar la Buena Nueva.

Se nos pide actuar con lucidez y responsabilidad. Jesús ha sanado físicamente, pero su propósito principal es abrir ojos y oídos espirituales.

¿Qué aprendemos hoy de Jesús?

1.  Tratar a todos por igual, pero con especial atención a los más necesitados.

Aprendemos su preocupación por los más débiles.

Por desgracia, a unos tratamos bien y a otros mal. Te contaré esta leyenda:


Un día se disfrazó de mendigo, con ropas sucias y rotas, y fue a llamar a la puerta de una gran mansión, donde se celebraba una gran fiesta. Cuando lo vio el dueño sucio y andrajoso, lo despachó con un gran portazo.

Elías se marchó. Volvió más tarde, ahora lujosamente vestido: traje, camisa de seda, sombrero, bastón con empuñadura de oro. Cuando llamó a la puerta fue recibido con todos los honores y sentado en la mesa de honor. Todos le miraban con admiración.

De repente Elías empezó a llenarse los bolsillos de comida y a derramar el vino por su ropa. La gente sorprendida le preguntó por qué se comportaba así. Elías contestó:

-   Cuando vine como rico me honraron y agasajaron, pero soy la misma persona. Sólo han cambiado mis vestidos. Ustedes no me recibieron a mí sino a mis vestidos y mis vestidos tenían que ser alimentados.

Los invitados bajaron la cabeza avergonzados y cuando la levantaron, Elías había desaparecido. > (Félix Jiménez, escolapio).

Esta leyenda se parece a lo que escribe el apóstol Santiago en su carta (2, 2-4).

Fácilmente nos dejamos seducir por las apariencias.

2.  Este milagro ocurrió en Tiro, Sidón y la Decápolis, donde vivían pocos  judíos. Pero Jesús se abre a la universalidad de la salvación, también a los paganos, a todos.

Jesús nos enseña a salir a los diferentes y alejados. Hay diferentes a mí por raza, género, nación, denominación y nivel socio-económico. Nos cuesta cruzar estas líneas divisorias. Encontramos mucho más fácil quedarnos con los nuestros en vez de alargar la mano a los que son diferentes.

3. Jesús acude al Padre y nos pide que no seamos sordos. Necesitamos oír sus palabras de vida, escuchar su Buena Noticia y captar los signos de los tiempos.

4.  Unos amigos se interesan por el sordomudo, y lo llevan hasta Jesús. Así nos debemos ayudar mutuamente para vivir en torno a Jesús y dejarnos curar por él. Es necesaria la relación personal con Él. Necesitamos en nuestros grupos cristianos un clima que permita un contacto más íntimo y vital con Jesús para poder escuchar de Jesús: «Ábrete».

¿Y qué hace Jesús después del milagro?

“Y les mandó a los presentes que no lo dijesen a nadie” (v. 36a).

Lo mismo mandó después de otras curaciones: la de espíritus inmundos (1:25, 34; 3:12), la curación de un leproso (1:44). También mandó callar a los padres de la niña pequeña (5:43).  Es por humildad. El milagro revela la divinidad de Jesús

“Pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban” (v. 36b).

La gente comienza a repetir: «¡Todo lo ha hecho bien!». Esto recuerda el estribillo de la creación: "Y vio Dios que estaba bien" (Gén 1,10.12.18.21.25).

Y la gente añadía: «Hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Ésta es una alusión al pasaje de Isaías 35,5-6: «Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, / y las orejas de los sordos se abrirán. Entonces saltará el cojo como el ciervo, / y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo».

Con estas imágenes, Marcos nos está diciendo que Jesús es el Mesías anunciado por los profetas, el autor de una nueva creación.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-jesus-cura-un-sordomudo
Cfr.
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.notitarde.com/buena-nueva/