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domingo, 3 de mayo de 2020

LA NARANJA ELECTRÓNICA

Covid19 y arte
Luis Barragán

Inesperada y también maliciosa, la temporada universal de la pandemia amenaza con extenderse y, seguramente,  dándole un íntimo sello humano a la experiencia, el arte no tardará en dar cuenta de sus dramas. Distinguiendo la propia naturaleza de los países afectados, se adelanta: en unos, corre el grafiterismo o el perfomance espontáneo en las entrañas de un vecindario que lo celebra y lo hace viral – término sospechoso o cáustico – en las redes, mientras que, en otros, el silencio es del espesor de la dictadura que sirve de anfitrión al huésped peligroso.

El impacto ha sido tan estremecedor en el mercado del arte, por lo menos, donde lo hay, y en principio – sólo en principio -  casas como Christie’s, Sotheby’s y Phillips, en uno y otro lado del Atlántico,  lograron una rápida adaptación por la vía digital, señalando los expertos que el sector ha sido históricamente capaz de soportar con éxito las más variadas recesiones y crisis financieras.  Reseña, por ejemplo, Ruth Fernández Sanabria que Sotheby’s cerró físicamente,  acatando las directrices de las autoridades británicas, pero  pudo colocar en el ciberespacio  valiosas piezas africanas;  además, entre una clientela menor a la cuarenta de edad y que, en un porcentaje significativo (30%),  jamás había pasado por esa casa (https://www.wiriko.org/artes-visuales/mercado-del-arte/).  

Consabido,  numerosas fueron las instituciones culturales oficiales de Occidente, nada casual, que ofrecieron visitas virtuales a sus colecciones, imitadas en lo posible por el sector privado, con o sin fines lucrativos, al principiar el coronavirus, manifestando las bondades de la llamada economía naranja.  Por supuesto, lo hemos expresado en otras ocasiones, no hay equivalente alguno en el caso venezolano en el que los referentes culturales que antes o muy antes gozaban de atención, prestigio y credibilidad, hoy están deliberadamente en escombros, manifestando apenas su precaria existencia: es más, puede aseverarse, el patrimonio artístico en manos del Estado es literalmente virtual, porque no tenemos conocimiento público de una auditoría confiable de las colecciones.

Acotemos, el Covid19 ha dado oportunidad para una vasta campaña de desinformación, interesadas Rusia y China en promover  el autoritarismo para contrastarlo a la presunta  ineficacia de las sociedades libres, añadido el interés de la potencia asiática en convertirse en líder de la ayuda humanitaria, como lo señaló Mira Milosevich-Juaristi (http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/ari-58-2020-milosevich-analizar-y-comprender-campanas-desinformacion-china-rusia-covid-19). Luce importante el dato, pues, en su tesis doctoral, María Dolores Dopico Aneiros, a propósito de Luther Blissett, reseñó las acciones falsarias en el arte, legítimas en cuanto a arte, pero que, por el contexto, advierte que es “lógico que el fake actúe como un virus altamente pernicioso que se infiltra en el flujo de los procesos de comunicación y constitución del discurso que establece la gramática cultural, y la deja en suspenso, la interrumpe, abriendo grietas de dirección un tanto imprevisible” (http://www.sitioweb.com/lola_dopico/net_art.pdf), multiplicando – a nuestro juicio – las consecuencias nefastas de la pandemia.

De muy contadas excepciones, a los venezolanos nos ha sorprendido esta otra oportunidad que la virtualidad del flujo comercial ofrece,  porque ni siquiera fluyen en las redes piezas o ilustraciones de una aceptable dimensión y resolución que digan de nuestro arte. En todo caso, estamos a tiempo, aunque - como en otros ámbitos -  tarde o temprano revalidaremos aquello de lo accesorio que sigue a lo principal: el arte es eminentemente un fenómeno presencial,  con sus exposiciones, curadores, público, comentaristas, montadores, transportistas, periodistas, legos y especialistas que lo trastoca en el puzle maravilloso de siempre.

Fotografía: Mural en Dakar, Singapur,colectivo RBS Crew https://www.wiriko.org/artes-visuales/coronavirusdakar
Reproducción: Aviso aportado por María F. Sigillo a Caracas en Retrospectiva / Facebook. La Esfera, Caracas, 1946. Seguídamente, Renny Rangel colocó la ubicación del establecimiento caraqueño.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10157280464628927&set=gm.10158255151353544&type=3&theater
Al respecto, Nicomedes Febres Luces comentó: "Alfredo Boulton en el primer tomo de su Historia de la Pintura en Venezuela hace un recuento del inventario sobre el arte colonial existente en venezuela pintado aqui o fuera. Luego hay una gran oscuridad salvo alguna cronica suelta de venta de obras de arte en sastrerias de Caracas como negocio anexo y eran los hombres solos quienes las adquirian, por lo que salvo prueba en contrario debe ser el primer aviso de un anticuario".
Cfr.

sábado, 2 de mayo de 2020

UNA PINCELADA AL IVA

Silvia Dauder: "Sin artistas no hay arte ni exposiciones en ningún lugar y sin coleccionismo"
Ramón Viñas

Dentro del proyecto informativo colaborativo de reflexión sobre el futuro del arte y nuestra sociedad (#pensandoelfuturo / #pensandonofuturo), nacido en plena lucha contra la crisis del coronavirus, presentamos esta nueva entrevista con la galerista Silvia Dauder, fundadora y directora de la galería ProjecteSD con sede en Barcelona, y que, como el resto publicadas y/o por publicar, :
ARTEINFORMADO (AI): En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y de confianza le gustaría trasladar a todos los operadores y actores del mundo del arte?
Silvia Dauder (SD): Pues que luchen y que esta es una labor de todos, sin artistas no hay arte ni exposiciones en ningún lugar y sin coleccionismo, pues ya no os digo.
AI: ¿Cómo cree que va a cambiar el sistema del arte, en general, y el galerístico, en particular, a partir de ahora, en lo referente a gestión, exhibición, relaciones comerciales y comunicación?
SD: Yo no concibo mi trabajo sin hacer exposiciones en un tiempo y algo muy importante, en un espacio. En este momento, es imposible montar una exposición, porqué toda la logística para ello está paralizada y los espacios cerrados. Y no nos podemos ir inventando exposiciones para subirlas a Instagram y así estar todos entretenidos. Es cuestión de ver cuánto dura esta situación y cómo y en qué se transforma. Yo puedo adaptar mi trabajo a lo que venga, pero ¿todos los demás actores, lo van o podrán hacer? ¿Tendremos las galerías el apoyo para reciclarnos e invertir con trabajo y dinero en una nueva coyuntura, que pocos conocen o pueden prever como será? Conseguiremos ya, de una vez por todas, reducir el IVA del sangrante 21% para que no tengamos que seguir discutiendo con nuestros clientes cada vez, el incómodo pago de este IVA? Las galerías y los artistas, comemos de vender las obras de nuestros artistas, no lo olvidemos, no somos ni una agencia de comunicación, ni una empresa de organización de eventos, ni nos dedicamos al teletrabajo. Para nada de esto nos pagan. Solo nos pagan, si vendemos obra. A lo mejor deberemos transformarnos, no digo que no, los que queramos o podamos, pero ya no será el mismo trabajo, será otro. 
AI: ¿Alguna vez pensó que su organización necesitaría de un plan de contingencia online para crisis? 
SD: Suelo pensar en el día a día con cierto planning, evidentemente, si no fuera así no podría desarrollar mi trabajo. Pero tenemos ahora la muestra bien clara de que de un día al otro, de forma brusca, todo da un vuelco imprevisible, inesperado, que, no nos engañemos, nadie esperaba y para el cual nadie estaba preparado.
AI: ¿Piensa ahora que debería acometer una nueva fase online? Si, es así, ¿qué medidas barajan implementar de cara al futuro en su nueva estrategia digital (para exhibición, difusión y ventas) y que no venían ejecutando?
SD: El mundo online ya existía y venía funcionando antes de la pandemia del COVID-19. Todas las galerías, en menor o mayor grado, lo utilizábamos a diario. Es posible que ahora debamos implementar esta forma de trabajar, sofisticarla, tener mejores equipos técnicos, y esto no estará nada mal, pero este no es el problema. El problema es mucho más profundo e insisto en el tema. Sin exposiciones abiertas al público, sin presentaciones de colecciones, sin viajes con sentido, sin montadores, transportes, y demás, nuestro trabajo se va a deformar y se convertirá en otra cosa. Y creo que nadie, o muy pocos, saben cómo será esta otra cosa. Hay que reflexionar sobre muchos, muchos temas y al menos aprovechar esta durísima situación para despojarnos de lo superfluo que la globalización nos ha traído, de dejar de mandar miles de tonterías por whatsapp (algunas, se ha demostrado, bien nocivas), de realizar viajes con demasiada laxitud (algunos no sirven para mucho). De olvidarnos de ir de celebración en celebración, cuando quizá no hay tanto que celebrar. De utilizar un mínimo sentido común, de ser cautos, y no buscar aprovecharse de ninguna situación. Hay que pensar mucho y aún así, ver si logramos vencer estos tan malos tiempos y espero muy pronto sin el coronavirus

03/04/2020: