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domingo, 4 de diciembre de 2016

CON ESPÍRITU SANTO Y CON FUEGO

Evangelio Dominical: Juan Bautista
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado al Evangelio que se proclama en el segundo Domingo de Adviento, Ciclo A, correspondiente al domingo 4 diciembre 2016.  La lectura es tomada del Evangelio según San Mateo 3, 1-12

"Preparen el camino del Señor"

¿Es importante arrepentirse?
Fíjate en esta historia:
<Érase una mujer que fue expulsada del cielo. Al salir le dijeron que sería admitida de nuevo, si traía el regalo más querido por Dios.

Trajo gotas de sangre de un patriota que murió en la batalla. Trajo el dinero que una pobre viuda había dado a los pobres. Trajo la Biblia de un famoso predicador. Trajo el polvo de los zapatos de un famoso misionero. Trajo muchas reliquias de santos.

Ninguno de esos regalos era el que más le agradaba a Dios.

Un día vio a un niño que jugaba en una fuente. Un hombre a caballo se apeó para apagar su sed y, al ver al niño, recordó la inocencia y la alegría de su infancia. Miró al agua y vio el reflejo de su cara arrugada y endurecida, y toda su vida sucia y malvada pasó por su mente. Lágrimas de arrepentimiento llenaron sus ojos y regaron sus mejillas.

La mujer cogió una de esas lágrimas, la llevó al cielo y fue recibida con gran alegría por los ángeles y por Dios.> (Félix Jiménez, escolapio)

He aquí otra historia más corta:

<Érase un padre cuyo hijo estaba en la cárcel y a quien visitaba todas las semanas durante los últimos seis años. El hijo se negaba a recibirlo. Pero un día, siempre hay un día, el hijo le abrió todas las puertas, incluida la de su corazón. Este fue el mejor regalo de toda su vida.>

Fue otro hijo pródigo, que llenó de felicidad el corazón de su padre.

Dios también espera ese milagro de muchos de sus hijos.

Esto es lo que predicaba Juan el Bautista a los judíos: "Arrepiéntanse. Reformen sus vidas".

No ha habido un profeta en Israel por cuatrocientos años, y la gente está ansiosa de escuchar a un profeta.

¿Cómo se presenta Juan el Bautista?

No ha habido un profeta en Israel por cuatrocientos años, y la gente está ansiosa de escuchar a un profeta.
"Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura".

Iba vestido igual que Elías (2 Reyes 1:8). Los judíos esperaban que Elías regresara antes de la venida del Mesías (Malaquías 4:5), y la vestidura de Juan le identifica como el que cumple esa profecía.

La vestidura y dieta de Juan indican que él se ha adaptado a la vida del desierto. Su modesto estilo de vida también sirve de una protesta viviente contra todo egoísmo y desenfreno, frivolidad, descuido, y la falsa seguridad con la que mucha gente se apresura hacia su perdición.

Juan se presenta como un profeta.

¿Cómo era el bautismo de Juan y qué bautismo nuevo promete?

La gente que venía a escucharlo, confesaba sus pecados y Juan los hundía en las aguas del Jordán. Era un símbolo de limpieza y de renacimiento, de empezar de nuevo: del agua nace la vida. Estaban convencidos de que así preparaban la llegada del Mesías.

Pero Juan les anuncia el nuevo bautismo que traerá el Mesías:
"Yo les bautizo con agua para que Vds. se conviertan; pero el que viene detrás de mi puede más que yo, y no merezco llevarle las sandalias. Él les bautizará con Espíritu Santo y fuego".

Jesús bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. El Espíritu Santo llegará en Pentecostés (Hechos 2:38), y vendrá con fuego refinador, que destruye las impurezas y deja solo lo puro.

Muchos fariseos y saduceos se presentan también para ser bautizados.

Y Juan los llama "raza de víboras", hipócritas. No han mostrado 'frutos dignos de arrepentimiento'... De nada les sirven los ayunos... "Lo único que vale es la justicia y las obras del amor. Arrepiéntanse de sus pecados".

¿Y qué responden aquellos fariseos y saduceos?
Siempre encuentran explicaciones a su manera de vivir, siempre encuentran una justificación de sus pecados.
Por ejemplo, ellos dicen: "Tenemos a Abrahán por padre". Y se quedaban tan tranquilos.

Juan les avisa que su conexión con Abraham no les salvará.
Ya la segur está puesta á la raíz de los árboles" (v. 10).

A la hora de arrepentirnos, ¿conviene saber cuál es el pecado peor?
"Homo homini lupus" ("el hombre es un lobo para el hombre"), escribió el comediógrafo latino Tito Macio Plauto (254 a. C. - 184 a. C.).

Y todos repetimos: "El pez grande se come al chico"
En la sociedad hay dos tipos de personas: los opresores y los oprimidos. La línea divisoria puede ser el género, la etnia, la raza, la clase social...
Un grupo aparece como el lobo y el otro como el cordero.

¿Y cómo sería en este contexto el 'reino de los cielos', prometido por Juan y traído por Jesús?
Precisamente la Primera Lectura de hoy, de Isaías, nos presenta una escena idílica:
"El lobo habitará con el cordero, el puma se acostará junto al cabrito, el ternero comerá al lado del león y un niño chiquito los cuidará. La vaca y el oso pastarán en compañía y sus crías reposarán juntas, pues el león también comerá pasto, igual que el buey.

El niño de pecho jugará sobre el nido de la víbora, y en la cueva de la culebra el pequeñuelo meterá su mano". (Is 11, 1-10).

El reino de los cielos, al que nos invita Isaías, Juan el Bautista y Jesús, es que todos podemos estar bien sin necesidad de que haya vencedores y vencidos.

Para estar bien, no se requiere eliminar a los demás.

El texto de Isaías podría terminar así: "Y todos desde entonces vivieron felices", mientras oramos: "Venga a nosotros tu Reino", este Reino descrito por Isaías.

Fuente:
http://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-juan-bautista-0
Cfr.
Pedro Olalde y Patxi Loidi: http://feadulta.com/anterior/Evang-02-Adv-07.htm
Mons. Antonio José López Castillo: http://www.elimpulso.com/opinion/arquidiocesana/arquidiocesana-cambio-conducta
Ilustración: Constantin Majrowski.

VISIBLE Y CERCANO

NOTITARDE, Valencia, 4 de diciembre de 2016
 “Caminando con Cristo”
La conversión es vida en Cristo (Mt.3, 1-12)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

Éste segundo domingo de adviento nos presenta la figura de Juan El Bautista, que como un verdadero profeta, al estilo de Isaías, con una personalidad coherente, recia, firme y austera, se presenta como servidor de la verdad y del Mesías que ha de venir; que con su manera de vivir testimonia que lo más importante es estar de cara a Dios, dirigir nuestros pasos hacia Él, aceptar sus enseñanzas, abandonar la vida de pecado y acercarse a la fuente de la salvación y del amor que nos ofrece Dios en su Hijo Jesús que viene para llenarnos con la presencia de su Espíritu Santo que dinamiza la vida.

El Reino de Dios se ha hecho visible y cercano en la persona de Cristo y quien quiera entrar en la dinámica del amor de Dios que da plenitud a la existencia humana; necesita convertir su vida; es decir dejar a un lado el mal y optar por el bien. La conversión no es una lucha de un día, no es sólo un momento puntual, es una lucha constante, porque a diario el cristiano está tentado, son muchas las fuerzas adversas que buscan apartarlo de Dios. Quien quiera cambiar su vida no lo puede hacer solo, necesita tener la ayuda del mismo Dios; esa ayuda ya se nos ha dado desde el día del bautismo y se actualiza cuando un cristiano busca momentos para estar a solas con Dios en la oración; cuando reconociendo que se dejó vencer por el mal se acerca al sacramento de la confesión para retomar el camino, cuando recibe con fe en cada misa el Cuerpo y la Sangre de Cristo que es alimento de vida eterna, cuando medita y lucha por hacer vida la Palabra de Dios en la caridad, como expresión auténtica de que es cristiano, atendiendo a los más pobres y necesitados y llevar la Buena Noticia a quien no la conoce; no con odio, ni imposiciones fanáticas o proselitismos como si se tratara de competencias o con pretensiones mercantilistas, sino al estilo de Cristo.

IDA Y RETORNO: Bendiciones para Alejandra Isabella y Fernando de Jesús porque ayer recibieron su Primera Comunión.

Fuente:
http://www.notitarde.com/la-conversion-es-vida-en-cristo-mt3-1-12-/columnistas-del-dia/2016/12/04/1039312
Cfr.
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.elimpulso.com/opinion/buena-nueva-paja-trigo
Ilustración: Caravaggio.

lunes, 9 de diciembre de 2013

CAMINAR, TENDIENDO CAMINOS

NOTITARDE, Valencia, 8 de diciembre de 2013
La conversión es vida en Cristo (Mt.3,1-12) / Joel de Jesús Núñez Flautes

Éste segundo domingo de adviento nos presenta la figura de Juan El Bautista, que como un verdadero profeta, al estilo de Isaías, con una personalidad coherente, recia, firme, austera; que se presenta como servidor de la verdad y del Mesías que ha de venir, sincero y transparente; que con su manera de vivir testimonia que lo más importante es estar de cara a Dios, dirigir nuestros pasos hacia Él, aceptar sus enseñanzas, abandonar la vida de pecado y acercarse a la fuente de la Salvación, de salud, de paz, esperanza, fe y sobre todo amor que nos ofrece Dios en su Hijo Jesús que viene para llenarnos con la presencia de su Espíritu Santo, que es como fuego que enciende y dinamiza nuestras vidas y las transforma con su poder.
Juan Bautista, como el último de los profetas invita a una conversión, a un cambio de vida para poder recibir los beneficios de Dios, dejar atrás el camino de la oscuridad, del mal, para poder recibir los dones que vienen de lo alto y que se nos hacen cercanos, palpables y certeros en Jesús, nuestro Dios y Salvador.
El reino de Dios se ha hecho visible y cercano en la persona de Cristo y quien quiera entrar en la dinámica del amor de Dios que da plenitud a la existencia humana; necesita convertir su vida; es decir cambiar, dejar a un lado el mal y optar por el bien, por lo noble y lo santo. La conversión no es una lucha de un día, no es sólo un momento puntual, es una lucha constante, porque a diario el cristiano está tentado, son muchas las fuerzas adversas que buscan o pretenden apartarlo del camino de Dios. Quien quiera cambiar su vida no lo puede hacer solo, necesita tener la ayuda del mismo Dios; esa ayuda ya se nos ha dado desde el día del bautismo y se actualiza cuando un cristiano busca momentos para estar a solas con Dios en la oración; cuando reconociendo que volvió a caer y se dejó vencer por el mal se acerca al sacramento de la confesión para retomar el camino, cuando se acerca con fe a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo que es alimento de vida eterna y que recibimos en cada misa, cuando meditamos y luchamos por hacer vida la Palabra de Dios, cuando se vive la caridad como expresión auténtica de que se es cristiano, discípulo de Cristo y que cumple su mandato que es el amor hecho vida, servicio, perdón, donación, encuentro, comunión, fraternidad, intimidad con Dios, atención a los más pobres y necesitados y llevar a la Buena Noticia a quien no la conoce, no con odio, imposiciones fanáticas o proselitismos como si se tratara de competencias o con pretensiones mercantilistas, sino al estilo de Cristo que vino a revelar el inmenso amor de Dios para cada ser humano y por cada ser humano que existe en este mundo.
El adviento nos prepara a la Navidad, a celebrar el encuentro con Cristo que nace en un pesebre y que nos invita a preparar nuestra vida, nuestro corazón para que Él pueda nacer dentro de nosotros con el fuego de su Espíritu. Aprovechemos éste tiempo de adviento para revisar qué cosas tenemos que cambiar a nivel personal, entorno a nuestra familia, en medio de nuestras relaciones laborales, allí donde frecuentemente desempeñamos nuestras actividades; revisar cuáles son nuestras oscuridades, qué mal me está dominando y no me deja avanzar en el camino espiritual, no me deja seguir con radicalidad y santidad tras los pasos de Jesús.
La vida es una oportunidad para convertirnos, para dirigir nuestros pasos a Dios, recibir sus beneficios y disfrutar de su presencia en este mundo y luego alcanzar vida eterna. No perdamos el tiempo en cosas que no nos hacen crecer como seres humanos y menos como cristianos, busquemos aquello que nos realiza como personas y nos ayuda a ser auténticos cristianos. La tarea no es fácil ante un mundo y una sociedad que predica antivalores y va detrás de falsos dioses; pero el cristiano sabe que si abre su vida a Dios podrá vivir día a día un progreso en su conversión o un continuo crecimiento en la santidad, en la amistad con Cristo Jesús, El Salvador.
IDA y RETORNO: Yo voy a votar. Hoy es un día para contribuir con Venezuela, con la democracia, eligiendo a los alcaldes que estarán muy cerca de los problemas que aquejan a nuestras comunidades; problemas que nos tocan vivir a diario como ciudadanos; por eso sal a votar, no te quedes sin ejercer éste derecho y deber; vota según tu conciencia, sabiendo que esa persona que elijas como alcalde es la que crees trabajará por todos, sin distinción alguna y que tiene realmente vocación de servicio. Que Dios bendiga hoy a Venezuela y a nuestra democracia. Que todo transcurra en paz y sea de beneficio para todos.
Felicitamos al Padre Luís Manuel Díaz, vicerrector del Seminario, que ha sido elegido con el 99% de los votos como individuo de número de la Academia de la Historia del Estado Carabobo. 
8 de diciembre de 2013. 2 domingo de Adviento (A). Mateo 3, 1-12
Recorrer caminos nuevos
/ José Antonio Pagola

Por los años 27 o 28 apareció en el desierto del Jordán un profeta original e independiente que provocó un fuerte impacto en el pueblo judío: las primeras generaciones cristianas lo vieron siempre como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Todo su mensaje se puede concentrar en un grito: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”. Después de veinte siglos, el Papa Francisco nos está gritando el mismo mensaje a los cristianos: Abrid caminos a Dios, volved a Jesús, acoged el Evangelio.
Su propósito es claro: “Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos”. No será fácil. Hemos vivido estos últimos años paralizados por el miedo. El Papa no se sorprende: “La novedad nos da siempre un poco de miedo porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida”. Y nos hace una pregunta a la que hemos de responder: “¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido capacidad de respuesta?“.
Algunos sectores de la Iglesia piden al Papa que acometa cuanto antes diferentes reformas que consideran urgentes. Sin embargo, Francisco ha manifestado su postura de manera clara: “Algunos esperan y me piden reformas en la Iglesia y debe haberlas. Pero antes es necesario un cambio de actitudes”.
Me parece admirable la clarividencia evangélica del Papa Francisco. Lo primero no es firmar decretos reformistas. Antes, es necesario poner a las comunidades cristianas en estado de conversión y recuperar en el interior de la Iglesia las actitudes evangélicas más básicas. Solo en ese clima será posible acometer de manera eficaz y con espíritu evangélico las reformas que necesita urgentemente la Iglesia.
El mismo Francisco nos está indicando todos los días los cambios de actitudes que necesitamos. Señalaré algunos de gran importancia. Poner a Jesús en el centro de la Iglesia: “una Iglesia que no lleva a Jesús es una Iglesia muerta”. No vivir en una Iglesia cerrada y autorreferencial: “una Iglesia que se encierra en el pasado, traiciona su propia identidad”. Actuar siempre movidos por la misericordia de Dios hacia todos sus hijos: no cultivar “un cristianismo restauracionista y legalista que lo quiere todo claro y seguro, y no halla nada”. “Buscar una Iglesia pobre y de los pobres”. Anclar nuestra vida en la esperanza, no “en nuestras reglas, nuestros comportamientos eclesiásticos, nuestros clericalismos".

http://creereenti.blogspot.com/2013/12/ja-pagola-recorrer-caminos-nuevos.htm