viernes, 1 de mayo de 2015

BITÁCORA

Antonio Ledezma regresa a casa. Fuerte custodia. La casa por cárcel.

BIOPODER

EL NACIONAL, Caracas, 01 de mayo de 2015
Estopa en la garganta
Abraham Gómez

“Todo el texto es esa gota de dolor que hay que colocarse en la lengua, hasta que de tanto arder, entendamos que mientras nos creamos al margen, no tendremos las manos limpias y que seremos culpables hasta que podamos hablar de la última masacre del hombre contra el hombre. Esto no es literatura…”.
Jaime Vàndor. Nunca Korczak llegó a Jerusalén. 1984


En los tiempos que transcurren resulta impensable que alguien, por bastante osado que llegue a ser, pueda convocar (tal vez contaminar) a una multitud con sus ideas totalitarias y salir ileso. Aunque la humanidad venga de padecer los horrores del Holocausto, las conflagraciones mundiales, las excentricidades de los “iluminados”, de quienes se dicen ungidos para rescatar a la especie humana y re-crear un “hombre nuevo”; aún persiste en cualquier latitud el germen larvario de los regímenes atroces, sin mayores disimulos, que violentan y persiguen hasta la aniquilación de la condición y la dignidad humana. A pesar de las contenciones jurídicas que los conciertos de países pactan y arreglan para someter los ímpetus deleznables, los detentadores de la ignominia política consiguen resquicios para regustarse al percibir que hay una “masa poblacional” que le prodiga adoración perpetua: in extremis dispuesta a entregar su vida en aras de concretar un ente centralizador, que hegemonice la existencia de los ciudadanos, sus actuaciones, por mínimas que parezcan.
Los distintos estudios que aproximan una taxonomía de la categoría “totalitarismo” coinciden en algunas características indispensables para que propiamente logremos la calificación de un sistema socio-político de este tipo: cuando el Estado tiende a regimentar todo cuanto representen las relaciones sociales, que se suponen pertenecen más al orden de los ciudadanos. Al punto de hacer dependiente la civilidad de modo absoluto. Por añadidura, el Estado ostenta rango preeminente tanto en el plano axiológico (los valores sociales serán siempre en función de la preservación de los intereses estatales), como en la estructura de la sociedad, incluso en los designios de cada individuo en particular. Lo que Foucault estudió en la década del setenta como el biopoder hoy en día va haciéndose, en nuestro país más evidente. La vida y lo viviente constituyen los retos de las luchas políticas en la Venezuela contemporánea. Ha venido este régimen  haciendo uso de los manuales de medios típicos para el control ciudadano: acortamiento de las libertades, abierta o sibilinamente, de expresión, de información, taponar con crudeza y sin escrúpulos bocas y oídos para que no digan, para que no escuchen. Obturar las conciencias. Constreñir las libertades en el ejercicio de la educación, de la propiedad privada, de producción, de comercio, de decisión de movilidad, de la participación social en condición de ciudadanos independientes. Todo en nuestro país pretenden sellarlo con los tintes de partido único, oficializado, a cuyo frente se construye la figura de un “jefe absoluto” con poderes ilimitados, siendo él mismo el superior jerárquico de la estructura estatal. Lo anterior anudado bajo la estricta vigilancia de un cuerpo civil-militar con una lógica y discurso cuartelario, aterrorizante con la finalidad de asegurar la imposición sectaria de una ideología. Los planos trazados por regímenes de idénticos talantes en el mundo nos permiten discernir la cartografía en ciernes para preservarse ante cualquier contingencia. Que con seguridad vendrá. Tan pronto como los pueblos dejen a un lado las cargas de temor y se dispongan a hacer justicia por las muchas tropelías soportadas, por tantas actitudes ominosas padecidas. Habíamos pensado que con el derrumbamiento del Muro de Berlín también se hacía posible el descalabro estrepitoso de teorías anacrónicas (comunismos, socialismos de baja ralea, fascismos, totalitarismos, populismos, militarismos, personalismos, absolutismos, estatismos, y todo ismo que se atreva a condicionar las libertades humanas) cuyo propósito viene dado para escindir a los seres humanos, indoctrinarlos de manera imbécil y ubicarlos forzosamente en posiciones dicotómicas para desatar luego las riendas a detestables maniqueísmos irreconciliables. La realidad desde siempre ha estado llena de contradicciones, plena de complejidades, escurridiza para pretender encerrarla en un sistema socio-político que impone sus propios fetichismos.

Fotografía:
http://elpoderdelciudadano.blogspot.com/2008_01_01_archive.html

SEMILLERO

EL PAÍS, Madrid, 30 de abril de 2015
Elogio del político
El intelectual y el político se deben a distintas lealtades. Quien ejerce el poder debe ser muy cauto con el ensueño radical
Jordi Gracia 

Tras un siglo tan escarmentado como el XX no hay duda de que el mal reside en los laboratorios de ideas y programas de redención, en las cábalas lujuriosas de cerebros privilegiados abstraídos de la realidad y absorbidos por sus propias energías proyectivas. El intelectual informado e imaginativo, a menudo superdotado, ha sido con frecuencia el titiritero invisible de masas enfervorizadas que ignoraban la fuerza de los hilos y apenas sospechaban que detrás de sus pasiones y movilizaciones había unas cuantas cabezas tronadas y a menudo tronantes.
La semilla del mal global, y del mal concreto y perfectamente descriptible, ha estado largamente asociada al oficio de pensar cuando ese oficio entra en zona de vicio y narcisismo, de prepotencia y megalomanía redentora. Nos tranquiliza pensar que fueron siempre otros los intelectuales tocados por la vara mágica de la causa justa y total e incluso tendemos muchos a disculpar sus muchas culpas en razón del uso erróneo o la instrumentalización perversa de ideas limpias, puras y nobles.
Bajo ese nuevo disfraz exculpatorio, la culpa entonces se desplaza por un plano inclinado de miserias y reprobaciones contra el político como auténtico responsable de la adulteración de los buenos propósitos intelectuales del hombre ético y visionario, convincente y convencido. Ortega lo meditó muy bien en un momento decisivo de su propia biografía, hacia 1924, cuando quedó fuera de juego temporalmente a causa del golpe de Estado de Primo de Rivera en septiembre de 1923 y el nuevo directorio militar que gobernó hasta 1930. Ortega empezó a fraguar su análisis de las distintas lealtades a las que se deben el intelectual y el político. El pretexto de su reflexión fue Mirabeau, pero el agente activo del fármaco estaba ya en su cabeza desde tiempo atrás. Se trataba de no reclamarle al intelectual los deberes del político ni juzgarlo en función de la ejecución práctica de sus ideas. Pero, sobre todo, exigía que no esperásemos del político la lealtad ideológica que presumimos al intelectual: sus oficios son complementarios quizá, pero sin duda también antagónicos.
El diagnóstico de Ortega no era tan cínico como pragmático y dejaba la pelota en el tejado del maligno político de forma demasiado fácil. Su amoralidad se legitima a partir de la definición de los deberes de su oficio: el poder, la conquista del poder, la preservación del poder. La semilla del mal empezaba ahora a estar claramente instalada en el lado del político y sus estrategias trileras mientras que al intelectual lo cubriría pronto una leve gasa traslúcida de bondad y nobleza incontaminada del sucio afán del poder y los poderosos.
Dejar hablar sin tasa al intelectual, sensato o iluminado, mientras el político escucha y digiere sin perder el control de los mandos del aparato
En las revueltas de esta espiral interminable, las condiciones materiales de formación y educación en Europa propician la dignificación de la política y sus acuerdos con los intelectuales, y todos a una estamos a favor porque el que más y el que menos luce de intelectual por cualquiera de las múltiples vías de intervención social de la opinión, en caracteres cortos y luminosos o en carteles pintados o en libracos solventes e interminables. Y una vaga conformidad aureola a la opinión por llegar por fin al centro de nuestras responsabilidades, comprometernos con el mal de la política y plantar una semilla diferente en él.

Y empezamos a temblar, o yo empiezo a temblar, porque el escarmiento ha sido largo y hondo, porque escritores de la talla ética de Albert Camus ha habido pocos y porque la espiral de la política y el intelectual se enreda sin remedio cuando el poder está cerca y la capacidad de decidir también.
Entonces empieza el ensueño de un mundo mejor o, más modestamente, empieza el turno del equipo intelectual sin mando directo que aconseja a un político con aptitud y formación intelectual. La ecuación modélica parece por fin al alcance de la mano, transformada en un ten con ten inteligente entre uno y otro, conscientes ambos de las funciones respectivas, pactadas, asumidas e incluso blindadas: dejar hablar sin tasa al intelectual, sensato o iluminado, mientras el político escucha y digiere sin perder el control de los mandos del aparato y sin ceder tampoco sus propias armas intelectuales.
Ese político es quizá el político óptimo de la democracia, tan cauto con el ensueño radical (porque es verbal) como aprensivo con el poder de los mandos que tiene en sus manos. La semilla del mal (que es la irresponsabilidad) se agosta y pudre porque el afán del intelectual se reconduce con el afán del político, con sus cálculos técnicos y tácticos de efectos y consecuencias. Y entonces decide, y vuelve a decidir, y se desdice y se corrige, porque esa es su función: administrar el arte de gobernar soñando (pero sólo soñando) con un bien mayor mientras se blinda cautelosamente contra la propensión arcaica a la fantasía y rumía una y otra vez el sueño del bien, sin rastro de la petulancia del redentor enfrentado con la lanza al dragón.
(*) Jordi Gracia es profesor y ensayista

BITÁCORA


Aporte de Carlos Lachica: "Palacio de Hacienda, Caracas, luego llamado Tesorería Nacional se encontraba ubicado entre las esquinas de Carmelitas a Altagracia y Carmelitas a Santa Capilla, ( su lugar actualmente lo ocupa el Banco Central de Venezuela)...sera que hoy dia lo veríamos así ?...composición realizada con la trilogía de imágenes que aquí publico" (https://www.facebook.com/photo.php?fbid=908635289156817&set=pcb.10153221039643544&type=1&theater).

UNA PERSPECTIVA

Maduro no es inglés
Nicomedes Febres

*Una de las figuras más admiradas en el mundo durante el siglo XX ha sido Mahatma Gandhi, el líder libertador de La India, yo lo admiro, pero no al pacifismo, aunque siempre me he preguntado sobre si en vez de haber sido La India colonia inglesa y no alemana, habría conquistado la independencia de manera tan pasable?. Qué tal si en vez de tener como interlocutor al Primer Ministro laborista Clement Attlee, que no era nada del otro mundo, hubiese Gandhi tenido que lidiar con Adolfo Hitler? Estoy seguro que la cosa hubiese sido mucho más complicada, no por ser alemán Hitler, sino por haber sido el genocida que fue. Así que para bailar bien se necesitan dos y siempre hay que recordarlo. La reflexión viene a cuento por la carta y acciones que emprenderán los 26 exmandatarios de América Latina, Europa, Asia y África en apoyo a la labor que generosamente ha prestado Felipe González a la libertad de Venezuela y su Independencia de la tiranía que ejercen Cuba, el narcotráfico, la corrupción, los militares felones, los bolichicos, el Sebin y cuya caratula más visible es ese monumento a la medianía que es maduro. Pero me temo que maduro y sus representados han dado muestras más que suficientes de que lo que le entra por un oído, le sale por el otro y el combo que le acompaña y manda son un hatajo de malandros. Lo que estoy diciendo ni descalifica ni invalida lo que está haciendo la oposición, tanto en el exterior como dentro de nuestra patria y deben seguir así. Visto el mapa del juego, no tengo dudas de que vamos a ganar, con esa estrategia de pinzas ya está mucho más cerca de lo que ustedes creen el cruce de las líneas de poder. Para informarles mejor se los explico de manera esquemática: En Ciencias Políticas hay 3 cosas distintas: Poder en Juego, Jugada de Poder y Poder de Juego y no se confunden una con otra. Para el régimen todo el poder está en juego, porque temen que una vez caídos, pierdan hasta la vida, sea verdad o fantasía, en cambio, dentro de sectores de la oposición hay gente que opta por el autoexilio o el silencio como plan B porque no ha cometido crímenes contra la humanidad y no creen ver salidas a corto plazo, pero en su conjunto ello repercute en la sumatoria de nuestro poder en juego opositor. Cosa distinta es la jugada de poder, que se refiere a los trucos que utiliza el régimen para negar la realidad que vivimos cada día, su responsabilidad en la promoción del hampa, en la corrupción, en el desabastecimiento, la inflación, la hegemonía comunicacional y en los presos políticos, que son solo jugadas de poder. De allí que maduro hable ahora de la lucha contra la delincuencia en los sitios donde habían premiado a los malandros que era gente de ellos; asimismo liberarán a los presos cuando la presión sea insoportable y de cara a las elecciones. Les juro que ellos no lo están haciendo de buena fe, pero se están quedando sin jugadas de poder (caída de la popularidad, caída de los precios del petróleo, delaciones, etc) y de allí el recule. Lo tercero es el Poder de Juego, es decir cuanta fuerza acumulada posee cada jugador y esto incluye desde las realidades geopolíticas, las alianzas internacionales, el precio y la producción petrolera, la situación económica, la cultura de la muerte en especial comparada a la cultura de Isis, que no creo que aplique en nuestro país para dolor del régimen, los drones, la influencia americana, la tecnología, la pertenencia al mundo occidental y cristiano y muchas cosas más. Por ejemplo, ningún gobierno colombiano sabe que puede dormir tranquilo en sus fronteras mientras el chavismo mande en Venezuela, aunque maduro jure por un puñado de cruces que no apoyará a las FARC. Los colombianos nunca han sido pendejos, así estén cansados de la guerra. Lo único que atenta contra esta mano virtualmente ganada son los pleitos menudos entre el liderazgo opositor, violentar la unidad y hacerse eco de las campañas para no votar. Otro plan distinto debe ser desechado porque mano ganada no se tranca, y eso lo sabe cualquier jugador de dominó. Se supone que cada quien juega bien por lo que no se desmerita a nadie.

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10206053269311533:1

CUADERNO DE BITÁCORA

Sabemos que el PDC de Chile pasa también por difíciles circunstancias. Humberto Burotto Guevara, entre otros, lo ha referido en el Facebook. Y recordamos días atrás, el gran aporte continental que hizo Eduardo Frei Montalva, uno de sus fundadores. Sus vínculos con Venezuela fueron importantes. Y dejó, entre varias, una obra escrita necesaria de reivindicar: “El mandato de la historia y las exigencias del porvenir” (1975) que acá editó Nueva Política. Para sintetizar, digamos que lo que ha ocurrido y ocurre en Venezuela, lo vivió Chile bajo Salvador Allende en una versión más compacta. Sorprende el enunciado allendista de lo que ahora padecemos ya por largo tiempo en nuestro país. Y, como solía ocurrir, cada visita de Frei a Venezuela no sólo fue ocasión para expresar y testimoniar nuestra solidaridad con los que sufrieron allá la larga dictadura, sino – igualmente – para escucharlo. Era regular el seguimiento de su mensaje. La prensa venezolana lo frecuentaba. Él tenía la generosidad de atenderla. En una entrevista que la concedió a El Nacional de Caracas y, luego,  integrada a un tomo de Alfredo Peña, reapareció la ilustración de Pancho Graels.

Seguimos nuestro modesto tributo, con otra nota también orbitada en nuestra cuenta facebookeana. Del siguiente tenor: 

De muchacho, una o dos veces tuvimos ocasión de asistir a dos de sus conferencias. Si mal no recordamos, en la vieja sede del IFEDEC (Qta. Campoamor, Caracas). Apenas, queda el recuerdo borroso de un luchador contra la dictadura, otrora presidente y vicepresidente del PDC de Chile. Como muchos de sus compañeros de causa (o camaradas, según el término democristiano chileno), no esperó sentado en su casa el derrumbe de Pinochet, apostando por una futura y placentera embajada. Fue un defensor de los derechos humanos. Fundó en Caracas el Secretariado Latinoamericano por 1976, cuando fue expulsado de su tierra, por 1976. Y, en su tierra, fundó la Comisión Chilena de Derechos Humanos (1978) e integró la Comisión de la Verdad y Reconciliación (1990-1991). Había sido expulsado de su país "por ser un peligro" en 1976 y dos años después, fue autorizado el regreso. Vale decir, regresó a la lucha a los 62 años de edad para ser expulsado de nuevo, dos años más tarde. Regresará en 1983. Docente universitario, fue abogado de la familia Letelier y activo defensor de las libertades cívicas y de los derechos humanos en los propios tribunales de su país. Autor de varios trabajos, entre ellos "El problema comunista" (1955), "Proposiciones para una crítica del marxismo" (1958), "Fuentes de la democracia cristiana" (1963), "La sociedad comunitaria" (1972), "El derecho de vivir en la patria" (1977), "Dictadura o democracia en el pensamiento latinoamericano" (1984), "Democracia y derechos humanos" (1986), "La teoría de la abstracción en el empirismo inglés (Hume, Locke y Berkeley)" (2000). En su estadía venezolana, cooperó con no pocas jornadas formativas. Fallecido en 2003, hallamos un folleto publicado por ODCA en 2002. Recoge un justo homenaje en el que hablan Luis Riveros (rector de la Universidad de Chile), Patricio Aylwin (arquitecto de la transición a la democracia), Máximo Pacheco Gómez (embajador de Chile en El Vaticano), Marta Cruz Coke (directora de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile), el mismo Jaime Castillo.

Pacheco señalaba una triple circunstancia, entre varias, significativas: "... Su humildad y modestia son proverbiales (...) Fue de los primeros intelectuales chilenos en denunciar los horrores del stalinismo (...) Recordemos que, en la lógica de la guerra fría, quien efectuaba tales denuncias corría el riesgo de ser denunciado de agente de la CIA. Había que tener gran solidez doctrinal y un gran coraje moral para hacerlo".  Además, aludia a u modesta estancia caraqueña cuando le tocó a Pacheco diligenciar los recusos jurisdiccionales del caso, en Chile, concluyendo que "la vida de Jaime ha ardido generosamente por una pasión inclusiva".

¿A qué viene el asunto? Pues, enunciamos varios motivos: existe una fuerza moral del liderazgo latinoamericano hasta con independencia de las específicas adscripciones ideológicas, que inspiran en la lucha por la democracia en Venezuela; que los democristianos chilenos deben hoy reivindicar un importantísimo legado  que tuvieron la generosidad de compartir con este lado del mundo; que, siendo el caso, nuestra animadversión al fracaso comunista no es enfermiza y "tripera",sino está fundada en el sueño de otra sociedad de derechos humanos, libertades, equidad social, calidad de vida, desarrollo. Hay ejemplos hisóricos a seguir. Con los más humanos errores, siguen vigentes como ejemplo para no desmayar. Sobre todo, cuando en Venezuela el 1ro. de Mayo encuentra a un país de inocultable crisis. Inocultable, sórdida e inaceptable crisis.

BITÁCORA


Fotografías de  Jesus E Cordero Viera, publicadas en Facebook: Av Sur 2, Basilica Santa Teresa y fachada Torre Norte Centro Simon Bolivar.