Citerior et ulterior
Guido Sosola
De cerca y de lejos, de lejos y de cerca, el resultado plebiscitario del
domingo próximo pasado fue demasiado contundente. Es verdad que el colmo sería
que los convocantes perdieran,
poniéndole un manto de sospecha que ni el propio gobierno ha podido
tejer, pues, obraron tres circunstancias que aún lo impiden.
De un lado, erró el régimen al lanzar el simulacro del CNE, porque – en
todo el país - se hizo harto evidente el contraste entre la pírrica y forzada
movilización de sus partidarios y la masiva como espontánea movilización de la
oposición, añadida la de los venezolanos más allá de las fronteras, a pesar de
las no pocas diligencias realizadas por embajadas y consulados. Al igual que la tos y el dinero, la muchedumbre
no puede ocultarse tan fácilmente, aunque sabemos que las fotografías y videos,
de no cacarear el huevo, pueden pasar pronto al olvido.
Del otro, de haber contado con el equivalente de las 45 mil mesas de los
consabidos comicios parlamentarios, las cifras hubiesen sido muy superiores y
basta la más elemental operación aritmética para constatar el escenario, pero
se impuso la sindéresis, la radical sensatez y probidad de los rectores
universitarios que sirvieron de garantes al revelar las cifras reales. Éstos se
apegaron estrictamente al procedimiento pautado que, de cumplirse, como se
cumplió, minimizaba al máximo las manipulaciones de aquellos que suelen
maximizar lo mínimo, como en los tiempos pasados en los que bastaba un palo de
whisky para enredar la situación (y saben a lo que me refiero).
Luego, la propia reacción de Maduro Moros, desestimando los hechos,
atreviéndose a aplaudir el fracaso del simulacro y, a la vez, apostar por 600
mil personas plebiscitándolo, refuerza extraordinariamente la determinación de
la más alta burocracia para mantener a familiares, socios y relacionados en el
extranjero. Por cierto, todavía impreciso el porcentaje, algo significativo
frente a los coterráneos que buscan un mejor destino y a los que les es
imposible pisar Maiquetía, añadidos los que se aventuran en la irremediable
condición de ilegales, ya que simplemente sobreviven y no desearon exponerse a
una delación malsana a propósito de la consulta. Sin embargo, apuntamos a dos
circunstancias adicionales que están cursando.
Cuidado, porque un embargo y un bloqueo económico cae como anillo al dedo
para la narrativa del madurato, sintonizando – a falta de discurso – con el
caso cubano que, poco les importó a los Castro Ruz, mató de hambre, de
fusilamiento, como de reducción a la cárcel y al tratamiento psiquiátrico a lo
soviético, a muchísimas personas. De
hecho, los hermanos Rodríguez, puntales del régimen al que podríamos agregarle
a título de inventario a Rodríguez Zapatero,
intuyen, razonan y actúan desde la perspectiva política e ideológica en
la que se criaron, mostrando cuán anacrónico es el signo de la propuesta que,
todavía fracasada, tiene y, lamentablemente, tendrá adeptos, pues, salvando las
distancias, todavía el peronismo es un azote.
Ni tan lejos que no alumbre, ni tan cerca que queme, refiere la sentencia
popular de abordar la cuestión actual. Lo cierto es, de todo lo cierto, que el caso venezolano amerita de
toda la meditación necesaria, pero no hay tiempo de extenderse hasta
convertirlo en un mero ejercicio retórico, porque son días de compromiso, de
acción reales, constantes y sonantes
20/07/2017:
Breve nota GS: A veces, aparecen los comentarios y, otras, no.
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