Por supuesto, la casa que López tiene por cárcel, es centro de atención. Las rejas recibieron una costosa mano de pintura. Uno de los motivos gráficos de la resistencia y el tricolor nacional, se convierten en emblemas de un hogar que no es tal. Raro que la custodia dejase echar esos brochazos. Empero, hay quienes tienen alguna observación. Por ejemplo, la estrella adicional. Nos parece una discusión irrelevante ante la gravedad de los problemas del país. Son válidas las opiniones. ¿Séptima u octava estrella? Identidad de la bolivariana dictadura del presente e identidad de los tiempos que la precedieron. Ojalá no levante distracción alguna sobre los tópicos que realmente interesan.
Con sobradísima razón, las redes apuntan a la responsabilidad de los funcionarios sancionados y no del país de origen. Incluso, implicada PDVSA en uno de sus tantos manejos dudosos, en días pasados, la dictadura - como ocurrió con el decreto de Obama - ha intentado convertir sus tropelías en bandera nacionalista. Además de falsa bandera, sería una bobería que alguien hiciese causa común con los sancionados, así rasgase sus vestiduras como partidario del gobierno, pues, simple, sufre y muy amargamente las consecuencias del desgobierno. Hay más claridad en la materia que lo sospechado por una dictadura que no cesa de sondear a la opinión pública.
Podemos entender la necesidad que existe de sobrevivir, trátese de una panadería, bazar o estación de servicios. Además, tienen empleados. Pero también que, al llegar al llegadero, no se puede ser colaboracionista, ni siquiera en nombre de la supervivencia. Hay que echar el resto. Después, cuando todo pase, quedarán muchas cosas documentadas. Es natural la reacción. Y, aunque no apostemos por una cacería de brujas, más adelante habrá grandes, medianas y pequeñas responsabilidades que fijar. Una tanqueta que ha malherido o matado a alguien, o va a hacer, al recargar combustible, de alguna manera hace corresponsable al recargador.
La localidad ha sufrido y mucho, la represión ilimitada de una dictadura que no respeta siquiera a las autoridades regionales y municipales, electas directa, universal y secretamente por la ciudadanía. !Y después se dice gobierno democrático!
Que lo diga Felipillo, es importante. El PSOE metido hasta las medias en esto. Demasiado evidente que la gestión de Rodríguez Zapatero, excepto los beneficios que pudiera personalmente obtener, stá muy lejos de convertirlo - precisamente - en un Nobel de la Paz. Más presos y más muertos. E, incluso, nos enteramos, tuvo la intención de conversar con María Corina Machado, cosa que no se materializó: debe saber muy bien que ella es intraficable. El español no es un referente ético, allá ni aquí. Y la persistencia en sus diligencias, por fracasadas que sean, habla de otras intenciones. O, mejor, complicidades. A falta de estadistas, están estos mandaderos bien tarifados. Es poderosa esta convicción ante las evidencias. Ya ni da la cara abierta y libremente a los medios. Desconfiamos de Rodríguez Zapatero y demasiado. El proyecto comunista lo tiene de aliado en el continente.
El aniversario de Caracas, nos lleva a importantes iniciativas como la de Hannia Gómez. Promete mucho la exposición, aunque la fecha no ha sido la más propicia. Esta situación tan explosiva para una ciudad que alberga a un implosivo elenco de poder, ha impedido que, por lo menos, nos acerquemos a curiosear. Seguramente tendrá la calidad, extensión, detalles y vistosidad de otras exposiciones, como la de las Italia de algún tiempo atrás. La dictadura ha afectado los ritmos que fueron normales, punzando los nervios al ritmo de una inclemente represión. Ojalá, más adelante, haya un inventario de los daños ocasionados, incluso, a la arquitectura de la ciudad. Comenzando por el quiste del Palacio Municipal, pasando por el desbarajuste ocasionado por los disparos del opresor desde las tanquetas atropellantes, la que deshace portones por doquier para arrancar la faena, hasta las ocurrentes remodelaciones del oficialismo ávido de meter la mano en el tesoro público.
Muchas de las vistas detalladas de la más remota ciudad de Caracas, se debe a las páginas rojas. La vieja prensa apuntó a casas y edificios que fueron, por un instante, noticia de un robo, secuestro u homicidio, por ejemplo. Esta reproducción, tomada de El Nacional de Caracas de 1968, cuenta del contratista que asesinó a su mujer mientras leía "A sangre fría". Se trata de la quinta "Anabel" de la avenida Costa Rica de Las Acacias, además, sin muro alguno. Quién sabe si todavía existirá, fue reemplazada por un edificio, se conserva custodiada por altas paredes, o es un local comercial. De arquitectura sencilla, pero interesante, ejemplifica el paisaje tan diferente de la ciudad después devorada por la serialización.
LB
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