FANB se prepara con balas para “proteger” la constituyente
Javier Ignacio Mayorca
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Las tropas de la institución militar ya reciben entrenamiento para la posible ejecución del plan de operaciones Flecha, un capítulo de la Operación República que podría activarse ante la declarada Hora O de la oposición. Pero la unidad monolítica de los cuarteles no está garantizada El jueves 13 de julio, unos 400 efectivos de la Guardia Nacional fueron trasladados hasta el Centro de Adiestramiento Naval, ubicado en la meseta de Mamo, estado Vargas, para continuar un “plan especial” de entrenamiento relativo a procesos electorales. Pero esa jornada no tenía que ver con los habituales procedimientos del Plan República para el traslado y la custodia del material electoral que será utilizado, en este caso, durante la elección de los aspirantes a formar parte de la Asamblea Nacional Constituyente, el 30 de julio. Estos insumos, de hecho, ya han sido transportados en aeronaves militares a distintas partes del país. Otra parte permanece en depósitos del organismo comicial en Macaracuay, Caracas.
Lo que se hizo ese día y -según documentos recabados para este trabajo- durante el resto de la semana, fue una sesión de “adiestramiento combativo” que implicaba ejercicios con el uso de lanzagranadas lacrimógenos y escopetas para la dispersión de manifestaciones, hasta la utilización del fusil de asalto AK103 con munición letal.
Todo un escenario de escalada de conflicto para afrontar lo que ya entonces se veía en el horizonte político: que la oposición declararía la Hora 0, una vez llevada a cabo la consulta nacional el domingo 16 de julio. En ese plebiscito, como se sabe, más de 7,53 millones de personas manifestaron su rechazo a la instauración de una constituyente por parte del presidente Nicolás Maduro.
Según el coronel retirado del Ejército Antonio Guevara, este ejercicio forma parte de la fase preelectoral del Plan República, una actividad que involucra a toda la institución armada, en soporte a los comicios organizados por el Consejo Nacional Electoral. Sostiene el militar que cuando se diseñó esa operación se establecieron las pautas o protocolos de comportamiento de los militares ante distintos escenarios: desde uno ideal, donde prevalecen la paz y la armonía, hasta el de un “conflicto que afecte la ejecución misma del plan”.
En un panorama como ese, indica, se activaría un plan operativo antiguamente conocido como Flecha. “La Fuerza Armada, que está desplegada para la Operación República, se replegaría y se pasaría a ejecutar algo equivalente a la fase roja de la Operación Zamora, donde el Ejército tendría una actuación primordial”, precisa.
Titubeos y fracturas
Guevara cree que el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino, tendría titubeos a la hora de ordenar el uso de tropas convencionales contra manifestantes. Desde finales de junio, Padrino entregó la jefatura del Comando Estratégico Operacional al almirante Remigio Ceballos Ichaso. Este sería realmente el encargado de dar la luz verde para la activación de la Operación Flecha o, en todo caso, para la elevación a nivel rojo de la Operación Zamora, que en la práctica serían la misma cosa.
Una de las primeras órdenes impartidas por este oficial de la Armada fue el Instructivo de Refuerzo de Seguridad para Instalaciones Militares 1-2017. Este documento fue emitido el 22 de junio, al conocerse los planes anunciados por la oposición de manifestar ante sedes castrenses de todo el país en repudio a la actuación de tropas que fueron grabadas y fotografiadas cuando disparaban contra jóvenes que participaban en protestas antigubernamentales en Altamira, y que en menos de una semana ocasionaron las muertes de Fabián Urbina (17 años) y David Vallenilla (22 años).
El instructivo firmado por Ceballos recuerda en sus primeras líneas la vigencia de la Resolución 008610 del Ministerio de la Defensa, que regula el uso de la FANB en “funciones de control del orden público”, y abre la posibilidad de que las tropas utilicen sus armas de fuego contra los manifestantes. En tal sentido, de acuerdo con el documento, estas armas podrían ser utilizadas “cuando haya resistencia que ponga en peligro la vida o la integridad física de personas”. Algo que, por cierto, no tiene un indicador claramente establecido por la jerarquía militar. El documento sugiere que esta acción correspondería a unidades distintas de las que están directamente involucradas en la contención a la manifestación, en una especie de refuerzo o segunda línea. Sería el último recurso pero, a fin de cuentas, algo previsto.
Aunque la FANB se prepara para el peor escenario en las calles, antes y durante el 30 de julio, es claro que no lo hace en forma monolítica. El 5 de julio, un grupo de generales de los cuatro componentes (cuyos nombres no han sido revelados por razones de seguridad) remitió al secretario general de la Organización de Estados Americanos Luis Almagro una misiva en la que sugieren que no acatarían la orden de ir contra la población civil, en el caso en que lo ordene el presidente Maduro. “Sepa que no tenemos disposición ni voluntad alguna de cumplir órdenes inconstitucionales y violatorias de los derechos humanos, reconociendo los excesos de algunos miembros que han emitido ordenes abusivas y subalternos que represivamente las han cumplido en detrimento de toda la institución”, afirmaron.
La existencia de esta carta fue verificada a través de un oficial retirado que aseguró haber estado en Washington al momento en que fue entregada.
De igual forma, se han conocido las detenciones de oficiales generales, superiores y subalternos que han expresado su rechazo a la iniciativa constituyente, o que no han cerrado filas en torno al Presidente. El oficial de más alta graduación aprehendido en los últimos días fue el general de división (Aviación) Rolando Esser de Lima, presidente de la empresa Sistemas de Comunicaciones FANB SA y director suplente de la minera militar Camimpeg. Lo detuvo una comisión de Contrainteligencia Militar el 6 de julio, y desde entonces lo mantienen recluido en la sede de Boleíta.
Maduro ha hecho todo lo posible para convencer a la oficialidad de que la constituyente es la continuación del legado de Hugo Chávez. En junio, llamó a Caracas a los integrantes de las diez promociones más jóvenes de la FANB, graduadas entre 2006 y 2016 (aún no se graduaba la de este año), y los obligó a escuchar charlas en los auditorios de las respectivas academias, que ensalzaban la iniciativa del Jefe del Estado. Más adelante, incluso, invitó a algunos de estos oficiales a almuerzos en La Casona. También les ofreció vehículos y viviendas.
Todos estos ofrecimientos intentan amalgamar a la base castrense en torno al proyecto madurista o, en todo caso, dividirla lo suficiente como para que no se opongan a su propósito, en un contexto en el que las manifestaciones recrudecerán. “Las acciones de calle van a escalar debido al resultado de la consulta popular. Esto va a obligar a la FAN a tomar una decisión. Hasta ahora, solo ha salido el 25% de la tropa que está en poder de la Guardia Nacional. La duda es qué harían los otros componentes al plantearse un evento crítico”, afirma el coronel Guevara.
Quieren meter miedo
Los escenarios de conflicto en torno a la constituyente se reflejan en dos indicadores. Por una parte, se adelantó la finalización del año escolar con la finalidad de desalojar lo más posible los planteles donde se hizo el simulacro del domingo pasado, y donde también se llevará a cabo la escogencia de los constituyentistas. Estas instalaciones, además, fueron declaradas por la rectora principal del CNE Tibisay Lucena como “zonas de seguridad”, lo que obligará a los militares a extender los cercos de vigilancia hasta 500 metros a la redonda.
Adicionalmente, el Ministerio de la Defensa envió un radiograma a todas las unidades para notificar que a partir del lunes 17 de julio se habilitaba a todo el personal para las actividades de la constituyente. Esto abarca también a los empleados civiles, obreros y administrativos. Según el profesor Vladimir Petit Medina, todas estas decisiones intentan “meter miedo al público”.
“No tengo dudas de que algunos grupos dentro de las fuerzas armadas intentarán avasallar al pueblo. Pero las divisiones tarde o temprano se manifestarán. En batallones, unidades y componentes no se prestarán para ir contra el pueblo”, expone el autor de la tesis doctoral Chávez y la perversión del Ejército. A su juicio, las acciones de calle han repercutido a lo interno de la institución castrense, “hasta tal punto en que hablar de negociación ya no es suficiente”. Petit ratifica que las divisiones han llegado al nivel en que varios generales del Ejército se negaron a comandar la agrupación de parada durante el desfile del pasado 5 de julio, pues no querían ensalzar el proceso político. Este rol finalmente lo asumió el general de división Manuel Bernal, ex director del Sebin.
Plomo en el ala
El coronel retirado del Ejército Antonio Guevara desliza que la solución a la crisis política del país pasa por una decisión en lo interno de la Fuerza Armada. Cree que ese momento se acerca pues, luego de los pronunciamientos del presidente de Estados Unidos Donald Trump, la Unión Europea y el presidente colombiano Juan Manuel Santos, entre otros mandatarios, “el gran dilema de Maduro es cómo suspender la convocatoria a la ANC sin que eso implique un riesgo para él”.
Entonces, el Ejército tendría que pronunciarse. “Pero no sabemos si lo hará en bloque”, alerta. Y el mejor escenario para hacerlo se presentará en las próximas dos semanas, cuando todos los efectivos militares estén desplegados, tratando al mismo tiempo de organizar la elección constituyente y de aplacar la protesta ciudadana.
Fuente:http://elestimulo.com/climax/fanb-se-prepara-con-balas-para-proteger-la-constituyente/
Fotografía: AFP.
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