José Martínez de Toda, S.J.
Comentario dialogado al Evangelio que se proclama el 15° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A, correspondiente al domingo 16 julio 2017. La lectura es tomada del Evangelio según San Mateo 13, 1-23.
"Salió un sembrador a sembrar"
¿Hacemos caso de la Palabra de Dios?
Escucha esta historia
-Ay, mamá. Me olvidé de sacarla de la caja y, cuando la saqué, ya estaba muerta.
El segundo hijo tenía la planta en una estantería. Pero estaba también seca.
-Mira, mamá. La planta estuvo muy hermosa hasta los exámenes y las fiestas, pero entonces me olvidé de regarla.
Pero la planta del tercer hijo estaba verde y hermosa.
- "¡Qué belleza!", dijo la madre. "Tú no mataste la planta".
-Claro que no. La planta me recordaba tu cariño y yo sabía que tú querías que la regara todos los días. Y, ya ves, ha crecido mucho. > (Félix Jiménez, escolapio)
Hoy Jesús nos cuenta una historia parecida: la del sembrador, que sembró en diversos tipos de tierra. La semilla que más produjo fue la que fue recibida con amor y mucho aprecio, es decir, la que cayó en buena tierra.
¿Cómo es la parábola exactamente?
Un sembrador echó la semilla por todas partes, y parte cayó en el camino, parte en las rocas, parte en unas zarzas, y parte en tierra buena. Sólo la tierra buena produjo buenos frutos.
Los campos en Palestina eran pequeños, y estaban rodeados de muchos caminos.
Y lo recogido en la cosecha fue muy diverso. Lo normal es recoger cinco veces o 10 como máximo. En cambio, la parábola habla de que produjo unas veces cien, otras sesenta, otras, treinta. Es decir, siempre más abundante que lo normal.
¿Cuál es el simbolismo de la parábola? ¿Qué significa la semilla?
La semilla es "la Palabra del reino", es la Palabra de Dios encarnada, es Jesús, que murió en la cruz, pero para dar fruto, para resucitar y ser instrumento de salvación para todos.
Jesús siembra en nuestro corazón el amor, la paz, el perdón.
Pero la palabra de Dios es recibida por la gente de muy diversas maneras: unos la aprovechan, otros no le hacen caso. Y los resultados son muy variados.
La Palabra de Dios actúa en el corazón de las personas y crea crecimiento que se manifestará con el tiempo. No debemos desesperarnos si los resultados no son inmediatos.
¿Cómo reacciona la gente ante la Palabra de Dios?
1.La semilla que cayó en el camino, se quedó allí, vinieron los pájaros y se la comieron. Significa que hubo una escucha superficial de la Palabra de Dios sin raíces. Había demasiada distracción, no se recibía con fe. Es la tierra dura de los fariseos, cerrados a la Palabra y atacando a Jesús.
2 Otra semilla va a los pedregales o a la roca cubierta por una capa fina de tierra. La semilla recibe el calor de la roca que está debajo, y brota rápidamente. Sin embargo, no puede desarrollar fuertes raíces en aquel terreno tan rocoso y pronto se marchita y muere.
El terreno pedregoso simboliza a quien vive un entusiasmo pasajero, pero no hay raíces en él. Acoge con entusiasmo la Palabra, pero no la conserva en el corazón, no la rumia. Le falta compromiso y lealtad. Con la dificultad olvidará la Palabra y se volcará en otras cosas.
3 Otra semilla cayó entre espinas. Las espinas representan las preocupaciones del mundo y el afán de vanagloria y de riquezas. Ellas sofocan la Palabra y la hacen infructuosa, pues no se puede servir a dos señores. Les gusta la Palabra, pero queda ahogada por la ansiedad y el stress.
Ejemplos de tierra de zarzas con espinos: son el joven rico, tan apegado a la riqueza, que no sigue a Jesús; los hijos de Zebedeo, que piden los primeros puestos en el reino de Jesús; y los demás apóstoles que se molestaron contra estos hijos de Zebedeo, porque se les quisieron adelantar.
Por fin, está la Palabra sembrada en terreno bueno. Aquí la Palabra fue escuchada y comprendida; y por eso produce mucho fruto. Jesús dice: "Quien permanece en mí y yo en él, da mucho fruto" (Jn 15,5).
¿Cuáles son los mensajes más específicos de este Evangelio?
Son varias las lecciones:
1.La iniciativa es de Dios. "Salió un sembrador a sembrar..." Eso de que Dios 'salió' era algo muy raro, maravilloso y sorprendente para los judíos, pues Dios era algo inaccesible. Sólo estaba en el Sancta Sanctorum del Templo. Nadie podía estar con Él.
2.La semilla, es decir, Jesús, la Palabra de Dios, es igualmente buena para todos. La culpa de que no crezca debidamente no es de la semilla, sino del que escucha.
3.El sembrador echa la semilla con abundancia, sin demasiados cálculos. No mira el mérito de nadie. Es la grandeza y gratuidad del sembrador, que derrocha su semilla sobre todas partes, hasta en el camino.
4. Hay también una universalidad de la semilla, pues es echada sobre todo tipo de personas. En cambio, para los judíos, Dios era muy selectivo: sólo amaba a los ricos y al pueblo elegido.
5. Dios no nos obliga a aceptar su Palabra. Quedamos libres ante ella. Dios no fuerza a nadie.
6. Nos pide el consentimiento y la colaboración. Inclusive podemos ayudar a la siembra regando, quitando piedras.
¿Hay personas, en que se sembró bien la Palabra?
María creyó en el cumplimiento de la Palabra del Señor, y se puso en camino, acompañando a Jesús hasta la dramática hora de la cruz.
Así hicieron también los apóstoles, que dejaron todo por seguir al Maestro.
Otros ejemplos de buena tierra fueron la samaritana, el Geraseno, Pablo...
También nosotros podemos serlo. Si tenemos esta disponibilidad de María y de los apóstoles, las parábolas de Jesús y todas las palabras de Dios podrán cambiar nuestra vida.
Fuente:
http://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-sembrador
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/anterior/Ev-mt-13-01-23.htm
Iustración: Buscando motivos "pop", hallamos esta versión de autor no identificado: "Jesús de Nasaret".
No hay comentarios:
Publicar un comentario