El fascismo emponzoñado en el lenguaje
Luis Barragán
Otra no menos importante preocupación, existe la natural tendencia a la
saturación o confusión, pérdida o falsificación de las evidencias históricas.
Incontables los eventos públicos que marcan el itinerario de la consabida
crisis venezolana, sobran los testimonios personales, documentales,
fotográficos o videográficos, susceptibles también de adulteraciones.
Sobre todo por lo que respecta a los medios digitales, es necesario
canalizar y orbitar esas evidencias, aunque seguramente tardarán en aparecer
aquellas más comprometedoras de la suerte personal. Al igual que habrá que
esperar por las adecuadas interpretaciones, maceradas por el tiempo, que los
especialistas aporten – ojalá - lo más
objetivamente posible.
Ha circulado el audio que compromete severamente a la Guardia Nacional y a
los grupos paramilitares en el asedio, asalto y secuestro del parlamento del
pasado 5 de julio ( https://www.youtube.com/embed/_wFOxvPekNs
). La comunicación radial, prueba la coordinación y realización de las tareas
que presuntamente involucran a la unidad militar enquistada en la sede
legislativa, prometiéndola como toda una pieza de antología que, además de las responsabilidades
penales que implica, contribuye a perfilar un poco más la propuesta totalitaria
en curso.
Además del agavillamiento delictivo, por lo pronto, resaltan dos aspectos nada
secundarios. Por una parte, la
intención, voluntad y disposición fanática de asesinar, si fuere el
caso, a los diputados, empleados y demás personas que ocupábamos el Capitolio
Federal; y, por otra, la extrema procacidad del lenguaje.
No hay siquiera el asomo de algún elemento que nos permita inferir la más
elemental convicción ideológica, sino una ceguera radical que se recrea, por
momentos, en la auto-victimización. Demostrando la terrible acuñación de los
victimarios, los desclasados de todas las clases, el populacho del que hablaba
Hannh Arendt, tienen por característica el idioma del fascismo tenaz,
emponzoñado en el alma, que avisa de la gigantesca y también dramática tarea de
reconstrucción ética que deberá encarar la transición democrática.
Fotografía: LB, paredes manchadas del Capitolio tras el asalto (AN, CCS, 05/07/2017).
09/07/2017:
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