sábado, 8 de julio de 2017

DE UNA Y OTRA CASA (Y LL)



De unos y otros estudiantes

Luis Barragán

Toda una particularidad en este lado del mundo, el movimiento estudiantil está recobrando el papel histórico que se creyó definitivamente perdido, entre la dejadez y la vanidad más olímpicas, en la dura  intimidad de un siglo que muy antes lucía prometedor. Una poderosa intuición desemboca en el acto consciente y corajudo de enfrentar la dictadura que  poco tuvo y tiene de anecdótica, fraguada paradójicamente por quienes hicieron de la trinchera universitaria un modo de vida, en décadas ya olvidadas.

Dictadura que responde con una descomunal ferocidad, importándole nada la vida e integridad de aquellos que la protestan tan pacífica como vehementemente. Surge una activa promoción general que solamente conoce al país de los  últimos años, sorprendida por el que alguna vez tuvimos.

La represión se ha cebado principalmente entre los más jóvenes de los jóvenes, convertidas las calles, avenidas y autopistas en el polígono de tiro del insigne importador de pólvora, como ha sido y es el gobierno. El gas tóxico ha sido, apenas, un detalle para los todavía escasos meses de protesta que el dictador ha zanjado entre la cacería selectiva de la muchachada y la prisión o el disparo que eleva las cifras de las víctimas inocentes.
 
Consabidas las circunstancias, el morbo represivo ensaya una distinción que no puede pasar inadvertida, pues, sentimos que la prisión del estudiantado de la Universidad Simón Bolívar (USB) luce distinta a la de los de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).  En un caso,  el video del encierro y gaseo en una cava a la vista de todos, en la vitrina que es Caracas, contrasta con la captura por selección, secuestro y remisión a la cárcel de los otros, en la convulsionada Maracay,  y, aunque quizá parezca algo desventurado versar sobre la composición de clase, como se ha sugerido, a pesar del conuso entramado social de la Venezuela petrolera actual, más allá de los medios de prueba esgrimidos (donde el video del gaseo es aún irrefutable), la libertad plena de unos ante la insólita condena de otros, llevándolos a El Dorado, habla de un sentido profundamente administrativo de la represión.

En definitiva, un sentido de las oportunidades al aflojar la tuerca por acá y apretarla por allá, sin perder cierto dato de equilibrio que deje alguna ventana política abierta para el represor que dice escarmentar y perdonar en una suerte de lotería macabra.  Por lo demás, asoma una diferencia entre la conducta de las autoridades y de los profesores de una casa de estudios, inmediata, contundente y eficazmente movilizados, ganándose una identidad, y la más pasiva, timorata y cautelosa de la otra casa.  Valga subrayar, trascendiendo a cualquier veleidad, la causa justísima en defensa de los muchachos de la UPEL, aleccionados por la reacción que suscitó la de los de la USB, debe convertirse en una gigantesca bandera de lucha del estudiantado, como en su momento lo fueron los estudiantes que Juan Vicente Gómez redujo a la cárcel y al trabajo forzado en las carreteras.

LL

Inevitable referencia, la dictadura no lo ha enviado a casa por gusto, por obra de un súbito arrepentimiento, o porque da señal de una dramática rectificación de intenciones y pretensiones. Incluso, la remisión a casa de Leopoldo López, teniéndola por cárcel, ha dado ocasión para la lisonja de los burócratas que aspiran a la mirada graciosa de Maduro Moros, dándole otros bríos a la adulancia, celebrando nada más y nada menos que un gesto de tolerancia.

Las reacciones van de un extremo a otro, en la acera opositora, siendo más calculada en la de un también sojuzgado mundo oficialista, mientras el carro de la historia marcha inexorablemente y a gran velocidad por el medio de la avenida. En este lado del mundo, hay quienes se quejan por la ausencia de unos bytes de inmediata solidaridad con el recluso político, prodigándole toda suerte de alabanzas, aunque su destino es semejante al de 30 millones de rehenes que definen a la Venezuela actual; o, con una malicia por siempre sospechosa, lo hacen objeto de una turbia negociación política y hasta económica, elevada la queja – preferiblemente – a muchos kilómetros del país, así gozaren de las garantías que el régimen les concedería para las más inspiradas elucubraciones.

Algún psicólogo social podrá orientarnos respecto a las reacciones que ha provocado la noticia, pues, en clave de telenovela, los hay quienes intentan favorecer al prisionero de guerra que es, mediante campañas que lo arriman a una inaudita frivolidad, e – igualmente – pretenden descubrirlo como el villano que nos ha sorprendido, disparándole un misil a la mínima confianza que exige el liderazgo político en tiempos – necesario de recalcarlo – de dictadura. Los servicios gubernamentales de inteligencia, la única instancia competente de lo que queda del Estado, demostrado en casi dos décadas, saben muy bien de los resortes emocionales y de los nervios propiamente existenciales que debe punzar, con el fin de confundir y neutralizar, desmovilizar y desmoralizar, tomando por asalto toda consciencia ciudadana.
 No han sido pocos los días de un injusto  encarcelamiento que ha servido para demostrar el coraje inmenso del venezolano que lucha, de un modo u otro, con los medios enteramente pacíficos a su alcance, contra el proyecto totalitario en curso. LL ha dado un testimonio del cual nos enorgullecemos, marcando una pauta para el desigual combate frente a los elencos del poder inescrupuloso y mal hacemos, favoreciéndolo, inflar conjeturas que hacen de Miraflores una inadvertida sede de los monjes trapenses.

Hablamos de LL, de Antonio Ledezma, de los muchachos de la UPEL insólitamente condenados y reducidos a una lejanísima cárcel común, de los Policías Metropolitanos de incontables horas tras barrotes, de los ocupantes de La Tumba y de cualquier lugar donde nunca pega el sol, por no citar a los muertos, malheridos, procesados y perseguidos solamente por protestar al amparo de la Constitución.  De plantearse alguna discrepancia, por demás, natural, urge del ángulo humano y político para dirimirla, mas no de una fácil y miserable reacción que, no faltaba más, esperada y recreada por los especialistas del régimen.

10/07/17:

 
Breve nota adicional LB: Los dos motivos gráficos adicionales, dan cuenta de la curiosa reacción que produjo la noticia. Tomados de Facebook, no revelamos el nombre de quienes los orbitaron, demostrando hasta dónde se puede llegar, en un caso, denunciando desde el exterior un acuerdo deleznable, garantizado por Jorge y Delcy Rodríguez, que lleva a contrastar la situación del general Vivas y la de López; y, por la otra, un chiste que es algo más que una ocurrencia de ocasión, permitiendo hurgar en una mentalidad quizá muy petrolera. 

Agreguemos una curiosidad, pues, no había visto nunca el portal de noticias concentradas (http://venezuela.concentradonoticias.com/opinion/luis-barragan-de-unos-y-otros-estudiantes-y-ll/). Evidentemente, buscaron en el repertorio deimágenes de la red y consiguieron al arquitecto mexicano y, ni modo, en la premura, no pudiendo colocar la fotografía de quien evidentemente ya no puede escribir, apelaron por las obras ilustradas. ¿Relación directa? Ninguna, pero le da otro acento a la colaboración, interesante.

Todavía conseguimos rastros de viejos artículos replicados por portales diferentes al que originalmente publica y desconocemossi hay algún criterio, pues, las noticias están robotizadas. Una búsqueda inmediata, permite que unos portales aparezcan y, otros, dizque desaparezcan. Antes, éramos frecuente (o los portales originales de publicación), en Entorno Inteligente, por ejemplo. Ahora, no. Cosas de tráfico gratuito de noticias, aunque los hay aquellos que, más o menos alertas, sobre todo en las declaraciones, aportan fotografías diferentes.

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