Del arco que tensa las cuerdas
Luis Barragan
La más somera revisión de la prensa de los sesenta del XX, incluyendo los
medios subversivos, da cuenta de una represión que fue dura, muchas veces
proporcional a los actos terroristas escenificados y, otras, tan abusiva que
disparaba los resortes libérrimos de indignación, rechazo y condena de la
sociedad, activando inmediatamente todos los mecanismos institucionales
disponibles. Particularmente, recordamos la serie “Víctimas y victimarios” que,
al finalizar la década, derrotada militar y políticamente la insurrección
armada, comprobadamente armada desde la Cuba invasora, llevaba Jesús Sanoja
Hernández para Tribuna Popular.
Frecuentemente, en diarios, semanarios o quincenarios, como El Nacional, Clarín
o Qué Pasa, pueden apreciarse sendas campañas de abierta e interesada
propaganda que, por alguna vicisitud secundaria, ofrecía la versión de una
dictadura implacable, macabra e intransitable. Por cierto, aunque fuesen los
agresores, la inmediata propensión era la de victimizarse y, la defensa de los
derechos humanos en los todos los años posteriores, partía de tal supuesto, por
cierto, indiferentes ante las denuncia de los crímenes políticos ocurridos en
el socialismo real.
Ahora, el siglo XXI los tiene por gobierno, un largo gobierno como no
ocurría desde los tiempos de Juan Vicente Gómez, ejerciendo la más cruel
represión contra una oposición desarmada y pacífica que la saben definitiva y
contundente mayoría. No hay periódico, tribunal o parlamento a los que le permitan
siquiera insinuar algún desliz y esos remotos campeones de los derechos
humanos, añadido el más furibundo con visos de poeta, como Tarek William Saab,
faltando poco, defensor y acusador a la vez, según acaece en todo régimen de
fuerza, todavía tienen la cachaza de exhibirse como los más honorable prohombres
del socialismo que quebró a Venezuela.
Que sepamos, jamás el país vio casos como el del conocido violinista Wuilly Arteaga, quien ha ejecutado el arco – incluso – bajo el espesor
de los gases tóxicos y el sorteo de los disparos en las manifestaciones que
esta dictadura no duda en aplastar, así fuese de la tercera edad. El único delito es el de disentir, por
lo que lo apresan y golpean salvajemente, destruyéndole el instrumento.
Lo peor es que poco
le importa a la dictadura que se sepa del caso, reventando las redes sociales
con tamaño escarmiento. Demasiado lejos de ser un terrorista, desenvolviéndose
en mejores condiciones un delincuente común, Wuilly hace añicos las campañas de los insurrectos que ayer rasgaban sus vestiduras y, hoy, lo hacen
completamente con las ajenas, ensagrentándolas.
13/08/2017:
Cfr.
Arteaga calificó de "falsos" a los líderes políticos: http://www.el-nacional.com/videos/oposicion/wuilly-arteaga-califico-falsos-lideres-politicos_46885
Liberado violinista: http://runrun.es/nacional/321852/liberaron-al-violinista-wuilly-arteaga.html
Fotografías:
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