"Si, en efecto, la sexualidad debe servir tanto a la recreación (término que se puede censurar etimológicamente) como a la procreación, es sumamente importante que el compañero quede satisfecho. Ello exige a todos un esfuerzo, y a algunos un auténtico aprendizaje de esta función natural. Quienes no se hallan en condiciones de hacerlo, manifiestan una tendencia muy comprensible a protegerse por el dogmatismo, la inflexibilidad, la inaccesibilidad mental y afectiva: esclerosis mental análoga a la esclerosis arterial progresiva, cuya aparición tal vez precipite (...) Si el hombre se acepta a la vez como imagen de Dios y como ser natural, su deber consiste en descubrir los secretos de la naturaleza y, para dominarla mejor, obedecer a sus leyes. Ahora bien, ninguna experiencia psicológica ha demostrado que la sexualidad haya sido 'instituida' únicamente en orden a la procreación. Tal es el motivo de que - en nuestros días y cada vez más - la sexualidad haya entrado en el dominio de la aventura individual"
André Morali-Daninos
("Sociología de las relaciones sexuales", Ediciones Iberoamericanas, Madrid, 1967: 138 s.)
Escultura:
Maurizio Cattelan. L.O.V.E. 2010, Piazza degli Affari, Milan, fotografía de Zeno Zotti.
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