Verdad, anomia y espectáculo
Luis Barragán
Ineludibles los acontecimientos, el comunicado del ministerio de la Defensa
no satisfizo. Lejos de aclararlos, los ensombrece al reiterar el compromiso
político e ideológico con un régimen que ha creado las condiciones para
provocarlos, contradicho el artículo 328
de la Constitución.
No lucen suficientes los elementos ventilados por la opinión pública, en un
día tan particular que, por cierto, muy
bien sintetizó Aquiles Báez a través de la telegrafía digital (“El Guri
desbordando, militares alzados, rueda de prensa en la ucab, ahora tembló en
Mérida, vaya domingo y apenas es mediodía”). Lo cierto es que, al rechazar la
acción, el órgano ministerial incurriò en una dramática contradicción,
exponiendo un abierto sectarismo que lo lleva a exaltar a la tal constituyente
de un origen – por decir lo menos – harto cuestionado.
Lo ocurrido recientemente, como
cualesquiera otros eventos que los intereses del poder establecido impongan,
seguramente será remitido a una supuesta comisión de la verdad que tiene por
mejor precedente, aquélla que sirvió para el linchamiento moral de los
adversarios entre 2002 y 2003, antes que el objetivo, completo y sobrio
esclarecimiento de los hechos. Idea en
la que insistieron por todos esos años, bajo absoluto control oficialista, ha
distado, dista y distará de lo que universalmente se entiende como una
instancia inscrita en los procesos y negociaciones de paz, con la participación
de actores representativos y garantes independientes y fiables, realmente
orientada al efectivo y cabal respeto de los derechos humanos, en libertad.
Concebida como un trinchera para el revanchismo, exhibiéndose a sus anchas la dictadura anómica, la búsqueda no es ni será otra que la de un espectáculo, en lo posible, de bajo presupuesto. Lejos de atenuar, sin dudas, agravará la situación del país que reclama hasta el hartazgo por el camino de pleno respeto y acatamiento del pacto constitucional.
Concebida como un trinchera para el revanchismo, exhibiéndose a sus anchas la dictadura anómica, la búsqueda no es ni será otra que la de un espectáculo, en lo posible, de bajo presupuesto. Lejos de atenuar, sin dudas, agravará la situación del país que reclama hasta el hartazgo por el camino de pleno respeto y acatamiento del pacto constitucional.
Un reclamo de propios y extraños,
hastiados y desesperados por algo más que el continuismo de una dictadura de
seguridad nacional de las que supo el continente décadas atrás, espera una
orientación cónsona de la dirigencia opositora. Valga acotar, modelo
dictatorial que inquietó al monseñor Mario Moronta en una significativa entrevista
de fecha próxima, marcando una importante diferencia, por ejemplo, con el padre
Numa Molina, a quien su proclamado compromiso con los pobres no lo ha llevado a
lidiar y defender la apertura de un canal humanitario.
Cfr. Comunicado MD: http://lbarragan.blogspot.com/2017/08/d_6.html
Cfr. Comunicado MD: http://lbarragan.blogspot.com/2017/08/d_6.html
07/08/2017:
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