De la certificación de buena conducta
Luis Barragán
Entre los requisitos sobrevenidos que impone el CNE para admitir una
candidatura regional, se encuentra lo que llaman un certificado de buena
conducta expedido por la tal constituyente. Muy pocos o nadie, conoce de una definición, características o
modalidades del instrumento que pide algo más que diligenciar como un buen
padre de familia, según la consabida fórmula del Código Civil.
Quizá no haya precedente alguno en todo nuestro historial, salvo la cédula de gracias al sacar de los
tiempos coloniales, para alcanzar y formalizar alguna posición social y
política. Era de suponer que el Carnet de la Patria bastaría, si fuere el caso,
pero – ahora – se necesita del disparatado documento que, al requerir de la
reiterada votación del cuerpo, quedará a la merced de los comisarios que fungen
como directivos según la importancia del peticionario.
Únicamente en dictadura, por lo demás, ocurrente, suelen pasar estas cosas.
Y, de tratarse de un aspirante de la disidencia al solio regional, no sólo habrá
de renegar de sus viejas discrepancias, sino
- en el mismo acto de petición – burlarse de ellas.
Por supuesto, lo más obvio del melodrama es que, así como no tienen
autoridad política los demandantes de la certificación, tampoco la exponen en el orden moral. Que
sepamos, no hay en las filas de la oposición, independientemente que creamos un
error asistir a esos comicios prefabricados, quienes tengan un prontuario
policial y judicial o que sean solicitados por las autoridades de algún otro
país.
La nomenclatura socialista ha ideado como toda una vileza táctica el
certificado en cuestión, pero – convengamos – tiene a la postre algunas ínfulas
estratégicas, pues, devenida clase social, lidia y lidiará en un futuro, de
sobrevivir, por documentar toda la adhesión y devoción que se le diga profesar.
De modo que el jefe civil o su actual
equivalente, o la empresa de electricidad o telefónica, ya no darán
constancia alguna de residencia, pues, para sacar una cuenta de ahorros o
corriente en las entidades bancarias, por ejemplo, lo importante será la
limpieza de sangre comunista que tenga a bien certificar.
14/08/2017:
Fotografía: Juan Barreto (AFP).
No hay comentarios:
Publicar un comentario