Fraus populi
Guido Sosola
Las regionales se ofrecen como parte de un proceso de selección artificial
del liderazgo opositor, a juzgar por el papel y la importancia que van
adquiriendo los llamados comodines. Digamos, luce como la continuidad de una
práctica inscrita en los propios orígenes del régimen, no otra que la de
promover, cuidar y afrontar a la dirigencia que más le convenga, desechando a
la que más debe temerle por el arraigo, el temple y las habilidades políticas
demostradas.
La idea consiste en exaltar al timador del pueblo, al pescador de
oportunidades. Y, no faltaba más, pone a la orden de los interesados el
mecanismo perverso de las inhabilitaciones, el costo cada vez más elevado de
unas primarias inevitablemente dolarizadas y la artera descalificación de los
que sabe enemigos o adversarios reales.
En determinada entidad federal se siente el ascenso de uno o dos nombres
que puedan poner en peligro la hegemonía oficialista, funcionan los recursos
clásicos de la inhabilitación administrativa, un importante aporte a la
dinámica autoritaria del siglo XXI, o de la abierta criminalización del sujeto.
Significa que la oposición debe tener
unos nombres para cubrir la emergencia, pues, a alguien deberá postular, y, por
lo general, concurren los dirigentes secundarios para prestar el nombre de muy
buena fe al lado de otros demasiado maliciosos.
Puede ocurrir y ocurrirá que la poda del liderazgo real y primario será tal
que esos circunstanciales y secundarios dirigentes del momento, en la pesca de
arrastre de siempre, jugarán un papel estelar y, esto, a pesar de sus
limitaciones y fragilidades políticas y hasta personales. Serán los que hagan
la campaña y, salvo un lechazo, como decimos los venezolanos, que los convierta
en ganadores y débiles gobernadores a la merced de Caracas, simplemente se
posicionarán para futuros eventos.
De revisar nombres, quizá haya sorpresas, pues, esos secundarios pudiesen
resultar todas unas estrellas que la burocracia partidista relegaba. Digamos,
es el riesgo que corre el gobierno que sabe de aquello que dice: la peor
diligencia es la que no se hace, a objeto de sobrevivir.
20/08/2017:
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