EL UNIVERSAL, Caracas, 24 de marzo de 2014
ENTREVISTA | María Corina Machado, diputada independiente
"Este movimiento es indetenible e irreversible, no hay marcha atrás"
Roberto Giusti
Ella misma prepara el café, mientras en pleno domingo, recién llegada de un largo viaje y de una experiencia trepidante, atiende el repique de dos celulares que no dejan de sonar. Cero maquillaje y el mismo atuendo espartano de blue jeans y blusa blanca, nos dicen que estamos ante la misma María Corina de siempre. Vivaz, aguerrida y vehemente, apenas reflejando una ligera palidez, responde a las preguntas de El Universal.
-Hay quienes saludan como un triunfo tu participación en la OEA. Sin embargo, la votación favoreció la posición del gobierno venezolano, lo cual revela que aún tiene un importante apoyo en ese foro.
-Es un triunfo del pueblo venezolano al cual tuve el honor y la responsabilidad de representar. Este fue un paso que tendrá gran impacto no sólo en nuestro país sino en la propia OEA. Venezuela y algunos de sus aliados suponían que con la resolución del 6 y del 7 de marzo quedaba cerrado el tema. Pero el pasado viernes el Consejo Permanente debió dedicarle una maratónica sesión y al negarme el derecho de palabra, que ya estaba aprobado, se demostró cómo el miedo a la verdad no solo opera en nuestro país sino que se extiende hasta la OEA. Un organismo donde el único país con poder veto, Cuba, está fuera de la Organización. También fue evidente cómo la censura imperante en Venezuela llegó a Washington. Eso generó, además de repudio, un impacto mayor que el que se hubiera registrado si me dejan hablar porque, al enterarse de lo ocurrido, vinieron muchos más medios de que los que se esperaba inicialmente. La noticia le dio la vuelta al mundo.
-¿Crees, acaso, que esos logros, van a alterar la estabilidad del gobierno?
-Estos regímenes autoritarios, con el disfraz democrático puesto, (yo los llamo neo-dictaduras) son más difíciles de confrontar que las dictaduras clásicas porque, siendo igualmente brutales en su naturaleza opresiva, acuden a prácticas como reiteradas elecciones para demostrar una supuesta legitimidad. Para ellos el pilar de los apoyos internacionales resulta fundamental y por eso los recursos que se niega a los venezolanos, se dispensan con largueza irresponsable a comprar complicidades internacionales. Y no me refiero solo a los gobiernos porque por ahí desfilan desde artistas de Hollywood, hasta alcaldes europeos, pasando por periodistas y algunas supuestas ONGS. En el caso de Cuba, por ejemplo, la cifra sobrepasa los 12 mil millones de dólares anuales.
-Te preguntaba si lo ocurrido en la OEA infiere en la estabilidad del gobierno.
-En las últimas siete semanas los estudiantes en la calle, con el apoyo de la sociedad civil, le hemos arrebatado la máscara democrática al régimen de Maduro, que ha llegado a unos niveles de represión a los cuales no llegaron Gómez o Pérez Jiménez.
-Si el gobierno se despoja de la máscara democrática y revela su verdadero rostro, ¿no queda habilitada la oposición para accionar otros métodos de lucha?
-Cuando vivimos en democracia los ciudadanos tenemos el derecho de pedir el cambio de gobierno en cualquier momento porque así lo establece la Constitución. Ahora, si se trata de una dictadura, como es el caso, el derecho se convierte en deber y entonces debemos, como generación, restaurar la democracia. Pero como somos demócratas lo haremos en el marco de la Constitución.
-¿No resultan ineficaces las armas democráticas cuando se enfrenta un gobierno que acude al uso de las armas para reducir "al enemigo"?
-Todo lo contrario. ¿Acaso no ha sido eficaz la protesta ciudadana en estas última siete semanas? Lo que hemos logrado en ese tiempo ha sido a través de la utilización de un instrumento democrático esencial: la protesta pacífica, que es un derecho universal consagrado constitucionalmente. Pero no se trata solo de eso, sino de algo también fundamental: este fenómeno, que se ha expresado en un movimiento social sin precedentes en nuestra historia, no está dirigido por unos pocos líderes. Esto opera de adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba. Tiene millones de líderes y al gobierno no le basta con poner unos a un lado porque vendrán otros a ocupar nuestro lugar. Este movimiento es indetenible e irreversible. No hay marcha atrás. Y los cubanos lo tienen muy claro. No sé si ocurre lo mismo con el señor Maduro.
-No pareciera que eso sea así, en caso de que el recrudecimiento de la represión y dirigido a la derrota militar del "enemigo", obedezca a instrucciones cu- banas.
-La orden inicial de reprimir, a partir del 12 de febrero, vino de La Habana, pero el régimen cubano suponía que el pueblo venezolano retrocedería y los líderes seríamos doblegados. Eso no ocurrió.
-Dices que se ha logrado mucho en las últimas siete semanas, pero hasta ahora la cifra de muertos sobrepasa la treintena, hay miles de detenidos, decenas de torturados y están presos un dirigente nacional y dos alcaldes de oposición. Sólo que en medio de ese caos, el gobierno sigue ahí.
-Nunca este régimen ha estado tan débil como hoy. Nunca habíamos estado tan cerca de lograr la victoria y alcanzar el objetivo de recuperar la democracia y la libertad. Los logros son muchos, pero hay uno que fue evidente el sábado pasado: Maduro perdió la calle a pesar de contar con todo el dinero, con todos los medios, con el chantaje y el terror sicológico. La calle es del pueblo. Claro también es cierto que la protesta no apareció de repente. En realidad se inició hace tiempo y el año pasado tuvo una contundencia...
-Las protestas del año pasado obedecían a razones específicas y concretas, distintas a estas de ahora, que tienen un móvil político.
-Ese es el punto. El año pasado se salía a la calle por la crisis eléctrica, el empleo, la comida, la vivienda, la salud, sólo que el gobierno logró criminalizar, invisibilizar y aislar este tipo de protesta. Pero a partir de febrero de este año toda esa inconformidad ciudadana se logró encauzar con un fin político, asignándole unos responsables, Maduro y un modelo fracasado, similar al cubano, que requiere un país arruinado, dividido, aterrorizado y dependiente del Estado, para doblegarnos como sociedad. También se logró asociar esta inconformidad con el cambio político y por eso la gente está en la calle, muy clara sobre el objetivo de la lucha. Por eso, también, Carmen González o Rosa Orozco no esperan que le demos el pésame por la muerte de sus hijos, sino que continuemos la lucha. Queda demostrado que el movimiento no es solo de carácter reivindicativo, sino que aquí se trata de la dignidad, de la soberanía y de la libertad de los venezolanos.
-Eso no quita el hecho de unos jóvenes desarmados que son atacados con fusiles automáticos y toda clase de artilugios bélicos. ¿No estamos ante una masacre continuada que no tiene nada que ver con la tan citada "guerra civil"?
-Esto no es una guerra civil, sino una guerra contra los civiles.
-Ahí está el problema. ¿Cómo lograr el cambio en esas circunstancias?
-La mejor respuesta la dio el pueblo de Chacao la semana pasada. Mandaron 800 militares armados hasta los dientes y tomaron la Plaza Altamira a las tres de la mañana. Pero en la tarde llegaron 300 mujeres con un rosario y una flor en la mano y liberaron la plaza. ¿Cómo que no se puede? Veamos la historia de la humanidad, lo que han hecho los movimientos no violentos, cómo se enfrentan a las más férreas dictaduras y las hacen retroceder.
-A un costo altísimo en vidas.
-Los costos personales los estamos asumiendo todos. Hablamos de un país con 25 mil muertos, al año, en hechos violentos.
-Hablando de costos. ¿Vas a dejarte desaforar y que te metan presa sin hacer nada?
-Yo estoy haciendo lo que debo hacer: luchar.
-No vas a caer como una conejita?
-Esa es una forma interesante de definirme. Eso no se lo he escuchado ni al chavismo.
-"Como una conejita" quiere decir, sin defenderte.
-¿Tú crees que no me estoy defendiendo bien?
-No sé si vas a permitir que te encarcelen y silencien otra voz crítica.
-Lo que no voy a permitir es que me callen. Cuando me cierran un micrófono en la Asamblea Nacional están repotenciando mi voz.
-¿Crees que el impacto que generaría tu apresamiento llevaría al gobierno a decidir dejarte libre?
-Yo estoy consciente de mis derechos y mis deberes. Yo seré diputada mientras el pueblo quiera que lo sea. No mientras lo decidan Cabello o Maduro.
-Si te meten presa te acallan, te silencian, te anulan.
-Mi lugar es en la calle y yo voy a seguir haciendo mi trabajo.
-¿Cuándo plantearon la salida, imaginaron el actual escenario político, incluyendo tu actual situación?
-Los eventos ocurridos en los últimos días nos han dado la razón sobre la necesidad del cambio inminente que, según apuntan a las encuestas, está reclamando la mayoría ante una situación insostenible. Creo que el punto de encuentro de los venezolanos está en la urgencia de que entre todos encontremos una salida constitucional a la crisis.
Fotografía: Georgina Svieykowsky.
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