Expediente Venezuela
Julio César Moreno León
Las sanciones por violación a los derechos humanos que
Estados Unidos ha impuesto a los militares Antonio Benavides Torres, Gustavo
González López, Justo Noguera Pietri, Manuel Pérez Urdaneta, Manuel Bernal
Martínez, Miguel Vivas y a la Fiscal del Ministerio Público Katherin Harrington
corresponden al derecho que todo país tiene en ejercicio de su soberanía a
permitir o negar la visa y la entrada en su territorio a cualquier ciudadano
extranjero. Es claro además que los gobiernos pueden y deben controlar el
origen y la naturaleza de los depósitos, cuentas bancarias y movimientos
financieros, con base a sus leyes y a los tratados internacionales. Haciendo
uso de esas leyes la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC)
perteneciente al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, incluyó el 2012 en
la lista negra de personas vinculadas al narcotráfico internacional -cancelando
sus visas y congelando sus cuentas- al diputado del Parlamento Latinoamericano
Amílcar Figueroa (PSUV), a Cliver Alcalá Cordones, Freddy Bernal, Ramón Madriz,
Ramón Rodríguez Chacín, Henry Rangel Silva y Hugo Carvajal. En respuesta a
estas medidas, el régimen chavista ha ratificado o designado en altas
responsabilidades públicas a los sindicados en la comisión de esos graves
delitos. El general Hugo Carvajal, detenido en Aruba por solicitud de la DEA en
enero de 2014, fue liberado, luego de oscuras negociaciones que concluyeron con
la contradictoria decisión de la corona holandesa que reconoció el fuero
diplomático de Carvajal, le expulsó de la isla y le declaró “persona no grata”,
permitiéndole evadir a la justicia norteamericana y regresar a Venezuela. El
diputado Freddy Bernal fue designado comisionado para la reforma del sistema
policial, mientras que a Rangel Silva y
a Rodríguez Chacín se les eligió gobernadores de Trujillo y Guárico
respectivamente. Al general Gustavo González López le nombran ministro de
Interior y Justicia, y junto a sus compañeros de negra lista se le rinde
homenaje público en cadena nacional transmitida desde el Palacio de Miraflores.
De esa forma, Maduro responde a las medidas de la administración Obama
desconociendo su legalidad y denunciándolas como injerencias que afectan
nuestra soberanía y abren camino a la intervención militar. Por su parte, los
gobiernos de UNASUR, Cuba, Nicaragua, Rusia, China, y otros cómplices,
protestan la “agresión imperialista y callan en actitud vergonzosa ante la
violación de derechos humanos, la persecución y la arbitraria prisión de
líderes opositores.
Hasta ahora, esa exitosa estrategia confrontacional de
naturaleza político ideológica ha permitido al chavismo vender la idea de
un gobierno revolucionario acosado por los Estados Unidos y, al igual
que en la Cuba comunista, atribuir sus rotundos fracasos a la intensa
conspiración del Departamento de Estado y a la cruel guerra económica. Sin
embargo tal repertorio argumental se agota ante nuevas situaciones que desnudan ante el mundo la espantosa realidad
venezolana, y retratan la verdadera
naturaleza delincuencial de sus mandatarios.
La congelación de las cuentas chavistas pone en evidencia la
corrupción campante en nuestra administración pública, y descalifica el
supuesto temple revolucionario de quienes colocaron sus dólares en los bancos
del imperio enemigo. Surge además la inevitable pregunta sobre el origen de
esos fondos pertencientes a burócratas de modestos sueldos, en un país de un
rígido control de cambios que impide convertir lícitamente sus salarios en la
impura y costosa divisa gringa.
La medida contra la fiscal del Ministerio Público y los
siete oficiales sancionados por violación a los
derechos humanos, fue tan sólo un
abreboca tras el cual se van registrando hechos de mayor gravedad que descolocan peligrosamente al gobierno de
Nicolás Maduro.
En el Banco de Madrid, propiedad de la Banca Privada de Andorra, PDVSA
comparte honores con las mafias rusa y china movilizando de manera ilegal más
de 4200 millones de dólares, y como consecuencia de la intervención de esas
entidades bancarias la estatal petrolera pierde 2000 millones de dólares que
fueron depositados irregularmente. Así mismo, la Unidad Antilavado del Tesoro
de Estados Unidos detecta empresas fantasmas y pagos de escandalosas comisiones
para cubrir operaciones que han circulado por bancos norteamericanos, inoculándo
lo que algunos llaman “un ente radioactivo” capaz de contaminar al resto del
sistema bancario internacional. De acuerdo con lo señalado por las autoridades
norteamericanas muchas de estos tóxicos lavados realizados por Venezuela
involucran a Irán a Hezbolá y a otros grupos terroristas. Por otra parte, al magnate Diego Salazar
Carreño, poseedor de cuantiosa fortuna construida al amparo de su primo Rafael
Ramírez, le bloquean 200 millones en el Banco de Andorra.
La medida contra Salazar Carreño ocurre dentro de la llamada
“Operación Clotilde”, laboriosa tarea de investigación y seguimiento al lavado
de activos realizada por la guardia civil española. Y en la lista de
millonarias cuentas tramposas en Andorra y Madrid, aparecen además el ex
director del SEBIN Carlos Aguilera; Javier Alvarado, ex viceministro de
Desarrollo Energético; el empresario Omar Farías; Nervis Villalobos ex
viceministro de Energía Eléctrica; Alcides Rondón ex viceministro de Seguridad
Ciudadana; Norman Danilo Puerta ex comisario del CICPC; Javier Alvarado ex
presidente de la Electricidad de Caracas; Rafael Giménez y Yomar Farías. Este
primer sacudón contra la mafiosa lavadora socialista es apenas el comienzo de
una ofensiva de mayor calibre.
Las diligencias adelantadas por Estados Unidos impiden a la
banca mundial esconder la procedencia de platas cuyo rastro siguen tenazmente
los sabuesos del imperio, y como consecuencia de ello aumentará la lista de
involucrados en esos delitos tipificados por la legislación penal de todos los países.
Es de recordar que contra el blanqueo de dinero existen
convenios suscritos en la ONU, OEA,
Unión Europeo, Consejo de Europa, Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional. Estos acuerdos obligan a los gobiernos a impedir el ocultamiento
de fortunas que provengan de la corrupción, del narcotráfico, del terrorismo
o de cualquier negocio ilegal. Por esa razón no será fácil para el actual
régimen escudarse en trajinadas proclamas anti imperialistas cuando sus altos
funcionarios aparecen “con las manos en la masa”, lavando activos y traficando
con recursos de PDVSA y de otras empresas estatales.
El gobierno de Nicolás Maduro en medio de una grave crisis
económica y social enfrenta ahora su más difícil trance. El expediente
Venezuela apenas comienza a conocerse.
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