“Ocho apellidos vascos” de Emilio Martínez-Lázaro (2014): Nos entretuvo, aunque – viéndolo por primera vez y pareciéndonos un buen comediante – son varias las veces que nos exasperapor su inseguridad y candidez: Dani Rovira. A Clara Lugo, vista en un anterior filme (“Tengo ganas de ti” de Fernando González Molina, 2012), quizá le falte la soltura necesaria para el género, tan abundante en el viejo y chauvinista vasco (Karra Elejalde), o en la desesperada sevillana (Carmen Machi ), que alojó por una infinita casualidad al protagonista. Disfrutamos de los paisajes (semi) urbanos y de la música, como el color especial de Sevilla , o las voces de Leire Martínez y David de María .
No sabíamos de tan duras predisposiciones vascas frente a los andaluces. Y tampoco sabíamos de un filme de tan reciente factura que tardará - si es que viene - en llegar a las carteleras del país, o al celebérrimo pasillo de la UCV.
Empero, en una de estas noches, tras el cansancio del día, nos aventuramos con una comedia que es - a todas luces - alternativa de confrontarla con la oferta local. Una "chica llena de tópicos", refiere Rovira; o el director calibra la sátira cruel en contraste con el costumbrimos que hacía, como señala en un programa de televisión . Programa que envidiamos, pues, acá tampoco no lo hay que sea o que tenga aspiraciones críticas.
Labajim
http://opinionynoticias.com/opinioncultural/19419-impresiones-vascas
Nota LB: Las envié a Iván Méndez (Opinionynoticias.com), con la idea de compartir estas impresiones, por aquella vieja costumbre que tenía de apuntar la inmediata percepción que tenía de los filmes en los tiempos de una modesta constante afición y concurrencia, sobre todo a la vieja y meritoria Cinemateca Nacional. Percatándonos de la torpe y apresurada redacción de las anotaciones consignas acá, digamos, será mejor transmitrlas, claro está, sin intentar emular - como una vez quisimos - a los críticos de cine que literalmente nos avisaban de algún importante título, pues, ocurría casi siempre con Alfonso Molina o Rodolfo Izaguirre, pretendiendo remontarnos a las viejas y apasionadas lecturas de Guillermo Cabrera Infante, Oswaldo Capriles, Silda Cordoliani, e - incluso - las viejas crónicas de Juan Nuño en la Hemeroteca Nacional o del mismo Alejo Carpentier que sirvió para un pequeño ensayo (http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero26/ventana.html), no llegó muy lejos ni tampoco autorizan una experticia en la materia. Por cierto, el otro cartel o poster.
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