jueves, 15 de mayo de 2014

INTERVENCIÓN REVERONIANA

Sesión Ordinaria del día martes 13 de mayo de 2014
(DIPUTADO BARRAGÁN).– Señor Presidente, colegas Parlamentarios:

La bancada democrática de la oposición, por supuesto,  es parte del pueblo venezolano que venera, valora la herencia y siente el orgullo del legado de la obra del Maestro Armando Reverón, pero - ya a estas altas horas de la noche,  intentando sintetizar nuestra exposición -  no podemos menos que llenarnos de perplejidad por los términos en que está planteado el Acuerdo leído con anterioridad. Sobre todo, porque parece un ensayo de economía política de las artes venezolanas, apuntando a aspectos que fuerza la interpretación del pasado, intentando asimilar a un pintor que es patrimonio de los venezolanos, en las hormas del proyecto del socialismo rentístico, y por tal,  mercantil venezolano.

Es necesario decir que, incluso, si no escuchamos mal, hasta invocaron el nombre de Alfonso Guerra como vocero, portavoz del socialismo, que se supone inspira al que está en boga, cuando todos conocemos que Alfonso Guerra fue expresión de la socialdemocracia española que tuvo la experiencia de gobierno con Felipe González. Pero, además, en este proyecto nos presentan a Armando Reverón como un descubrimiento del Gobierno: basta la declaratoria formal, solemne de Nicolás Maduro para que nos enteremos que existe Armando Reverón. Y Armando Reverón lo conoce, lo aplaude este país desde hace muchísimos años atrás, y no ahora con el descubrimiento que hacen los funcionarios culturales del Gobierno que le van a Presidente de la República con esta novedad.

Además, hay cosas curiosas. Aficionado a la vieja prensa, hemos visto, por ejemplo, que hasta durante la dictadura de Pérez Jiménez, en 1954, Armando Reverón conmovió a todo el país con su muerte, y no hubo voz venezolana que no sintiera, por aquel entonces, la tristeza que daba su desaparición (*). Pero ahondemos un poco más en este paradójico cuadro que nos presenta el proyecto de Acuerdo.

Curioso, en el ejercicio de las libertades culturales, hay personas ineludiblemente ligadas a la trayectoria y a la obra de Armando Reverón: es Sofía Ímber, a quien saludamos - por cierto, desde la bancada democrática de la oposición por sus 90 fructíferos años -  una de las primeras voces que descubrió el talento de Armando Reverón. Si mal no recuerdo, además, en una modesta nota de Últimas Noticias de 1949 (*) , ella aseguraba: “no sé por qué, pero me gusta”. Y desde allí Sofía Ímber le aportó al país una perspectiva y una visión de Armando Reverón que,  por entonces no conocíamos, cuando estábamos aún en los moldes de Tito Salas, de Arturo Michelena y de Tovar y Tovar.

Es ineludible vincular a Armando Reverón, por favor, en este ensayo de economía política que se nos presenta de la trayectoria pictórica de nuestro país, mencionar - por ejemplo -  a Alfredo Boulton y su famoso documental que, por cierto, lo proyectó más allá que muchos pintores de la época. Es ineludible, como ahora, hablar de Diego Rísquez,  quien le dedicó en el 2010 una película. Es ineludible vincular a la obra de Armando Reverón con los críticos que edificaron, precisamente, una visión, una perspectiva de profundidad. Pero no me pongan a Armando Reverón como coautor de “El Capital”, porque no es así, y no pueden forzarlo como un héroe de este socialismo mercantilista y rentístico, cuando no ocurre, ni ha ocurrido jamás en la historia cultural de nuestro país, que falseen el pasado de tal modo, pretendiendo manipularlo.

¿Qué pretenden en el fondo de este Acuerdo? Confiscar toda la obra que está en manos privadas de Armando Reverón. ¿Por qué no averiguan qué hizo Farruco Sexto con los museos nacionales y con el patrimonio pictórico venezolano?, que es más importante, trascendente y decisivo para determinar, incluso, una de la características fundamentales del Gobierno actual.

El debate de Armando Reverón tiene otras fronteras: vean la entrevista que le hizo María Elena Ramos a Jesús Soto, y lo que él habla de la luz en la obra de Armando Reverón (**). Decir Armando Reverón, por cierto, es decir Juanita Carrizales. Y esto tampoco podemos olvidarlo: que ahí está Juanita, ahí están Armando y Juanita, en la memoria del pueblo venezolano, presente en el pueblo venezolano, que ustedes no pueden borrar de un solo plumazo por un Acuerdo burocrático y circunstancial.

Este planteamiento del Acuerdo, a todas luces le falta equilibrio y no expresa la pluralidad de la Asamblea Nacional, por lo que me permito, con la venia del Presidente, proponer que se difiera este punto hasta conformar una comisión de parlamentarios del Gobierno y de la oposición para que le podamos rendir el justo homenaje que merece Armando Reverón del pueblo venezolano, y nosotros, representantes de la soberanía popular, no podemos falsificar, precisamente, a un pintor que todavía arroja luces sobre nuestro sendero, que es el sendero de la libertad y de la democracia que quizás ustedes todavía no avizoren.

Es todo, señor Presidente. (Aplausos).

(**) Chequeada la nota, hallamos: Sofía Imber. "Muy raro... Reverón, pero a mí me gusta". El Nacional, Caracas, 11/03/49. Cfr. http://lbarragan.blogspot.com/2012/09/noticiero-retrospectivo_2001.html
(**) Nos referimos a: María Elena Ramos, "Diálogos con el arte. Entrevistas 1976-2007", Equinoccio, Caracas, 2007

Breve nota adicional LB: Al no pertenecer ya a la Comisión Permanente de Cultura, no pensaba intervenir en el debate. Luego de leer el Proyecto de Acuerdo, sin que hubiese algún parlamentario inscrito de la oposición, decidí hacerlo debido al esperpento propuesto. Publicado con una nota adicional, en: http://opinionynoticias.com/opinioncultural/19277-de-una-intervencion-reveroniana

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