EL UNIVERSAL, Caracas, 11 de enero de 2014
Los "analistas políticos"
ALIRIO PÉREZ LO PRESTI
Como si no fuese ya complicado el caso venezolano en lo que se refiere a materia política, el colmo es el boom en la palestra de los dueños de "las encuestadoras". Ahora resulta que gente que es experta en vender perro caliente y saber en cuál lugar se puede establecer un negocio de comida chatarra, son los mismos que se autocalifican como expertos en análisis político.
Lastimosamente la opinión pública los ha ubicado en un pedestal con el cual no deberían tener vínculos. Es así como en Venezuela la opinión de una de estas estrellas televisivas no solo se impone como palabra cierta, sino que llegan a convertirse en mortíferos elementos que hacen que la balanza de las preferencias políticas se incline para un lado, para otro, o el electorado se llene de desesperanza y se cultive en forma inducida la antipolítica.
El caso más grave es el de un directivo de una de las más importantes encuestadoras del país. Pasó de ser un "estadístico" sosegado, a una figura equivalente a una vedette o un cantante de música contemporánea de moda. Aparece en cualquier medio impreso o televisivo y es un invitado de rigor en noticieros internacionales.
Me produce grima el escuchar los desatinos con los cuales intenta convencer a las personas, tratando de aparentar seriedad en la exposición de sus ideas y simultáneamente amontona enormes sumas de dinero a través de multiplicidad de contratos (el mundo del mercadeo) con variadas formas de comercio.
La crítica va porque creo que juegan con las gentes y tratan de estar bien con Dios y con el diablo, en un malabarismo de histrionismo mezclado con supuestas cifras que tratan de dar un maquillaje "técnico" y cientificista a lo que es una burda y desleal manipulación a un colectivo que tendrá que mejorar su capacidad para valorar o descalificar a tantos pescadores en río revuelto que apegados a la más tradicional picaresca, mantienen infectados todos los terrenos del desarrollo político de la nación.
Espero ver el momento en que estos personajes que están detrás de las cifras de las encuestadoras pierdan la credibilidad y se imponga lo auténtico. Ese será el día en que la abominable palabra "marketing" desaparezca de la política.
Por otro lado están los "estudiosos" del "análisis político". Son personas que a mi juicio han tratado, sin resultados positivos, dar un poco de luz a un colectivo aturdido y acéfalo de líderes intelectuales. Se trata de académicos y hombres cultos (de buena fe, que es lo peor), que no han estado a la altura de las circunstancias, tal vez por excesivo apasionamiento, sucumbiendo a la vorágine de la polarización. Lamento que mientras en Venezuela se estén dando condiciones de enorme interés político, los análisis que hacen los supuestos "expertos" venezolanos, sean poco menos que panfletos que ni siquiera sirven para convencer, porque nuestros analistas parecieran no tener claras sus ideas.
Psicológicamente cada ser humano tiene una visión del mundo única e incomparable. Ello obedece, en primer lugar, a que el cerebro está biológicamente predeterminado por lo genético y en segundo lugar, a que las vivencias propias de cada uno necesariamente son únicas. Cada quien percibe e interpreta de acuerdo a su experiencia personalísima. De allí que exista gran multiplicidad de visiones ("opiniones") en relación a los diferentes elementos que conforman nuestro mundo interior y lo que nos rodea.
En el mundo científico, se ha hecho un gran esfuerzo por la preservación de lo metodológico y de esta forma evitar la charlatanería. La ciencia y la tecnología tienen en el siglo XXI más credibilidad que nunca. En el caso del mundo espiritual, por ser inherente a la psiquis humana, han permanecido "las religiones" tradicionales e incluso han aumentado en número; pues se suele asociar el término "religión" con "espiritualidad", a pesar de que existen personas de elevado nivel espiritual, alejados de "lo religioso".
Pero en materia de política la cosa es infinitamente caótica. Pareciera que la metáfora de la Torre de Babel se tratase de "lo político". Karl Von Clausewitz definía la guerra "como la continuación de la política por otros medios". Bajo esta premisa, guerra y política vendrían a ser equivalentes, así que vale la pena recordar que en asuntos de guerra, existen tácticas, estrategias y posibilidad de análisis objetivos.
Por más "pasional" que nos pueda parecer lo político; el analista político debe saber controlar medianamente sus emociones. Cada vez que leo o escucho a uno de nuestros supuestos "analistas políticos", siento tristeza. No ha habido una figura o un grupo de hombres que haya examinado el caso venezolano con estoicismo y elocuencia. ¡Qué tanta falta ha hecho en estos cinco lustros la existencia en nuestro país de buenos analistas, que clarifiquen y permitan entender la curiosa, vehemente y trágica dinámica política venezolana, que tanto ha dado qué hablar en los más distantes rincones del planeta!
Ilustración: Dariusz Klimczak.
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