José Pulido escribe en su muro facebookeano: "Hay mucha juventud venezolana viviendo en el exterior. A la larga esa circunstancia se convertirá en una esperanzadora fortaleza, porque vivir lejos de la patria es un aprendizaje importante aunque conlleve una sensación de abismo separador. Esos jóvenes que trabajan y estudian afuera, no sólo se han ido buscando mejores oportunidades: también han huido de la inseguridad y la violencia, eso no es un secreto. Creo que la violencia en todas sus formas y facetas es una enfermedad que deteriora el cuerpo y el espíritu de la patria. Los jóvenes que se han ido a trabajar y a estudiar a otros países conforman una generación cuyos hijos están naciendo con otras nacionalidades y aprenden a querer a Venezuela sin haberla visto. En fin: hace tiempo escribí un poema para esos ciudadanos que han emigrado. Cada poema que se escribe debe seguirse escribiendo y reescribiendo hasta que la poesía lo apruebe. Espero que así como está, mi poema pueda expresar lo que significa tener un hijo afuera".
Hijo afuera
Hay tanto en la pared de la cocina
dolencias hondas en morbosos humos
de la hornilla al aire que hasta el fuego aroma
cálices polvorientos
almanaques vaciados
cumpleaños a deshoras
pero se fueron y te fuiste
y entonces el país añoraba unos hijos
abróchese el cinturón
harás que el alma sueñe hasta las compotas
Un uso, un nervio, un venezolano a la deriva
esta caricia que pasó temblando
se fue de bruces sin historia
Madre, caparazón de iglesia, tu ausencia cabe
en la geografía del rezo con rincones
gime dentro de mi voz al atormentarme
el delirante sábado
no deberían regalar la pelota de vitrina
que firmó el gran toletero
hagan recuerdos sin idiosincrasia
con teléfonos y computadoras que me amaste
y nosotros también los amamos hija,
desde el horizonte contrario intuimos al hijo,
llevamos un desierto en los rostros,
íngrimos escondiendo la máscara de sal,
pensando en los modos que ustedes argumentaban
hemos puesto en la mesa un poquito de silencio con tomates
pero no queremos herir a los tomates
y creo que tu madre ha guardado con toda su alma
un aceite de oliva.
Verbo en el pecho la ciudad te extraña
el cardumen del cine devoró tu butaca
hay aulas que almacenan los adioses
remembranzas heridas de colegios
he soñado una maleta llena de océanos
mares envueltos en hojas de plátano
pascua decomisada se me ulceró la risa
y es en el hospital sutil de los espíritus
donde se establece el amargo de la ausencia.
Sin comparar texturas de tristeza:
pasó un armatoste igual por la garganta
cuando los gallos se fueron disolviendo
en la urbanización de las madrugadas.
Solo algunos indefensos amamos ese canto
José Pulido
Fotografía: Tomada del perfil facebookeano de JP, volteada horizontalmente a los efectos del blog.
https://www.facebook.com/jose.pulido.777
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