sábado, 18 de enero de 2014

DESCARRILAMIENTOS

EL UNIVERSAL, Caracas, 18 de enero de 2014
¿Ultraizquierda?
Alerta ante el rumbo que tomará la burguesía más parasitaria que haya existido en Venezuela
GUSTAVO LINARES BENZO 

Maduro no es Chávez. Realidad evidente, que es menosprecio en boca de quienes lo subestiman, como si el de Sabaneta fuese tan superior a sus seguidores que después de él el diluvio; o rasgo positivo para quienes ven en Chávez una figura esencialmente perjudicial y en Maduro una nueva oportunidad. Sea como sea, el mensaje anual ante la Asamblea Nacional fue una muestra más de cuán diferentes son, así como lo fueron las reuniones con gobernadores y alcaldes de oposición.
Que Maduro no sea Chávez no quita que sea su discípulo, su escogido. Ni mucho menos que carezca de instinto político. En otras palabras, el giro hacia el entendimiento que Maduro ha dado después de las elecciones municipales puede ser estratégico, derivar de un principio político de la actuación del nuevo gobierno; o meramente táctico, necesario para repartir con la oposición las consecuencias políticas del deterioro de las condiciones de vida, que aumentará con el plan de ajuste que ya comienza a ejecutarse (léase aumento de la gasolina y devaluación camuflada). De lo segundo la oposición sabrá cuidarse, ya aprendimos del Gigante Eterno que todo vale, hasta decir que el chavismo se inspiraba en la Tercera Vía de Tony Blair (¿se acuerdan, allá por el 98?). Y la sola posibilidad de que sea un afán permanente de diálogo lo hace positivo.
Estratégico o táctico, fin o medio, es impresionante la diferencia con el Gigante Eterno. Chávez generaba un aire de superioridad repelente para quienes no lo seguían ("águila no caza moscas" llegó a decir de sí mismo, en el cenit de la egolatría) que parece imposible en Maduro. Nicolás es normal, es como tú, al estilo de la campaña del presidente Lusinchi. Es civil, un adelanto cuántico, especialmente porque así lo exige la Constitución (o exigía, con el chavismo y sus tribunales hay la Constitución que haga falta). Y, lo más asombroso, Maduro es de centroizquierda.
Sí, aunque Ud. no lo crea. Maduro llegó a decir en el mensaje que ha recibido críticas de la ultraizquierda y de la ultraderecha, y que se mantenía firme ante ambas. Esta última es vieja, Chávez duró catorce años quejándose de los ataques de la derecha, pero ¿críticas al chavismo desde la ultraizquierda? ¿Es que existía algo a la izquierda de Chávez? Pues apareció ahora y por difícil que sea identificarla, será el PCV, serán los Tupamaros, el hecho es que Maduro no es de ultraizquierda. Luego, está más al centro. Partes de su discurso sonaron a Olof Palme o Felipe González. Al final, nos asombramos ante la posibilidad de que el chavismo sea una versión fuerte de la Internacional Socialista, la del PSOE o la AD del presidente Pérez, una socialdemocracia strong.
Porque esa entelequia del socialismo del siglo XXI no resiste examen alguno. Maduro ha leído al sabio Metszaros y a su eco tropical el maestro Giordani y sabe que sin aterrizar esas ideas no va a aparecer el papel tualé; si a ver vamos, luego del Gigante Eterno el responsable de este desastre es Giordani. Y que la única manera de aterrizarlas honestamente es con un comunismo puro y duro, a la soviética. Así que hay que mirar a otros lados. Maduro dijo a donde: "tenemos quince años estudiando el modelo chino". Como "socialismo capitalista" se definió el Partido Comunista de China, es decir, como algo que o será socialdemocracia o tendrá que regresar al maoísmo, al comunismo.
Este debate se está dando en el chavismo, quizás sin usar esos nombres todavía. En la oposición hay que entrar en esas honduras, a las que parece tenérseles asco, creyendo que un país es recoger la basura y que no haya homicidios. Tales mínimos se plantean aquí porque el Líder de la revolución nos dejó en el esterero. Pero el tema que tocó Maduro de la burguesía comercial y financiera venezolana como opuesta al capitalismo industrial local viene desde Fermín Toro y es un debate que hay que dar en la oposición, por ejemplo, y entre tantos otros.
Alerta pues ante estos cambios, sean aparentes o verdaderos. Alerta ante el rumbo que tomará la burguesía más parasitaria que haya existido en Venezuela y en el mundo, la nacida y criada a la sombra del chavismo, con gran influencia en el manejo de la economía y el reparto de los dineros públicos, boliburguesía que puede ser, entre otras cosas, la gran enemiga de Maduro.
Venezuela puede estar entrando en un debate fundamental. La sola posibilidad de que la economía social de mercado, los arreglos europeos de la posguerra, ahora desarticulados por la hegemonía del sector financiero sobre el sector real, en otras palabras, la social democracia en todas sus versiones, pueda ser un punto de partida común.

No hay comentarios:

Publicar un comentario