Hoy estuvimos un rato en el evento navideño de Vente, la organización que respalda a María Corina Machado. La grata reunión y almuerzo, fue ocasión para escuchar también - brevemente - a Naudy Suárez, Roberto Lovera de Sola y Germán Carrera Damas. Éste, invocando su oficio de historiador, señaló las grandes cosas que se hicieron en el país, debida a lo que llaman los dinosaurios. El problema es que no se puede romper con la historia, con el pasado, porque de lo contrario, se pi erde el futuro. Palabras más, palabras menos.
De regreso a casa, después de escuchar a valiosos jóvenes que tomaron la palabra, meditaba sobre el viejo liderazgo y las generaciones. Creemos estar claros sobre la materia, sobre todo la engañosamente generacional, sobre la cual hemos escrito en algunas oportunidades. No obstante, escucharlos fue gratificante. Y se me ocurrían nombres, aquellos que integraron el elenco dirigencial de décadas anteriores, cualitativamente de un extraordinario calibre, al que igualmente hizo alusión Carrera Damas. Elegí a uno, busqué el tomo correspondiente, con quien nunca me hubiese identificado política ni ideológicamente: Jóvito Villalba. Y, con todos sus errores, desaciertos o extravíos, cuán superior se me antoja al promedio de los líderes actuales de oposición y - con más énfasis . del gobierno
.La ilustración es de Pancho Graells para un volumen cuidadosamente editado por Jurídica Venezolana, contentivo de los foros que, por entonces, realizaba Alfredo Peña para El Nacional :(Caracas, 1982). Son otros los nombres, las respuestas o la calidad del interrogador, como el de cada uno de los interrogados: otros tiempos.
LB
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