domingo, 10 de mayo de 2015

LAS MIRADAS VERBALES


De la brocha gorda del lenguaje
Luis Barragán

“Los sonidos son la garantía del regreso”
Luisa Etxenike
("El detective de los sonidos", 2011)

Tenida como un gigantesco espectáculo para la ocasión, la política venezolana tiene por clave esencial la del empobrecimiento de la palabra pública. El limitado cupo de consignas del régimen, reiteradas hasta el hartazgo, oculta una práctica alejada de la mutua comprensión y el necesario acuerdo que el oficio implica, por lo que la imposición – a lo sumo – deriva de la deslealtad, la intriga y la confabulación,  frutos de una ya larga y perversa pedagogía.

El lenguaje escatológico, maniqueo e hiriente,  naturalmente defensivo por esa perspectiva conspiratorial de la historia que inspira al poder establecido, no sin retratar su propia descomposición, tiende – incluso -  a contaminarnos moralmente. Reconocimiento éste que obliga al esfuerzo de devolver a la ciudadanía toda la riqueza, complejidad y profundidad del debate de sus asuntos, engañada por la aparente espontaneidad de los actuales gobernantes que temen a la formalidad de los actos que delaten el esquema enfermizamente repetido.

Devolución que es posible con una efectiva separación de los órganos del Poder Público,  la reivindicación del pluralismo político e ideológico, la libertad e independencia de los medios sociales de comunicación, la constatación de un liderazgo responsable y creador. Y es que, con todos los errores, fallas y equívocos, este presente no es mejor que el pasado más remoto en el que – por ejemplo - hubo un Congreso que se hizo domicilio natural de la (contra) argumentación, una prensa atenta y arriesgada, un liderato de profundas y expresivas convicciones, que le aportaron a la democracia las miles de palabras que requería para sostenerse sobre una realidad de la que – así - no podía  renegar.

Nuestra modesta experiencia parlamentaria, nos ha permitido observar - in situ - cuán lejos llega la simplicidad del verbo trastocado en una suma de interjecciones, pues, con la salvedad de las muy pocas y opacadas excepciones, la bancada oficialista ha sido capaz de negar – a modo de ilustración – la terrible situación de inseguridad personal que sufrimos, con casi 25 mil muertes violentas al año, en nombre del imperialismo y sus lacayos desestabilizadores. No por casualidad, las intervenciones en la cámara plena las confinan reglamentariamente a cinco minutos,  algo contrastante con las décadas anteriores en la que el senador o diputado no tenía más limitación de tiempo que la autorizada por su capacidad y disposición para razonar: esto es, contribuir con sus palabras, reforestándonos continuamente de significados y matices.

En reciente entrevista digital, sintetizando sus posturas,  la novelista donostiarra Luisa Etxenike (http://www.eldiario.es/norte/cultura/cultura-actividad-tiempo-libre-libres_0_380062062.html), ha versado en torno a la ecología del pensamiento, la democracia de un mil y de 40 mil palabras, la ausencia de tonalidades, la brocha gorda que pervierte significados. Al recomendar su lectura, meditamos un poco sobre el deber inaplazable de convertirnos en detectives de un futuro que lo será si es capaz de recoger el esplendor sonoro de un pasado que, por ironía, a pesar de la tal revolución en marcha, es mejor que el presente. 

Concluyendo este texto, nos enteramos de la lamentable muerte de Alexis Márquez Rodríguez.  Un régimen de las características del que prevalece Venezuela, desde su inicial instante, torcedor del lenguaje y demoledor de sus más genuinos significados,  no soportaba ni soportará el más modesto trazo del insigne investigador y luminoso articulista, cuyo cariño hacia el pueblo cubano – por cierto – quedó testimoniado por su extraordinario tratamiento de la obra de Alejo Carpentier.

Docente universitario de larga trayectoria, reivindicaba y defendía los puentes de la palabra que trenzan la cotidianidad, facilitando el tránsito para despecho del poder establecido que intenta aún – día a día – dinamitarlos. Ecólogo del pensamiento, deja un legado urgido de acrecentar para la fundamental tarea de entendernos.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2015/05/de-la-brocha-gorda-del-lenguaje/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1088442
Fotografías: AMR, tomada de la red. LB, Torre de David (Caracas, 2015). Julio Pacheco Rivas, intervención.

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