De la brocha gorda del lenguaje
Luis Barragán
“Los sonidos son la garantía del
regreso”
Luisa Etxenike
("El detective de los
sonidos", 2011)
Tenida
como un gigantesco espectáculo para la ocasión, la política venezolana tiene
por clave esencial la del empobrecimiento de la palabra pública. El limitado
cupo de consignas del régimen, reiteradas hasta el hartazgo, oculta una
práctica alejada de la mutua comprensión y el necesario acuerdo que el oficio
implica, por lo que la imposición – a lo sumo – deriva de la deslealtad, la
intriga y la confabulación, frutos de
una ya larga y perversa pedagogía.
El
lenguaje escatológico, maniqueo e hiriente,
naturalmente defensivo por esa perspectiva conspiratorial de la historia
que inspira al poder establecido, no sin retratar su propia descomposición,
tiende – incluso - a contaminarnos
moralmente. Reconocimiento éste que obliga al esfuerzo de devolver a la
ciudadanía toda la riqueza, complejidad y profundidad del debate de sus
asuntos, engañada por la aparente espontaneidad de los actuales gobernantes que
temen a la formalidad de los actos que delaten el esquema enfermizamente
repetido.
Devolución
que es posible con una efectiva separación de los órganos del Poder
Público, la reivindicación del
pluralismo político e ideológico, la libertad e independencia de los medios
sociales de comunicación, la constatación de un liderazgo responsable y
creador. Y es que, con todos los errores, fallas y equívocos, este presente no
es mejor que el pasado más remoto en el que – por ejemplo - hubo un Congreso
que se hizo domicilio natural de la (contra) argumentación, una prensa atenta y
arriesgada, un liderato de profundas y expresivas convicciones, que le
aportaron a la democracia las miles de palabras que requería para sostenerse sobre
una realidad de la que – así - no podía
renegar.
Nuestra
modesta experiencia parlamentaria, nos ha permitido observar - in situ - cuán lejos llega la
simplicidad del verbo trastocado en una suma de interjecciones, pues, con la
salvedad de las muy pocas y opacadas excepciones, la bancada oficialista ha
sido capaz de negar – a modo de ilustración – la terrible situación de
inseguridad personal que sufrimos, con casi 25 mil muertes violentas al año, en
nombre del imperialismo y sus lacayos desestabilizadores. No por casualidad,
las intervenciones en la cámara plena las confinan reglamentariamente a cinco
minutos, algo contrastante con las
décadas anteriores en la que el senador o diputado no tenía más limitación de
tiempo que la autorizada por su capacidad y disposición para razonar: esto es,
contribuir con sus palabras, reforestándonos continuamente de significados y
matices.
En
reciente entrevista digital, sintetizando sus posturas, la novelista donostiarra Luisa Etxenike (http://www.eldiario.es/norte/cultura/cultura-actividad-tiempo-libre-libres_0_380062062.html), ha versado en torno a la ecología
del pensamiento, la democracia de un mil y de 40 mil palabras, la ausencia de
tonalidades, la brocha gorda que pervierte significados. Al recomendar su
lectura, meditamos un poco sobre el deber inaplazable de convertirnos en
detectives de un futuro que lo será si es capaz de recoger el esplendor sonoro
de un pasado que, por ironía, a pesar de la tal revolución en marcha, es mejor
que el presente.
Concluyendo
este texto, nos enteramos de la lamentable muerte de Alexis Márquez
Rodríguez. Un régimen de las
características del que prevalece Venezuela, desde su inicial instante,
torcedor del lenguaje y demoledor de sus más genuinos significados, no soportaba ni soportará el más modesto
trazo del insigne investigador y luminoso articulista, cuyo cariño hacia el
pueblo cubano – por cierto – quedó testimoniado por su extraordinario
tratamiento de la obra de Alejo Carpentier.
Docente
universitario de larga trayectoria, reivindicaba y defendía los puentes de la
palabra que trenzan la cotidianidad, facilitando el tránsito para despecho del
poder establecido que intenta aún – día a día – dinamitarlos. Ecólogo del
pensamiento, deja un legado urgido de acrecentar para la fundamental tarea de
entendernos.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2015/05/de-la-brocha-gorda-del-lenguaje/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1088442
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http://www.noticierodigital.com/2015/05/de-la-brocha-gorda-del-lenguaje/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1088442
Fotografías: AMR, tomada de la red. LB, Torre de David (Caracas, 2015). Julio Pacheco Rivas, intervención.
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