Nota
Tomás Straka
¡Qué difícil es para los venezolanos salir de nuestras particulares tormentas para pensar en cualquier otra cosa!
Lo de Cataluña es un ejemplo. Hemos oído mucho sobre secesionismos últimamente -Crimea, los kurdos, Escocia que se quiere ir de UK; ésta que se fue de la CE, etc- pero es el primero que más o menos nos importa por su cercanía. Hay problemas de fondo que no aparecen por primera vez en la historia y que, de hecho, están en la base de nuestra nacionalidad. Mucho de lo que se argumenta ahora de lado y lado en la península, se oyó acá en 1810 u 11 (en especial me acuerdo de aquello de: ¿y qué viven en Caracas, españoles o hotentotes?, que espetó un gaditano ante nuestro independentismo).
La tensión entre el derecho a nulificar los pactos de las confederaciones, que ninguna, que sepa, acepta (y que fue la base de la guerra de secesión norteamericana); y la autodeterminación de un pueblo a organizarse como Estado-Nación, es lo que está en el fondo. Pero acá básicamente lo vemos desde el prisma de que los independentistas catalanes suenan a Podemos y han recibido la bendición de Maduro; y Rajoy ha denunciado a nuestro actual régimen. Con base en ello hacemos simplificaciones y tomamos partido. Se comprende, porque así actuamos los desesperados; pero no por comprensible conduce a razonamientos que ayuden a entender bien las cosas.
La tensión entre el derecho a nulificar los pactos de las confederaciones, que ninguna, que sepa, acepta (y que fue la base de la guerra de secesión norteamericana); y la autodeterminación de un pueblo a organizarse como Estado-Nación, es lo que está en el fondo. Pero acá básicamente lo vemos desde el prisma de que los independentistas catalanes suenan a Podemos y han recibido la bendición de Maduro; y Rajoy ha denunciado a nuestro actual régimen. Con base en ello hacemos simplificaciones y tomamos partido. Se comprende, porque así actuamos los desesperados; pero no por comprensible conduce a razonamientos que ayuden a entender bien las cosas.
No tengo la capacidad para opinar demasiado por el momento. Sólo que temo por la paz y la democracia españolas. ¿Qué va a hacer el Estado español ante la declaración de independencia, sobre todo cuando tiene otros secesionismos con que lidiar? ¿Hasta dónde están dispuestos a defender su independencia quienes acaban de afirmar que formarán una república? ¿Qué papel jugarán el Rey y las fuerzas armadas, sobre todo si sienten que Rajoy es muy suave o las cosas se salen completamente de cauce?
Ojalá prive la sensatez. Quisiera oír lo que gente con más formación en asuntos de derecho internacional pueda decir al respecto. Sobre todo en clave de hallar una solución que de momento -¡ojalá me equivoque!- no veo fácil por las buenas.
Fuente:
Ilustración: S/a, tomada de la red.
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