Del socialismo aeroportuario
Luis Barragán
Años atrás, fue recurrente la pregunta sobre los cubanos que no podían
viajar al exterior. Obviamente la dictadura negaba toda prohibición formal,
aunque – ahora lo entendemos cabalmente los venezolanos – el elevadísimo costo
económico por el solo trámite de la salida, más el moral que políticamente
resultaba de una eficacia demoledora para el aspirante, cumplimentaba todo
impedimento.
La salida por el emblemático aeropuerto de Maiquetía, es toda una proeza,
comenzando por el pasaporte, el
interrogatorio respecto a los motivos del viajero, el impuesto y otras de las
incomodidades y hasta sospechas que suscita la intención de un itinerario. De
tener alguna significación en las filas de la disidencia, el riesgo es mayor,
aunque el régimen ha querido, pero no logrado, estigmatizar definitivamente
como apátrida a quien tenga la osadía de pisar territorio extranjero, salvo
tratemos de los más altos y también medianos funcionarios, dirigentes y contratistas
que pueblan las redes con sus hazañas turísticas.
Reapareciendo en nuestros archivos, una fotografía tomada en el aeropuerto
de Barcelona por 2013, nos trae, junto a Maduro Moros, una curiosa consigna:
“Construyendo el socialismo aeroportuario”. Sin dudas, se trató de la
excentricidad de un publicista de limitada imaginación que aportó, sin saberlo,
eso que llaman un constructo capaz de
reventar las neuronas de algún teórico de ocasión.
El socialismo en cuestión, significa la progresiva y decidida inutilización
de los aeropuertos internacionales, nacionales y, por supuesto, privados. Las
grandes transnacionales del aire se marchan inexorablemente de una plaza que ya
no es rentable, por mucha puerta que sea al subcontinente, con grades acreencias
en divisas; y las del patio, encarecidos descomunalmente los cupos, reducen los
vuelos y las unidades mismas, reivindicando unas carreteras que lucen y son más
peligrosas que la transportación aérea.
Aeroportuariamente, ya no somos nada, porque el socialismo también nos está
dejando en ruinas, siendo el país al que nadie apunta en el
mapa, ni siquiera para los que acostumbran al turismo revolucionario que, en sus
etapas iniciales, suscitaba el entusiasmo de los extraños deseosos por
recibir el bautismo en la consabida plaza de La Habana, creyéndose testigos de
una transformación histórica no menos presunta.
No saldremos de Venezuela, de la región, de la localidad ni de la
manzana, pues, la ciudad comunal será prisión de todos, salvo que ostentemos
algún rango oficial, aunque – se dirá - “ya no hay cupo, vuelva mañana”.
23/10/2017:
http://www.ventevenezuela.org/del-socialismo-aeroportuario-luis-barragan http://www.diariocontraste.com/2017/10/del-socialismo-aeroportuario-por-luis-barragan-luisbarraganj
23/10/2017:
http://www.ventevenezuela.org/del-socialismo-aeroportuario-luis-barragan http://www.diariocontraste.com/2017/10/del-socialismo-aeroportuario-por-luis-barragan-luisbarraganj
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