El texto de Fernando Falcón relacionado con la formación militar de Francisco de Miranda (http://lbarragan.blogspot.com/2014/02/del-mito-mirandino.html), igualmente suscitó un rápido interés por la interpretación plástica que el caraqueño ha generado. Por cierto, si se quiere escasa al recordar el poderoso ícono creado por Arturo Michelena. Filmografía aparte, contamos con una inconmovible versión escolar que lo reduce a la prisión de La Carraca, prevenidos frente a cualquier gesto de audacia artística.
Es - todavía - el gran desconocido, propenso a las redes propagandísticas del régimen actual, a pesar de una circunstancia que lo favoreció décadas atrás: la edición de sus Obras Completas que engalanó más de una biblioteca familiar, ya que - hasta hace algunos años atrás - podían conseguirse varios volúmenes en los conocidos remates de libros caraqueños. Seguramente, fue generoso el tiraje de los tomos muy sencillos.
Miranda es el de La Carraca y, a lo sumo, el gran conqistador de hermosas mujeres de la nobleza, varias poderosas de las que se también se aprovechó, si no interpretamos mal la opinión que merece más allá de su prisión. Poco se dice de las dificultades que afrontó al iniciarse la Primera República, añadidas las traiciones que lo condujeron al fracaso o al definitivo calabozo.
Halladas todas la red de redes, la primera gráfica fue tomada en la Isla de Margarita, siendo amordazado; la segunda, es un divertimento que se basa en la imagen de la actriz venezolana Chiquinquirá Delgado; la tercera y cuarta, pertenecen a una serie de Pedro Morales; y, la quinta, es de Nelson Garrido: "Miralda en la Carraca". Hubo una vez que se nos ocurrió, en el blog o en la cuenta de Facebook, invertir horizontalmente el consabido Miranda de Michelena, y alguien protestó por el irrespeto.
LB
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