Intervención en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional
correspondiente al martes, 8 de abril de 2014.
(Diputado
Luis Barragán).– Señor presidente, colegas parlamentarios:
En efecto, la
solicitud de marras está destinada a la transferencia de recursos a favor de la
Constructora de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Son 500 de los 1.500
millones de bolívares que ha solicitado a esta instancia legislativa, el Ejecutivo Nacional para obras de
ampliación requeridas en la sede de la Universidad Militar Bolivariana de
Venezuela. Sim embargo, es inevitable hacer algunas observaciones e insistir en
algunas de las perspectivas que hemos sostenido
en anteriores ocasiones, en relación a la naturaleza que va adquiriendo la
entidad armada en el contexto del socialismo rentístico
¿Es una sociedad anónima la receptora de los recursos en
cuestión? ¿Contratará o subcontratará
esas obras? ¿Estará obligada a licitar? Son algunas de las preguntas que
obviamente nos podemos hacer en relación a este fenómeno típico del socialismo
rentístico.¿Cuál es el papel de la Contraloría General de la República o de la
Contraloría de la Fuerza Armada Nacional?
Por ello, en una anterior oportunidad hablábamos de la
extraña dimensión pretoriano-mercantil que va adquiriendo con la constitución
de estas empresas: sociedades anónimas, compañías anónimas, a través de las
cuales va actuando el Estado venezolano.
Y no constituye ninguna ofensa a la Fuerza Armada Nacional, pues,
recordemos que en este mismo hemiciclo a finales de 1969, originado por unas
declaraciones del entonces Ministro de
la Defensa, acá hubo un debate libérrimo sobre la Fuerza Armada, su naturaleza,
su destino y su papel, donde los otrora parlamentarios Héctor Mujica y José
Vicente Rangel, reclamaban, precisamente, que la sola mención a la entidad
armada no podía constituir ofensa alguna.
Esto significa, con mayor fuerza hoy en día, que nosotros
podemos incursionar en el debate sin complejo alguno, porque se trata - precisamente-
de lo que un especialista como Luis Alberto Buttó, en un libro publicado
el año pasado, llamado “El incesto
republicano”, que trata de las relaciones civiles y militares en el
siglo XX, versa sobre una entidad en el marco de esas relaciones civiles y
militares desde una perspectiva resueltamente democrática y de la civilidad.
Curiosamente estos trabajos de ampliación se hacen en la
sede que se construyera durante el gobierno de Pérez Jiménez, bajo la
inspiración del arquitecto Luis Malaussena. Por aquel entonces no era una
empresa, una sociedad anónima o una compañía anónima la que realizaba los
trabajos, sino el Ministerio de Obras Públicas a través de la Comisión Nacional
de Urbanismo. Entonces, qué curioso es que ahora, en la versión del socialismo
rentístico, las Fuerzas Armadas, a través de una entidad, una sociedad anónima,
encare estas propuestas, estos trabajos y acometa esta empresa.
Por lo demás, es importante también señalar, y con esto
concluyo, que hay una dramática distinción entre el acto administrativo y el
acto de comercio. Hoy, en 2014, la Fuerza Armada Nacional está, por la versión
de este socialismo rentístico, incurriendo en actos de comercio, mas no en actos administrativos, siendo un elemento
fundamental del Estado y que está al
servicio de la Nación.
Ojalá que en otras oportunidades, estamos en el mes de
abril, iniciativas como estas formen parte de la Ley de Presupuesto. Ésta es es una iniciativa que cabía perfectamente en
el Ejercicio Fiscal 2014, y de nuevo nos vemos apremiados con un crédito
adicional que nos orienta, precisamente, a una imagen desorganizada del Estado
venezolano, la cual nosotros venezolanos, defensores de la civilidad y la
democracia, no la deseamos. Es todo, señor Presidente.
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