Luis Barragán
Parlamentarios chilenos, en la semana que concluye, tuvieron la generosidad de visitar nuestro país, constatar la grave situación que atravesamos e intercambiar opiniones con la valiente sindéresis que aconsejan las circunstancias. Uno de ellos, al día siguiente de celebrarse el consabido evento miraflorino, colocó un oportuno y debido acento: no se trató de un diálogo, sino de un debate.
En efecto, la prolongada cita de palacio, cuya transmisión en cadena nacional fue el mejor logro, nos remite a la implosión del lenguaje público en la Venezuela de la década y media que todavía le impide acceder al nuevo siglo. Somos víctimas de una resignificación galopante de las temidas realidades que sufrimos, las cuales sucumben o dicen sucumbir bajo la dictadura de los eufemismos.
Simplemente, tratamos de un torneo que no alcanzó el legítimo, veraz, universal y convincente significado del diálogo, con todo lo que supone y acarrea, en el que, por cierto, tuvimos ocasión de radiografiar la calidad e intenciones del llamado alto mando de la revolución. La crisis evidente es la de los elencos del poder que, además, desgastados, sufren de la viciosa circularidad de sus urgencias: no otras que la de preservarlo, con la desesperación del miedo que genera ya una falta de sentido histórico.
Una manera de huir de esas realidades, creyendo reemplazarlas, es la de contaminar el lenguaje. Llamar diálogo a lo que no es, se nos antoja un caso semejante al intento no menos desesperado de aumentar el precio de la gasolina bajo esa suerte de frágil artefacto verbal: el “precio justo”.
Suele ocurrir, el deseo de revolver la quincalla del lenguaje para ubicarse en el tiempo y el espacio, falsificándolo, conduce también a la demencia semántica. El problema está en un dato fundamental: el poder, imposible de sostenerse en un mundillo de sustantivos, verbos y adjetivos que lo demuelen, porque las aparentemente novísimas referencias lo despojan paradójicamente de las más básicas conceptualizaciones.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2014/04/de-la-implosion-semantica/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1028879
Fotografía: Detalle del patio interior, edificio Vittorio, Chacaíto, Caracas.
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