miércoles, 29 de agosto de 2018

SIGNO (MONETARIO)

De la moneda
Luis Barragán

Por muchas que fuesen sus vicisitudes, el bolívar fue un signo monetario del más amplio reconocimiento más allá de las fronteras. Inevitable referencia en el juego financiero internacional, ilustró muy bien la potencia petrolera que fuimos.

La más modesta devaluación, disparó la crítica despiadada de los sectores que ahora están representados por la dictadura. Rasgaban sus vestiduras, suscitaban una polémica ensordecedora y responsabilizaban directa y personalmente a los devaluadores que, además, debían concurrir a las instancias parlamentarias y defenderse ante la opinión pública, dando cuenta de sus intenciones y pretensiones, como ahora no ocurre ni ocurrirá mientras exista el régimen.

Por lo demás, según lo comentaba una persona amiga, la moneda nos concedía un cierto sentido e identidad nacional. Nos acreditaba como un país con grandes oportunidades para el desarrollo, frente a otros del mismo continente de sombrías posibilidades.

Un bolívar diferente se esconde tras los ocurrentes remoquetes de “fuerte” o “soberano”, tiñéndonos de un insoportable cinismo. Los devaluadores del presente, aniquiladores de la moneda, únicamente cifra sus esperanzas en el trueque.

Necesitamos un Bolívar radicalmente distinto a la versión falsificadora del socialismo parasitario, pero también una moneda que recobre la fortaleza indispensable en el marco de una transición democrática que haga de la sensatez su mejor política económica. Incluso, bajo otro nombre, que hable de un país trabajador, disciplinado, emprendedor, ordenado, creativo, pero – ante todo – libre.

27/08/2018:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/33368-barragan-l
Ilustración: Pedro León Zapata. El Nacional, Caracas, 27/07/1990.

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