viernes, 31 de agosto de 2018

AVISOS

1.- LA LEY, Maracaibo, 1907: Tamaño espacio en todo el centro de la primera plana, debió ser extraordinariamente caro. Como para pagar la impresión del periódico por varios días. Empero, no sería fácil ofertalo por varios días, teniendo por noticia principal la falta de anunciantes o de importantes anunciantes. Curiosa fórmula de mercadeo.

Hay colaboradores obligados y también "los ciudadanos que velan su nombre con seudónimos". Importante encabezado. Otros avisos "legales",  Un ex-ministro de la Corte Superior zuliana, ofrece sus servicios. Y, otros, piden una sirvienta que sea entre ocho y diez años de edad. La imprenta informará de la dirección de la familia que la solicita asi,a viva voz, públicamente, porque no había ley alguna del trabajo ni de protección de menores. Además, en la redacción hayun individuo que informa por un costo muy barato, sobre todo lo acontecido en la entidad federaly cualesquiera otras cosas que requieran de archivo, tinta y papel.

2.- EL NACIONAL, Caracas, 1958: La víctima tiene el tino de preguntar por el paradero del propietario de dos perros, uno de los cuales la rasguñó nada más y nada menos que en la Clínica del Perro, en la hoy Avenida Libertador. Suponemos que, por el costo el tratamiento, mejor opción fue la de preguntar, como que también no le dieron seña alguna del motivo que llevó a la clínica a los canes y, menos, la identidad de un cliente a lo mejor fortuito. Probablemente, hubo la llamada, pues, por entonces, se leía mucho la  prensa y la tendencia era la de actuar de buena fe.  Quién sabe ... ¿Mordida o rasguño?

3.- LA RELIGIÓN, Caracas, 1915: Érase otro país. Precios inalterados. Envío a domicilio. Llegarse a Santa Capilla, en la vieja Caracas, quizá era tarea nada fácil. Calles estrechas y con un mayor tránsito por tracción animal que de vehículos automotores. ¿Habría semáforos suficientes?  ¿Cuán extendida estaba la red telefónica?  Suponemos que ya estaba construido el edificio de telégrafos y, entre casas y medianas edificaciones, habría cierto abigarramiento. Sería una bodega modesta, aunque ni tanto porque gozaba de una línea telefónica que le permitía llevar la mercancía a muchas o muchísimas cuadras.

4.- EL UNIVERSAL, Caracas, 1921: Un movido agente aduanero ofrece sus servicios. Un telegramista ofrece gratificación si le devuelven un bastón con empuñadura de oro, con la impresión de sus iniciales, pero cuida de aclarar: "... Y estimando así que no sea preciso ocurrir a otras gestiones". La amenaza no puede ser otra que interponer la denuncia en la policía, asomando alguna sospecha. De ser así, más que un aviso, se trata de una advertencia. La otra nota da idea de las mascotas de pedigrí de entonces. Esperaban a Kuroki de Mijares a Altagracia. A lo mejor, llegó contando sus propios pasos y gratificando a sus dueños, dándoles una familia de perritos.

¿Reflejan estos avisos, parte de la cotidianidad caraqueña de entonces? Insistimos, la tendencia era la de una muy buena fe, pues, hoy sería impensable que una pérdida o extravío sea resuelto a las horas, con un aviso de prensa, fuere o no digital. Además del número de habitantes, se parte de un principio antes cuestionado: "lo que te consigas botado en la calle, es tuyo".

5.-  EL UNIVERSAL, Caracas, 1942: A Nicomedes Febres, particularmente le interesará el anuncio. Seguramente, ya conoce de un restaurant tan lujoso, como el que anuncia el Sr. Schlesinger. La ubicación del restaurant y bar, como el del hotel, da una idea de la importancia que ostentaba el Parque de Los Caobos en la Caracas de entonces.

Al comentar la nota puesta en Caracas en Retrospectiva, refiere Nicomedes: " Gracias querido Luis. Estuve buscando información de él y no la conseguí, solo que era el hotel de los jugadores de beisbol extranjeros hacia los años 1940 y tantos. Me estaban vendiendo su vajilla de servicio pero era después del período que estoy estudiando. . En aquella época cuando se hablaba de Los Caobos eso era lo que hoy es la zona de los museos, y el Hilton que entonces era la Creole y después la Seguridad Nacional. Incluso algunos extendían el nombre hasta la plaza Ruben Dario que es hoy el cochambroso cruce de la avenida Vollmer con la Andrés Bello (...) Federico Schlesinger fue el primer director del Hotel Potomac ubicado ebn la avenida Vollmer, frente al Hospital de iIños y luego fue director del Hotel Wadorf, también en la zona, ya entrando en La Candelaria y está allí todavía. Shclesinger era un austríaco famoso en la ciudad porque hacia los años 1950 hacía grandes fiestas para los niños pobres de Caracas en Navidad allí en el hotel...". 


6.- EL UNIVERSAL, Caracas, 1953: Oficinas amplias, desde 300 bolívares, con línea telefónica y, faltando poco, ascensor, en un lugar tan estratégico de la ciudad, seguramente fue una oferta atractiva. Un escritorio jurídico, cercano a la sede de los tribunales, aunque no hubiese internet, parecía tentador.  Quién sabe si la amplitud no lo era tanto para el alquiler más barato: 300 bolívares eran unos buenos trescientos bolívares. Un caso por aquí, otro por allá; algún registro mercantil o una transacción notariada en la Caracas que comenzaba a sufrir una importante transformación urbana, en su propio centro histórico, motivaba. Cuando la regla fue tener un bufete y la disposición de hacer el trabajo, quizá no había problemas. Tampoco serían esas oficinas, los cubículos tan estrechos que hasta hace poco cumplian con el mercado inmobiliario, porque la regla general es la de ejercer directamente en el tribunal, conseguir un "ciber-café" cercano, abrir el correo e imprimir a cuenta del ciente, visar y llevar. La oficina es un lujo....

7.- EL UNIVERSAL, Caracas, 1953:  Suponemos que el edificio todavía está en pie. Y, por supuesto, "Sevillas Modas" no existirá. Lo curioso es la vivienda para una sola persona. Un "huequito", pues.  Hoy, lugar lleno de grandes torres, en el lejano oeste de la Gran Caracas, ayer estuvo caracterizado por grandes, medianas y también pequeñas casas de las que, apenas, queda una muestra. No era mal mercado, porque tenía cerca el concurrido Hipódromo, y la vía hacia El Silencio, camino de Villa Zoila y Puente Hierro,quizá muy prometedora.

Nota (in) necesaria: Se pueden ampliar las imágenes o guardar en el disco duro y ampliar después.

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